Turismo en 2023

Pese a las dificultades derivadas de la guerra en Ucrania y la crisis energética, 2022 ha resultado ser el año de la recuperación de la actividad turística en España, tras la pandemia. A falta de las cifras definitivas de cierre del ejercicio, el Gobierno calcula que el año pasado se registraron 71,5 millones de llegadas de turistas extranjeros, lo que se sitúa en el 85% del máximo histórico registrado en 2019 (con 83,7 millones de turistas). En cuanto al gasto, los datos apuntan que esos visitantes dejaron unos 87.100 millones de euros en la economía española, un 95% de las cifras alcanzadas hace tres años. La aparente disparidad en el ritmo de recuperación se explica, en parte, por el alza de precios de los servicios ofertados provocada por la inflación pero también, como apunta la patronal Exceltur, por un aumento de los servicios considerados premium y por mejoras en la calidad. El sector se consolida, de esta manera, como uno de los principales motores de la economía española, al representar el 12,2% del PIB, según datos de la patronal.

Las perspectivas turísticas para 2023 son optimistas, y tanto en reservas hoteleras como en asientos previstos por las aerolíneas, todo apunta que el arranque del año registrará los máximos históricos que anticipa el Ejecutivo. Los mercados de larga distancia, como los asiáticos, que hasta ahora estaban más rezagados en la recuperación, se verán sin duda impulsados este ejercicio por el fin de las restricciones a los viajes de turistas procedentes de China, y ese ha sido uno de los ejes de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) clausurada ayer en Madrid.

Una oferta de mayor calidad y menos masificada revela los avances modernizadores, pero persisten en el sector las quejas de falta de apoyo público a las empresas, que vienen demandando un PERTE específico dentro de los fondos Next Generation. El Gobierno subraya que el turismo cuenta con un plan dotado con más de 3.000 millones de euros, aunque el reparto de los fondos no se ha realizado de forma transversal sino por comunidades autónomas, en proyectos que la patronal considera de pequeño tamaño, de escasa capacidad de transformación y sin economías de escala. Ahora que el Ejecutivo ha anunciado un refuerzo presupuestario para los destinos de sol y playa, podría ser el momento de replantear la estrategia de la Administración para aumentar su potencia inversora con planes que impliquen tanto a distintas regiones como la coinversión del sector privado y la mejora de la calidad de la oferta frente a la cantidad. La experiencia demuestra que lo que permitirá que España siga posicionada entre las primeras potencias turísticas mundiales serán los planes de mejora y transformación permanentes. Y eso exige la colaboración de todas las partes implicadas.