En la niebla
Confinado de nuevo, esta vez para sobrevivir, pienso limpiar mi mente estando durante quince días sin noticias; olvidaré el nombre de los políticos y en su lugar ocuparán mi pensamiento imágenes de dioses esculpidos por Fidias


Cuando al final del pasado invierno la peste estableció su reino entre nosotros, pese a tanta desventura en el campo se ondulaba el trigo recién germinado y en el viñedo despertaba la savia ajena a la tragedia. Durante la primavera fuimos confinados. En medio de la confusa niebla uno podía imaginar que ese trigo un día sería crujiente pan candeal y que en otoño llegaría el vino de estas cepas para brindar por nuestra victoria sobre la pandemia. Pero mientras el trigo se hacía harina y la uva maduraba, en verano celebramos fiestas desmadradas en honor a Baco, dios del botellón, y el virus como venganza volvió a desbridar todos sus caballos. En las pestes medievales los clérigos se servían del pánico de la gente para afianzar su poder al atribuirlas a un castigo de Dios. También ahora el poder atribuye el rebrote del virus a nuestro mal comportamiento. Arrepentíos, malditos. En todo caso, por mi parte, confinado de nuevo, esta vez para sobrevivir pienso limpiar mi mente estando durante 15 días sin noticias; olvidaré el nombre de los políticos y en su lugar ocuparán mi pensamiento imágenes de dioses esculpidos por Fidias; cambiaré los salmos de Isaías por media docena de higos; recordaré a los amigos junto con el sonido de cigarras bajo la bruñida luz del estío; tendré una fe absoluta en que esa ola que me baña en esta orilla viene directamente del mar de Grecia a recordarme que estoy vivo todavía; la uva moscatel de esta vendimia dejará pringadas de azúcar algunas páginas de Homero; puede que algunos versos de Píndaro guarden un sabor a queso de cabra, mientras el aceite virgen de oliva resbalará sobre un pimiento asado con la suave cadencia de un hexámetro de Horacio. Solo añadiendo a esto una hogaza de pan de este año y el vino de esta cosecha 2020, el confinamiento alcanzará un valor universal bajo la niebla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Nikola Jokic se adueña de la Navidad en la NBA
TVE marca su mejor Nochebuena en cuota de audiencia de 14 años y Telecinco encamina su hundimiento
Harald de Noruega y Mette-Marit opinan sobre la imputación de Marius Borg: “Lo que más me molesta es que me critiquen por cómo lo hemos gestionado”
Muere un joven al caer accidentalmente al agua en el puerto de Barcelona
Lo más visto
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva
- Los socialistas valencianos reclaman a Feijóo que entregue a la jueza de la dana la conversación íntegra con Mazón




























































