¡Que suene la tambora! ¡Que viva Mazatlán!
Karla Quintana Osuna|
Censurar la alegría, la identidad, así como el derecho al esparcimiento, y, sobre todo, al espacio público, no solo es inaceptable e injustificado, sino ilegal
Censurar la alegría, la identidad, así como el derecho al esparcimiento, y, sobre todo, al espacio público, no solo es inaceptable e injustificado, sino ilegal