Sin los deberes hechos
Se habla de más y con el lenguaje de antes, el caduco lenguaje que cerraba la puerta a acuerdos necesarios. Es ofensivo
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Sí, yo también, como usted, he visto a viejos que avanzan a duras penas por la calle. Inclinados sobre el bastón, recortado su aliento por la mascarilla. He visto a ancianas arrimarse contra la pared para evitar los efluvios hormonados del grupo de adolescentes que pasan a su lado sin verlas. Sin duda, la pandemia ha añadido vejez a su avanzada edad. He visto familiones en los chiringuitos, diciéndole pa-ta-ta al camarero que les tomaba una foto para las redes, convencidos de que en el cobijo de la tribu el virus no circula. Y sin llegar a la célebre categoría de policía de balcón me he asomad...
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