El PP debe pedir perdón
Los lectores escriben de la corrupción del partido de Pablo Casado, la importancia de pasar tiempo solos, la violencia contra las mujeres, el 65 aniversario de TVE y del excesivo uso del adjetivo brutal
La última sentencia sobre la financiación ilegal del PP debería provocar algún tipo de reacción en el partido conservador. En lugar de eso, Pablo Casado ha vuelto a reiterar que ya ha dicho todo lo que tenía que decir y se niega a contestar a los periodistas cuando le preguntan. Todo lo anterior le es ajeno, él sólo era un diputado por Ávila, suele decir. ¿De verdad? ¿Tanto cuesta pedir perdón? ¿O acaso no le dejan? La canciller Angela Merkel pidió perdón por los crímenes del nazismo y el papa Francisco hizo lo propio por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia católica. Para obrar con dignidad no hace falta coetaneidad con los hechos ominosos. Viendo la conducta evasiva de Pablo Casado ante las probadas prácticas corruptas de su formación durante décadas, cabe imaginar cómo se comportará el líder popular si algún día accede al poder. El plasma de Mariano Rajoy nos parecerá el súmmum de la transparencia y de la atención a la prensa.
Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño
Estar solos
Creo que tenemos que hablar más de la soledad y entender que no pasa nada por estar solos en ciertos momentos. Se nos obliga o se ve mal tener días de bajón, de no querer salir de la cama, de no estar para nadie, etcétera y a veces son muy necesarios. Hay momentos que necesitamos recomponer nuestras ideas, cuidarnos, conocernos, entendernos... en definitiva, estar solos. A veces la muchedumbre y el alboroto solo esconde el no querer pensar en tus problemas. En ocasiones, estar rodeado de gente a diestro y siniestro no es más que huir de nosotros mismos.
Irene Jiménez. Madrid
Ser mujer es peligroso
Desde que nacemos, ser mujer es peligroso. Esta afirmación solo la entenderán las mujeres. Solo nosotras sabemos qué es el miedo a andar sola de madrugada en una calle oscura y vacía. Solo nosotras vemos un manojo de llaves como un arma infalible (aunque realmente no funciona) contra cualquier agresión y, por eso, no las soltamos hasta llegar a casa. Solo nosotras entendemos el significado de “he llegado bien”, “todo OK” o “ya estoy en casa” y el alivio que nos invade a darnos cuenta que, al menos por esta noche, todas estamos a salvo. Ser mujer es un peligro y, por desgracia, muchas veces es un peligro de muerte.
Denise Cebey Honorato. Mataró
65 años de TVE
Querida TVE, has cumplido ya 65 años y te deseo lo mejor en lo peor, el esplendor en la hierba, la grandeza en el servicio, los triunfos para tus profesionales. Ahora, ambos lo sabemos, son malos tiempos para lo “público”. Porque tú eres tan pública como española. No sé si cumplirás 60 años más. ¡Ojalá! ¡Ojalá te traten bien los que pueden y deben! ¡Ojalá sean dignos y lúcidos los que tienen la responsabilidad de dirigirte y ojalá formes, informes y entretengas como merece esa buena gente que camina!
José Antonio Martínez Lamoca. Madrid
Todo es “brutal”
El abuso del adjetivo “brutal” roza lo epidémico. El hecho revela pereza y pobreza de recursos del hablante y riesgo de contagio a la lengua, bien común que deberíamos proteger.
Felipe Nuñez Santos. Villamayor (Salamanca)
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