Los empresarios mexicanos piden al Gobierno un cambio en el mecanismo de quejas laborales del TMEC
La iniciativa privada busca mejores condiciones de la herramienta dentro del tratado. México ha enfrentado una treintena de procedimientos en contra en los últimos tres años
La iniciativa privada ha puesto el punto de mira sobre el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida de cara a la próxima revisión del TMEC, en 2026. Esta herramienta ha sido una de las más socorridas por Estados Unidos y Canadá para exigir a las exportadoras e importadoras mexicanas que cumplan con salarios justos y libertad sindical, entre otros derechos. Desde su implementación, en mayo de 2021, ha recibido 30 quejas laborales de sus socios comerciales de América del Norte. Estos señalamientos derivan de los propios sindicatos nacionales, quienes han encontrado en este mecanismo una puerta de denuncia en contra de las supuestas violaciones a sus derechos laborales. No obstante, los empresarios mexicanos han externado que el suelo del mecanismo no es parejo, porque en México la queja se puede activar a partir de una mera denuncia, mientras que en EE UU y Canadá debe pasar, primero, por las autoridades laborales de esos países.
A semanas de la victoria de Donald Trump, el presidente de la Comisión Laboral del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Lorenzo Roel, ha declarado que en este momento se están escuchando las opiniones de los empresarios para ver de qué manera las empresas afectadas puedan tener un acceso directo sobre el proceso. “Se está haciendo un análisis de lo que ha sucedido en los diversos procesos y en la inquietud del Gobierno mexicano de equilibrar el mecanismo. Creo que tenemos el tiempo suficiente para prepararnos y ver de qué manera construimos un mejor procedimiento”, declaró a medios locales. En esta misma línea, la patronal mexicana, Coparmex, ha instado a que se revisen las condiciones de equidad del mecanismo internacional. Juan Carlos de la Vega, vicepresidente del organismo empresarial, también ha defendido que primero debería de ser un mecanismo simétrico, porque actualmente es asimétrico, debido a que México no puede presentar quejas como lo hace Estados Unidos: “Las empresas que reciben un procedimiento de este tipo, en principio, nunca les es notificada la copia de la queja”.
Una de las diferencias más grandes entre el antiguo TLCAN y el TMEC, reformulado en 2021, apuntan a las disposiciones para denunciar abusos laborales por parte de los sindicatos. El TMEC incluyó la creación del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en instalaciones específicas, un procedimiento inédito de resolución de controversias. Para denunciar a México mediante el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida, basta que Estados Unidos o Canadá consideren que hay una posible violación. La carga de probar la inocencia cae, además, sobre el país demandado. En cambio, si México quiere denunciar a sus socios comerciales, la queja tiene que haber sido admitida previamente por las autoridades laborales de esos países.
A principios de noviembre, Estados Unidos solicitó al Gobierno mexicano que investigue la situación en la empresa Vidrio Decorativo Occidental, un fabricante de Matamoros, Tamaulipas. Esta supone la queja 30 bajo este esquema. El Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida ha llevado a revisión tanto a grandes multinacionales como Panasonic o General Motors y a una treintena de empresas más con vocación exportadora: mineras, textileras y centros de atención telefónica.
Un aliado de los sindicatos
Manuel Fuentes Muñiz, experto en temas laborales, contrasta que si bien el mecanismo tiene asimetrías desde el punto de vista patronal, se ha convertido en un puente de justicia para los trabajadores mexicanos. Los sindicatos nacionales, indicó, han encontrado en este mecanismo a un aliado clave para denunciar los abusos al interior de sus centros de trabajo y obtener justicia, una posibilidad que les ha sido negada vía los tribunales laborales en México. “El mecanismo ha tenido un éxito desde el punto de vista de los trabajadores. Ha sido un hito porque se han logrado cuestiones inusitadas, como la reinstalación de los trabajadores que, si se hubieran iniciado un proceso laboral en México, no habrían logrado su reinstalación”, indica.
Fuentes Muñiz reconoce que las empresas mexicanas sí están en desventaja para presentar denuncias respecto a sus contrapartes en Estados Unidos o Canadá, sin embargo, advierte que esta asimetría se explica porque no se negocia entre iguales. Estados Unidos tiene más poder de negociación que México en el TMEC, más ahora cuando se prevé una revisión más dura del tratado de la mano del republicano Trump. Por otra parte, Fuentes Muñiz explica que los sindicatos mexicanos recurren a esta herramienta porque en el territorio mexicano no hay recursos ni personal capacitado para dar salida a sus denuncias laborales.
El panorama no es alentador para el próximo año, advierte, dado el recorte de presupuestos que se contempla para la Secretaría del Trabajo en 2025. En el Presupuesto de Egresos se prevé un ligero recorte para la dependencia, al pasar de 28.603 millones de pesos en 2025 a 27.830 millones. Sin embargo, en el rubro de impartición de justicia laboral se plantea un recorte del 9% al pasar de 840 millones de pesos a solo 767 millones de pesos. “Los reclamos internacionales van a incrementarse porque al haber una reducción de las capacidades y posibilidades laborales mexicanas, esto va a traer como consecuencia que no van a estar vigilando y los patrones van a ver más fácil que una reclamación nacional no sea atendida”, concluye Fuentes Muñiz.
La compleja relación laboral entre México y EE UU pasa por el millonario intercambio de exportaciones e importaciones entre los dos países. México es el principal socio comercial de Estados Unidos, con una participación del 15,7%, superando a China y Canadá. De enero a septiembre, las exportaciones mexicanas a su vecino del norte sumaron 378.884 millones de dólares, un alza del 6,5% respecto al mismo lapso de 2023.
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