Golpismo sigiloso en Túnez
Said cuenta con los déspotas árabes, que se han sacado de encima un raro y molesto espejo democrático en el que se reflejaba su impostura


Es un golpe de Estado. Un autogolpe, para ser más precisos. Perpetrado desde la cúpula del poder, por parte de quien representa a la nación, el presidente. Disfrazado primero de remodelación del Gobierno. Más tarde de suspensión temporal del Parlamento. Hasta la concentración en sus manos de todos los poderes, de forma indefinida y quizás definitiva.
Quien lo ha perpetrado sabía lo que hacía. Contaba con un plan secreto para activar el artículo 80 de la Constitución para el caso de una “emergencia nacional” y un “peligro inminente”, representados por la desastrosa gestión de la pandemia, el penoso estado de las finanzas públicas y la corrupción. ¿Cuántos golpes de Estado podrían justificarse con estos argumentos en todo el mundo?
El momento álgido fue la convocatoria del primer ministro, Hichem Mechichi, al palacio presidencial. Según la versión del digital radicado en Londres Middle East Eye, nadie le ha visto desde el 26 de julio, cuando fue convencido para que dimitiera por un grupo de personas a las órdenes de Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que quizás utilizaron los métodos de persuasión habituales en las monarquías y las dictaduras árabes.
Su desaparición de la vida pública tiene que ver, según esta versión, con las huellas que pudieron quedar en su rostro de los argumentos persuasivos empleados por sus interlocutores. Fue un momento histórico, puesto que la República de Túnez regresó de golpe —puede que a golpes— al redil autoritario de donde salió con la revolución de los jazmines en diciembre de 2010.
El de Kais Said ha sido un autogolpe sigiloso y a cámara lenta, aprovechando la distracción del verano y de la crisis afgana. Gracias a los vacíos legales de la Constitución y a la vulneración de algunos artículos bien llenos, como los que le obligaban a mantener abierto en sesión permanente al Parlamento y a consultar al primer ministro y al presidente del legislativo antes de tomar las medidas excepcionales.
Said cuenta con las Fuerzas Armadas y la Policía. También con la población harta de corrupción y de miseria. Y, sobre todo, cuenta con sus iguales, los dictadores y monarcas que se han quitado de encima ese espejo democrático, excepcional y molesto, en el que se reflejaba la impostura y la indecencia de su poder despótico. Era hace un mes un dictador en ciernes. Con la suspensión sine die del Parlamento, es ya un dictador hecho y derecho, como todos los otros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
Prima de diciembre 2025: ¿Cuál es la fecha límite para recibir el pago y cómo calcular el monto?
Kast gestiona con presidentes de la región un corredor humanitario para devolver a los migrantes irregulares
La Administración Trump amplía a 39 países la prohibición de viajes de sus ciudadanos a Estados Unidos
Lo más visto
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- La UCO precipitó la detención del expresidente de la SEPI porque se percató de que lo seguían cuando iba a una cita con Leire Díez
- El rechazo de Francia y las dudas de último minuto de Italia amenazan con descarrilar la firma del acuerdo entre la UE y Mercosur
- La jueza de la dana declina citar a Sánchez porque no consta que estuviera informado “en tiempo real” por Mazón como Feijóo
- Un tercio de las personas LGTBI+ ha sido expulsado de su casa por su orientación o identidad





























































