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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Francia Márquez y el vuelo en helicóptero del clasismo de Colombia

Un sector político ha lanzado una campaña en redes para criticar que la vicepresidenta utilice un ‘Black Hawk’ de las Fuerzas Armadas para desplazarse a Dapa, en el Valle del Cauca, donde está su casa y reside su familia

Francia Márquez durante un acto público en Bogotá.
Francia Márquez durante un acto público en Bogotá.Iván Valencia
Javier Lafuente

Colombia es un país tan alucinante que su vicepresidenta tiene que dar explicaciones por usar un helicóptero para garantizar su seguridad. Entendiendo por alucinante aquello que sorprende o asombra, incluso desvaría. Resulta que pese a los innumerables problemas que tiene el país, un sector ha lanzado una campaña para criticar que Francia Márquez utilice un Black Hawk de las Fuerzas Armadas para desplazarse a Dapa, en el Valle del Cauca, donde está su casa y reside su familia. Debatible como todo, el problema, como siempre en Colombia, es lo que esconden estos nuevos ataques.

A finales de febrero, la senadora más que conservadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe, volcó su ira en Twitter, valga la redundancia, para criticar que un soldado había muerto desangrado sin poder ser rescatado mientras la vicepresidenta usaba un helicóptero para llegar a su casa. Como suele ocurrir, los opositores al Gobierno actual cayeron en masa contra Márquez, a la que acusaron de abusar de los privilegios del cargo. Casi un mes después, ahí sigue a la polémica, a la que se han terminado por unir todos aquellos que enarbolan buen rollo y que, quizás sin darse cuenta, aprovechan estas coyunturas para desenmascararse.

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Más allá de la andanada en redes, los hechos. De agosto a diciembre la vicepresidenta buscó una casa para alquilar a su familia después de tener dos incidentes en el departamento en el que vivía. La casa la encontró en Dapa, en el Valle del Cauca, en una zona exclusiva, lo que ha levantado ampollas. La distancia entre Bogotá y Dapa hace que se antoje delirante que la vicepresidenta deba de ir por carretera o en avión y después carretera. No por comodidad, que claro que podría ser también. En toda la polémica, hay algunos pequeños detalles que se han obviado. Francia Márquez fue víctima de un atentado frustrado a principios de año: le colocaron en la vía a su casa siete kilos de explosivos. Antes de llegar a la vicepresidencia, Márquez era una destacada líder y activista ambiental que fue amenazada decenas de veces. Se obvió también ―explícitamente, porque está implícito en todos los ataques― que Márquez es mujer, negra y proviene de un origen humilde. Todo eso lo ha tenido que poner ella de manifiesto esta semana en una entrevista en la que fue tajante: “Las veces que voy a ir en helicóptero, le guste a la élite colombiana o no, yo soy la vicepresidenta de Colombia y me eligieron los mismos 11 millones que eligieron al presidente y por ser una mujer que está ocupando el segundo cargo más importante de este país, me merezco que el Estado en su conjunto me cuide a mí para yo asegurar y poder contribuir con mi trabajo al cuidado de los colombianos y las colombianas. (…) No me voy a dar el lujo de facilitarles las condiciones de que me maten más rápido. Pueden llorar, gritar, hacer todo lo que quieran, que me demanden si quieren”.

Bien podrían haberse cerrado más de una boca después de la contundencia de Márquez, pero resulta que ante la falta de argumentos, lo que molesta ahora es que la vicepresidenta añadió que, “de malas”, era la vicepresidenta y el “Estado tiene la responsabilidad de brindar todas las garantías de seguridad”. Y, claro, cómo se le ocurre a Francia Márquez decir que “de malas”, que qué forma es esa de hablar y de responder a las críticas, que no se puede ser tan soberbia, comenzaron a protestar cada vez más. Aquellos, claro, a los que lo que les debería poner de malas es el clasismo de Colombia. Ese que, lejos de erradicar, enarbolan.


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Sobre la firma

Javier Lafuente
Es subdirector de América. Desde 2015 trabaja en la región, donde ha sido corresponsal en Colombia, cubriendo el proceso de paz; Venezuela y la Región Andina y, posteriormente, en México y Centroamérica. Previamente trabajó en las secciones de Deportes y Cierre del diario.

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