El Gobierno de Petro
Los nuevos Ministros hablan como si el presidente electo ya se hubiera posesionado. Hacen propuestas válidas, atractivas, pero que primero deben pasar por el Congreso
Es como si ya se hubiera inaugurado. Hemos recibido tal cantidad de opiniones de distintos voceros, algunos de ellos ya designados Ministros y Embajadores, que la opinión tiene la sensación de que el nuevo gobierno lleva una semana larga de haber iniciado actividades. El proceso de empalme ha contribuido al equívoco por lo que el exministro Juan Camilo Restrepo llamó el juicio de residencia del empalme entre la administración saliente y la entrante, dadas las ordenes que los entrantes impartían a los salientes como si los nuevos escogidos ya estuvieran al mando de sus funciones. El lío con el Director del Dane tiene su origen en la molestia que le causó el hecho de estar recibiendo ordenes en el manejo futuro de los asuntos relacionados con el catastro multiproposito . El Doctor Daniel Oviedo resultó siendo la estrella de este gobierno por el alto nivel de competencia y por ser el autor de la frase del año : “Mi mamá no me perdona que yo sea gay”. Es una lástima que su continuación en la dirección del Dane se haya frustrado.
El Ministro de Hacienda ha hablado a tutiplén. De manera ordenada ha expuesto la plataforma económica del nuevo gobierno y ha tenido que ser reiterativo para rectificar a sus funcionarios y calmar la tempestad de las contradicciones y las noticias falsas. Habrá que aumentar la tasa de los impuestos a las personas naturales. La situación fiscal del país obliga a presentar una reforma tributaria en contradicción con lo expuesto por la administración del Presidente Duque.
La Ministra de Agricultura se ha referido a la Reforma Agraria que pretende adelantar para redistribuir la tenencia de la tierra y evitar que sigamos importando el 30 % de los alimentos que se consumen en el país; tendremos que pasar de 140.000 hectáreas a un millón, dedicadas a la producción de maíz porque hay que bajarle el costo a la carne de cerdo, de pollo, de res, leche y huevos. Para la nueva funcionaria tenemos que cambiar el uso de la tierra.
La Ministra de Salud. Ni para que decir. Reforma estructural. Impuestos a las bebidas azucaradas como recaudo principal del sector salud. Resolver la orfandad de los pacientes afiliados a las EPS que han sido intervenidas y que el gobierno calcula en un millón ochocientos mil personas. Transformar las EPS en redes de prestación de servicios, eliminando su labor de intermediación financiera. Los recursos llegarían directamente a las IPS prestadoras de la red sin pasar por la EPS . Crear un sistema de información para seguir en línea la limpieza o no de los recursos de la salud y la calidad del servicio. Ampliar el acceso. El cubrimiento actual no garantiza el acceso de muchos pacientes de municipios lejanos de las grandes ciudades.
La Ministra de Cultura, verdadera abanderada de las artes, quiere mas presupuesto y sueña con obtener los beneficios del impuesto a los espectáculos públicos para aprovechar de manera adecuada el saber.
El campeón de la expresividad ha sido el Administrador de Impuestos Nacionales. Ha contado en todas partes lo que debería ser una nueva estructura tributaria que grabe a los contribuyentes que superen los ingresos mensuales de diez millones de pesos. En su emoción de tributarista estrenando chanfaina ha tenido que rectificar sus propias opiniones.
En síntesis, propuestas muy válidas, casi todas atractivas, pero que requieren que sus protagonistas estén ejerciendo el cargo y materializadas, por orden de su Presidente, en un proyecto que necesariamente tiene que pasar por el tapiz del Congreso. Esa mano de propuestas sin el visto bueno de la formalidad puede confundir dejando la impresión de que el gobierno ya arrancó, una especie de eyaculación temprana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.