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Columna
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Como se esperaba: no se cumplió

El Gobierno de Iván Duque se concentrará en el ritmo de la vacunación para que la ciudadanía evalúe su gestión

Ariel Ávila
Iván Duque junto a funcionarios de su Gobierno durante la primera jornada de vacunación contra la covid, en Sincelejo.
Iván Duque junto a funcionarios de su Gobierno durante la primera jornada de vacunación contra la covid, en Sincelejo.Nicolas Galeano / Colombian Pres (EFE)

Todavía no está claro cómo evaluará la historia a los diferentes gobernantes sobre su gestión en la pandemia. El capítulo final aún no está escrito. Pero con la lenta llegada de las vacunas ya se pueden ir sacando algunas conclusiones. Los expertos manifiestan que dicha evaluación se puede dar sobre tres tiempos. Por un lado, la gestión de la pandemia, la cual se mide en el número de muertos y contagios y, particularmente, en la tasa por millón de habitantes. En este caso, Colombia es de los países peor evaluados, particularmente porque a la fecha tiene 60.000 muertos y más de 2,2 millones de contagiados. Además, fue uno de los países con las cuarentenas más largas y, a pesar de ello, los números son dramáticos. A este ritmo se prevé que al final del año la cifra de muertos podría estar rondando los 100.000.

El segundo momento o tiempo para la evaluación se refiere a la adquisición de vacunas. Igualmente, en este caso Colombia sale mal evaluada, las vacunas llegaron a mediados del mes de febrero, es decir, casi dos meses luego de que llegaran a otros países de la región. Colombia fue uno de los últimos países donde aterrizaron. El problema en este punto fue que el Gobierno anunció desde el 18 de diciembre la llegada inminente de vacunas y luego comenzó a retrasar la fecha. Al final, quedó la sensación de un Gobierno que decía mentiras y que no tenía claridad sobre lo mínimo de la adquisición de vacunas.

El tercer periodo para evaluar es el plan de vacunación. En teoría, durante este tiempo se podría recuperar todo lo que se perdió en la compra de vacunas e, incluso, mejorar rápidamente la evaluación sobre el primer periodo. Nuevamente, Colombia, al menos inicialmente, sale mal evaluada. Al 28 de febrero se aplicaron 130.000 dosis. Las proyecciones hablaban de alrededor de un millón de dosis aplicadas, es decir, apenas se logró cerca del 10% de lo proyectado. Números bastante bajos.

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Desde el mes de febrero Colombia debía aplicar mínimo 100.000 dosis al día para llegar al final del año a los millones de vacunados que se propuso el Ejecutivo. En fin, en dos semanas el Gobierno colombiano hizo lo que debía hacerse en un día. Así las cosas, el problema no solo se refiere a la disponibilidad de vacunas, sino al ritmo de la aplicación. A este ritmo, al final del año habrá apenas 4 o 5 millones de vacunados, o lo que es lo mismo, 45 millones de personas no vacunadas. Lo cual significaría una evaluación muy negativa para la Administración Duque.

Todo parece indicar que es en el ritmo de la vacunación donde el Gobierno se ha concentrado y se concentrará para que la ciudadanía evalúe su gestión. En los aspectos sociales, económicos, políticos y de seguridad la sensación es de fracaso, por ende, apostarle todo a la vacunación parecería una buena estrategia. Sin embargo, el arranque ha sido muy negativo, como lo ha sido en casi todos los aspectos. La esperanza para la Administración Duque se centra en dos caminos. Por un lado, en que lleguen millones de vacunas y que el plan de vacunación arranque con fuerza, se necesitarían cerca de 200.000 dosis al día. La segunda, por increíble que parezca, es que luego del tercer pico de la pandemia el país no logre un cuarto pico y con eso evitar una situación de estrés como la que se vivió entre diciembre y enero cuando llegó el segundo pico. Algunos asesores creen en esta última posibilidad. A mediados de año habrá un panorama mucho más claro.

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