Paraíso irlandés
Dublín permite tributar menos a las grandes empresas de Estados Unidos
El 52% de los beneficios de las multinacionales de Estados Unidos en el exterior se logró en paraísos o semiparaísos fiscales, según sus datos oficiales sobre 2018, recién publicados. Y una cifra similar, el 47% de las ganancias que obtuvieron en Europa, se vehiculó desde Irlanda (83.000 millones de euros), que desvió así a través de distintos métodos de elusión los beneficios obtenidos por esas compañías en países socios, en detrimento de sus respectivas Haciendas.
Este sustancial perjuicio al resto de los contribuyentes europeos y a la financiación de sus sistemas de bienestar está directamente provocado por la desleal fiscalidad societaria irlandesa, oficialmente, del 12,5%, pero en la práctica, a tipos reales muy inferiores. Y se perpetra en combinación con oscuras triangulaciones desde Holanda y Luxemburgo a Bermudas, Bahamas y otros infiernos de la injusticia fiscal. La realidad es, sin embargo, prístina: por cada dólar que la multinacionales norteamericanas gastaron en salarios en la isla verde, obtuvieron nueve de beneficios, que naturalmente habían reorientado artificiosamente desde otras jurisdicciones europeas.
Esta agresiva competencia ha registrado para sus beneficiarios dos recientes alivios temporales. Uno es la sentencia del Tribunal General de la UE desestimando la multa de la Comisión contra Google por eludir el pago de 14.300 millones de tasas en Irlanda. Otro es la paralización, por el presidente Donald Trump, del procedimiento armonizador fiscal global abierto en la OCDE. Para ninguno de los dos se augura un futuro prometedor. El tribunal superior europeo suele ser en estos casos más exigente. Y a día de hoy la continuidad del mandato de Trump no se atisba como nada segura.
Pero. además, el escenario económico europeo ha experimentado un cambio considerable. La discusión del paquete de recuperación se ha vinculado al presupuesto septenal 2021-2027, a los nuevos impuestos europeos para la emisión conjunta de deuda y al papel reaccionario de semiparaísos como Holanda, que no dejan de ser atajos hacia los infiernos caribeños a través de Irlanda.
La competencia fiscal desleal de Irlanda hacia sus socios resulta, por añadidura, crecientementemente insostenible, desde luego desde la mínima coherencia argumental. Este país fue directo beneficiario de un gigantesco rescate global en la Gran Recesión; y está siendo especialmente mimado y amparado por sus socios (y perjudicados por su deslealtad fiscal) en la negociación de la retirada definitiva británica del Reino Unido, y del posible futuro acuerdo con la UE. En este proceso, los 27 defienden la integridad del mercado interior contra cualquier atisbo de un paraíso británico a lo Singapur, con impuestos irrisorios, deslelaes y dañinos para sus competidores continentales. Justo los que practica Irlanda.
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