Humor musulmán en TV3

Siento envidia de los católicos porque en la televisión catalana todas las bromas se las hacen a ellos y los que venimos del islam no nos podemos reír nunca de nuestras costumbres. Y eso que material no falta: desde el vuelo nocturno del Profeta con su caballo alado hasta la atribución de la autoría del Corán al mismísimo Dios por boca de un ángel. El extremo ridículo al que han llegado los fundamentalistas sirve en bandeja muy buenos chistes, bastaría con reproducir sus sermones para morirse de risa. Pero nada, como exmusulmana que querría ver caricaturizado a Mahoma en un legítimo ejercicio de libertad de expresión, me veo obligada a tragar una y otra vez las mismas coñas con los símbolos católicos. Defiendo mi derecho a ser ofendida igual que se ofende a los miembros de la confesión mayoritaria, que salga una asociación de abogados musulmanes a poner una denuncia o que la Fiscalía se ocupe de los sentimientos religiosos de los musulmanes. ¿No es esto pura y simple discriminación hacia nosotros?

Si se tiene en cuenta que los musulmanes (supuestos, claro está, porque no se sabe cómo los cuenta la Generalitat) son un grupo numeroso en Cataluña, no veo por qué Toni Soler o Jair Domínguez no nos hacen una buena parodia. Que estamos en Ramadán, por el amor de Dios, que nos den un poco de aire en la televisión pública. En vez de esto hemos visto sendos reportajes sobre la “fiesta” del Ramadán. A ver, que ni en mi pueblo se llamaba así a esto de tener que estar el día entero sin comer ni beber (ni lo otro). ¿Qué mente preclara puede considerar una fiesta pasar el día con la lengua seca y el estómago vacío?

Pero soy realista, no se crean, entiendo que visto lo ocurrido con Charlie Hebdo y casos similares me tendré que aguantar sin humor musulmán en catalán, tampoco querría que nadie arriesgara su vida por un chiste. Me conformaría, eso sí, con que TV3 dejara de difundir mensajes de parte en sus programas cuando habla del islam. Si hasta en el informativo infantil hemos visto a periodistas serios describir el Ramadán como una celebración “muy especial” y a niños que quieren ayunar porque se lo toman como un reto. El reto de no comer y no beber en prime time para menores, ya no hace falta entrar en webs proanorexia. Ni en las familias más fanáticas ayunan los más pequeños, pero es que aquí a inclusivos no nos gana nadie.