Un mercado laboral enfermo
Los lectores opinan sobre el empleo en España, la pandemia, el 8-M y la justicia
Nuestro mercado laboral ya estaba enfermo antes de la actual crisis pandémica. No puede tener otro calificativo un mercado que expulsa a hombres y mujeres recién cumplidos los 50, desaprovechando un formidable caudal de formación y/o experiencia. Las tasas de paro juvenil son escandalosas, intolerables y dramáticas. Cómo imaginar un futuro quien no lo tiene, a pesar de la formidable formación académica que atesora, y que se ve obligado a aceptar trabajos precarios o a emigrar. Cómo pensar en la jubilación quien es despedido 10 años antes por puro capricho empresarial. Cómo tener esperanza cuando la esperanza viste de negro y las políticas o bien son un clamoroso fracaso o bien son inexistentes. ¿Hay alguien al mando capaz de enderezar la nave, generar ilusión con hechos —las palabras se mueren de puro hastío— y poner remedio a esta sangría?
F. Javier Santos. Porto do Son (A Coruña)
Claman desde el cielo
Quién me iba a decir a mí hace ahora un año que podría entrar en un banco con gafas de sol y una mascarilla sin que saltasen todas las alarmas. Fuera bromas; tengamos, por favor, un poquito de sentido común y pensemos no en salvar la Semana Santa o el verano, sino en que nos salvemos todos. Decenas de miles de víctimas claman desde el cielo resignadas a no poder tener una segunda oportunidad. Personas fallecidas que no pudieron despedirse de sus familiares, que perdieron todo lo que tenían y lo que podrían haber tenido.
Pedro Vicente Esteve Oliver. Alicante
Radar Covid
La aplicación no ha funcionado por diversas razones. Por ejemplo, bien por dar positivo en covid o por estar en contacto con alguien que lo sea te prescriben estar 10 días confinado en tu domicilio, ¿después ya no contagias? No te ofrecen el número clave para darte de alta en la aplicación, y aunque lo obtuvieras y lo incorporaras es igual, cuando alguien te detecte ya no eres transmisor.
Miguel Morillo Vera. Toledo
Que se mantenga viva la marea violeta
No saldré a dejarme la voz en una manifestación este año, pero no por ello dejaré de seguir combatiendo. Combatiendo porque se oiga fuerte nuestra lucha y porque retumben alto y claro los nombres de las que ya no están. Porque sigamos con el legado de las que lucharon años atrás e intentemos dejar uno aún mejor para las que en un futuro todavía tendrán mucho por lo que luchar. Que incluyamos a todas en nuestra batalla por la igualdad, no permito que dejemos a ninguna atrás. Unidas, libres y combatientes; el feminismo, los 365 días del año.
Guadalupe Gavilán Gómez. Córdoba
El color de la justicia
Hasta hace pocos años, los colegiados arbitraban partidos de fútbol vestidos de negro; idéntico color que el de las togas del colectivo judicial. ¿Es, acaso, el negro el color asignado para impartir justicia? No debería, es serio y elegante, pero también misterioso. Pugnan los partidos políticos por incluir en la renovación del CGPJ a jueces proclives y excluir a los que no son afines. Si la elección se realizase mediante votación de un amplio espectro del colectivo judicial, creo que veríamos la justicia más pura, más blanca.
Ángel Andrés Villuendas. Barcelona
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