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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El Airbnb de Downing Street

Malos tiempos para los ‘tories’, buenos tiempos para los tuiteros

Gobierno de Reino Unido
La puerta del número 10 de Downing Street.JUSTIN TALLIS (AFP)
Jaime Rubio Hancock

Rishi Sunak será el próximo primer ministro británico, según se ha confirmado este lunes, lo que asegura a los votantes del Reino Unido un periodo de tranquilidad de, al menos, dos o tres semanas. Sunak hereda de su predecesora, Liz Truss, casi 40 puntos por debajo en intención de voto frente a los laboristas, según los datos de YouGov, y un buen puñado de incertidumbres económicas.

El nuevo primer ministro no lo tiene fácil, como queda claro si repasamos los tuits de los últimos días sobre una crisis política que cada vez resulta más difícil de parodiar. Veamos algunos de los episodios más comentados:

1. Una lechuga aguantó más que Truss. El jueves pasado, Liz Truss presentaba su dimisión, y el Daily Star lo celebraba anunciando en Twitter que había ganado la lechuga. Una semana antes, el tabloide británico se preguntaba si la primera ministra, ya abandonada por sus compañeros, podría aguantar en el cargo más tiempo del que tarda una lechuga en pudrirse, y transmitió el duelo en YouTube. Después de esta derrota, el tuitero Keith Burge comparaba a Truss con el Titanic: el trasatlántico se hundió por culpa de un iceberg y la primera ministra perdió frente a una iceberg.

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2. Caos a la italiana. El mandato de Truss ha sido tan fugaz que se ha comparado el número 10 de Downing Street, la residencia de los primeros ministros británicos, con un Airbnb (”¡perfecto para estancias cortas!”). Algunos datos rescatados por tuiteros: el proceso para escoger a Truss fue dos semanas más largo que su mandato; Believe, de Cher, aguantó en el número 1 cinco días más que Truss en el cargo; la periodista Bethany Dawson explica que nació en 1999 y ya ha conocido a siete primeros ministros. Otra comparación similar: desde las elecciones de 2015, que ganó David Cameron, se han sucedido cinco primeros ministros británicos, los mismos que en Italia. Y así llegamos al tuit del cómico Sean McLoughlin, quien recuerda que al menos los italianos y los griegos, que tienen experiencia con gobiernos inestables, pueden consolarse con buena comida: “Nosotros estamos pasando todo esto con judías en tostadas”.

3. Boris Johnson, vestido para el éxito. El ex primer ministro aprovechó el caos para amagar con su candidatura al cargo. Según el Financial Times, sus compañeros de partido lo veían preparado y subrayaban que llevaba la camisa metida por dentro del pantalón. El listón no estaba bajo; iba en metro. Como ironizaba el escritor y actor Tom Neenan, Johnson vestía “ropa”, decía “frases” y estaba “despierto”. Es decir, era ”un hombre preparado para liderar nuestro país”.

4. ¿Le irá mejor a Sunak? Peor es difícil, no se baten récords cada día. Pero, de momento, no cuenta con mucha confianza. Por ejemplo, el humorista Richard Herring pronostica unas “cinco semanas muy buenas” al humorista que aprenda a imitar al próximo premier. También hay quien rememora su currículum como ministro de Economía de Johnson: “¡Rishi Sunak promete arreglar el estropicio económico que dejó Rishi Sunak!”.

Mala época para los conservadores. Pero al menos ha tenido su parte positiva: los tuiteros estaban graciosísimos. Normal: el humor suele pasar por buenos momentos en tiempos de crisis, y qué mejor crisis que ver cómo un Gobierno se desmorona varias veces seguidas, destruyendo todos los tópicos sobre la política británica en general y sobre los tories en particular. Hasta hace no tanto, los identificábamos por su ortodoxia económica, sus trajes de tres piezas y su acento de Oxford, pero estas semanas se han hecho famosos por alarmar a los mercados, llevar la camisa por dentro del pantalón (a veces) y su tono compungido al anunciar que dimiten.

Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

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