Feijóo y los fiscales
El encuentro de la Asociación de Fiscales con el presidente del PP contradice el código ético del ministerio público
La Asociación de Fiscales, de sensibilidad conservadora y mayoritaria en la carrera fiscal, invitó al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, a una cena-coloquio el pasado 18 de abril en un hotel de Madrid, según reveló EL PAÍS. Era, según los organizadores, una “experiencia concebida como cauce de comunicación” para expresar su situación y expectativas profesionales. Los pocos fiscales que intervinieron en la cena —solo cinco de los más de 50 que acudieron— dedicaron la mayor parte de sus palabras a expresar su cercanía ideológica a Núñez Feijóo y a desgranar una extensa batería de reproches al Ejecutivo de coalición.
Tres de los cinco intervinientes ejercen en destinos especialmente relevantes. Cristina Dexeus, presidenta de la Asociación y decana de los fiscales de la Audiencia Provincial de Barcelona, hizo una presentación hagiográfica de Núñez Feijóo, mientras la ex fiscal general del Estado con el PP, Consuelo Madrigal, redobló las críticas que previamente había hecho Feijóo al Gobierno por abusar del decreto ley. Incluso Antonio Narváez, exmagistrado del Constitucional y hoy fiscal de Sala de lo Contencioso Administrativo en el Tribunal Supremo, descalificó gravemente al Ejecutivo, siendo este fiscal quien se encarga en la actualidad de informar sobre los recursos que se presentan contra el Gobierno en la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo. La experiencia previa de Narváez podía haber aconsejado mayor prudencia, dado que ya tuvo que inhibirse de participar como magistrado del Constitucional en los recursos presentados por los independentistas catalanes contra la sentencia condenatoria del Supremo por su comparación del procés con el golpe frustrado del 23-F. Lejos de mantener la apariencia de neutralidad, Narváez alertó sobre los peligros de la futura ley de vivienda, de la ley trans, de presuntos pactos con los “filoetarras” de Bildu y hasta lanzó sospechas sobre la limpieza del proceso electoral del que se encarga la empresa Indra. No consta que el encuentro sirviese para examinar las necesidades de la Fiscalía ni para escuchar las propuestas de Feijóo de mejora de sus condiciones de trabajo o retribuciones.
El ataque de esta Asociación de Fiscales contra las presuntas perversas intenciones de este periódico al hacer público el encuentro está fuera de lugar. Hoy Feijóo alude a esa cena como “encuentro institucional”, pero cuando este periódico preguntó por la cita se calificó de “reunión privada” y no agendada entre las actividades del presidente del PP. Lo relevante de la información, de hecho, son los planes que expuso ante fiscales que expresaron tan abiertamente su sintonía con él: una contrarreforma rápida para derogar las principales leyes del Ejecutivo de Pedro Sánchez en los mismos escasos plazos que ha denunciado el PP durante la presente legislatura.
Aunque carece de ningún tipo de sanción, lo ocurrido supone un incumplimiento incontestable del código ético que la Fiscalía General del Estado aprobó en 2021 —con la participación en su elaboración de todas las asociaciones—. En él se reconoce el derecho a la libertad de opinión y expresión de los fiscales, pero establece una serie de límites, entre los que destaca el que incumplieron los fiscales: “La omisión de cualquier acción que pueda ser percibida como una afectación a su independencia e imparcialidad”. La presidenta de la comisión de ética encargada de velar por su buen funcionamiento es precisamente Consuelo Madrigal: el código prescribe expresamente la exclusión de actividades con “contenido simbólico” y recomienda de forma encarecida la “mesura y autocontención” que no se apreció en los relevantes fiscales Narváez, Dexeus y Madrigal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.