Inquietante retirada de libros

Francamente, me parece inquietante lo que leo en un artículo publicado en EL PAÍS sobre la retirada de libros de temática LGTBI que habían sido donados a institutos en Castellón. Se arguye en la denuncia que esta iniciativa “vulnera derechos fundamentales, como el de los padres a decidir la educación de sus hijos, la libertad ideológica y de culto y la obligación de la Administración de ser objetiva y neutral”. No hay nada mejor que educar a un hijo en la tolerancia. Las orientaciones sexuales y la diversidad de género no son ideologías, son realidades. La objetividad y la neutralidad pasan por no intentar ocultar y negar aquello que nos produce un malsano rechazo. ¿Por qué temer a los libros? Los libros no cambian la orientación sexual de los jóvenes, simplemente les ayudarán a respetar a quien pertenece a una opción diferente y pueden ser guía para las personas que aún se encuentran a la deriva sin entender lo que les ocurre y no saben cómo expresarlo.

Alicia Arcenillas Rivas. Alcorcón (Madrid)

Un irreconocible Vargas Llosa

Votar “bien” es votar por la democracia; votar “mal” es votar contra ella. Vargas Llosa trata de aclarar lo que dijo en la convención del PP sobre algunos países latinoamericanos: las elecciones libres son muy importantes, pero también es muy importante que quienes votan voten bien. Y al concluir dijo: ¡Yo votaré al PP! Luego supimos de Sarkozy, del canciller de Austria, y del propio Vargas Llosa en los Papeles de Pandora. En noviembre de 2008, Vargas Llosa fue homenajeado en Osuna (Sevilla). Tuve el honor de presentarle. Me dedicó un ejemplar de Los jefes: “Para Ezequiel con agradecimiento y amistad”. Ante 500 personas le auguré que el Nobel estaba al caer. Y en 2010 se lo dieron. No reconozco, maestro, al autor de La ciudad y los perros en este tan distinto Vargas Llosa.

Ezequiel Martínez Jiménez. Mairena del Aljarafe (Sevilla)

Olvidado mar Menor

Cinco semanas atrás, todos los medios de información a diario hablaban de la catástrofe ecológica en el mar Menor. Ahora la desgracia de La Palma ha engullido a la anterior y raro es que se le dediquen apenas unas líneas. Un ruego a los medios: si ustedes nos olvidan, las distintas administraciones harán lo propio. Mando todo el ánimo para La Palma, pero reclamo un poco más de atención al mar Menor.

Vicente Díaz García. Murcia

Abolir la prostitución

En el 40º Congreso Federal del PSOE en Valencia, Pedro Sánchez prometió abolir la prostitución y Zapatero pidió el fin de la prostitución, una patata caliente que pasa de gobierno a gobierno sin que ninguno se quiera quemar. La prostitución no se puede abolir porque en nuestro país no está bajo el amparo de una ley que la permita. Tampoco se le puede poner fin porque siempre ha existido y existirá aunque una ley la prohibiera. Mejor debería el presidente del Gobierno prometer que creará una ley para prohibirla. Regular la prostitución es misión más difícil que regular el aborto o la eutanasia. La prostitución no es el oficio más antiguo del mundo como se suele decir y tal vez se regule un día, pero ni se abolirá ni se le pondrá fin.

Olivia Codes Alonso. Zaragoza