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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Si yo fuera Isabel Díaz Ayuso

Estaría muy contenta después de ver a toda esa gente manifestarse. Sacaría pecho de las cifras de seguros privados. Pero si fuera el PP empezaría a pensar en no perder España a cuenta de ella

Ayuso manifestacion Madrid
Una cabezuda con la cara de Ayuso, en la manifestación por la sanidad pública el pasado domingo en Madrid.A. Pérez Meca (Europa Press)
Nuria Labari

Estaría muy contenta después de ver a toda esa gente manifestarse en Madrid en mi nombre. Qué maravilla de “cabezudo” me han hecho, pensaría: vestida de rojo y todo, ¡si parece una falla valenciana! Si yo fuera ella, me parecería una buenísima noticia que el desmantelamiento de la sanidad madrileña se convirtiera en una pelea entre partidos. Más aún, intentaría reducirlo a un duelo personal: “¡O Mónica o yo!”, gritaría “despechá”. Y después me lamentaría por lo bajini. ¿Es que nunca va a venir un oponente de mi tamaño?, menudo rollo.

De hecho, si yo fuera Isabel Díaz Ayuso, estaría indignada antes incluso de que empezara la manifestación. Y escribiría un tuit que explicara los hechos antes de que sucedieran. Diría así: “La oposición de izquierdas en Madrid necesita reventar lo público para que no funcione y tener algo que contar en las urnas”. Vale, si yo fuera Ayuso habría mejorado un poco la redacción, pero el mensaje no podría superarlo. Que la izquierda ni vence ni convence y que solo sabe hacer manualidades (de ahí el busto de cartón pluma) y ocupar espacio en las aceras y en la seguridad social, lo que explicaría las ganas de manifestarse que tienen siempre los pobres.

Si yo fuera ella estaría indignada ante la manipulación que hacen los medios de izquierda de las cifras y de la información. Y tendría que tolerar chistes que atentan contra mi honor, como el tuit que publicaba @elmundotoday. “Tras ver la manifestación masiva Ayuso lamenta no haber matado a más gente durante la pandemia”. Que podría denunciarlo si quisiera, pero claro, si fuera la verdadera Ayuso tendría sentido del humor de sobra para reírme de mis adversarios. Después de todo, la gente que defiende lo público siempre está quejándose de algo y pidiendo ayudas o servicios e insultando a quienes de verdad trabajan por este país. Por eso, si fuera Isabel Díaz Ayuso, daría gracias a Dios por mis votantes. Millones de madrileños que trabajan y pagan la sanidad pública en nombre de los más pobres, su cuota de colegio católico concertado (subvencionado con dinero público en un estado aconfesional) y hasta se esfuerzan en contratar su seguro privado.

Si yo fuera Ayuso sacaría pecho de las cifras. Y recordaría que desde que me he puesto a desmantelar la sanidad pública madrileña los seguros privados han crecido más que en los siete años anteriores. Dicen que fueron 200.000 a la manifestación. Pero yo diría que hay más de 300.000 madrileños que ya pagan su seguro privado. Personas que cuando ven la protesta piensan en por qué tienen que pagar tantos impuestos cuando ni siquiera usan la sanidad. Si yo fuera Ayuso dictaría un tuit para que se publicara en la cuenta del PP de la Asamblea de Madrid que dijera algo así: “Mónica García dijo que la manifestación sería un éxito si recibía el apoyo unánime de Madrid. Dado que el 99% de los madrileños no la han apoyado, calificamos la manifestación de fracaso”. Y a la mañana siguiente, justo después de la mani, me iría a un desayuno del Club Siglo XXI y recordaría que ETA sigue viva. Un giro pedagógico maestro destinado a explicar que existen malos y buenos y que el PP es de los buenos y la izquierda es de ETA. Si yo fuese Isabel Díaz Ayuso creería que tengo Madrid ganao. Pero si yo fuera el PP empezaría a pensar en no perder España a cuenta suya. Porque España quiere salud, dinero y amor. Y en este caso, el orden de los factores sí alterará el producto.

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Sobre la firma

Nuria Labari
Es periodista y escritora. Ha trabajado en 'El Mundo', 'Marie Clarie' y el grupo Mediaset. Ha publicado 'Cosas que brillan cuando están rotas' (Círculo de Tiza), 'La mejor madre del mundo' y 'El último hombre blanco' (Literatura Random House). Con 'Los borrachos de mi vida' ganó el Premio de Narrativa de Caja Madrid en 2007.

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