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Jorge Martínez-Piva, oficial de la Cepal en México: “Se puede hacer una política productiva en el país sin una reforma fiscal”

El jefe en México de la sede regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe advierte de que se requiere de un Estado rector que coordine los ejes del desarrollo productivo

Jorge Martínez-Piva, oficial de la Cepal
Jorge Martínez-Piva en Ciudad de México.Aggi Garduño
Karina Suárez

En la antesala de un cambio de Gobierno y del debate sobre una reforma estructural al Poder Judicial en México, la oficina subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) aboga por un viraje en las políticas públicas de desarrollo productivo del país. Después de un análisis de más de dos años con académicos, portavoces de las organizaciones civiles y actores públicos y privados, el organismo multilateral ha publicado el documento Temas clave para diseñar e implementar una política de desarrollo productivo sostenible en México, un estudio en el que propone un cambio de paradigma industrial hacia un Estado mucho más abierto a los consensos con expertos y empresas, pero que también fortalezca su papel como eje rector de los esfuerzos para alcanzar un desarrollo sustentable, más equitativo y transparente.

Jorge Mario Martínez-Piva (Alajuela, Costa Rica, 56 años), oficial de la sede subregional de la Cepal en México, explica que décadas atrás, el cambio industrial tenía como estandarte la fragmentación productiva, el mercado y la liberalización comercial y financiera. Sin embargo, advierte de que ya se ha dado una reconfiguración de estas cadenas productivas a partir de la relocalización en países cercanos, así como por la revolución tecnológica y el cambio climático.

En un país donde aún existen más de nueve millones de personas en pobreza extrema, según las cifras oficiales, el portavoz en México de la Cepal reconoce los desafíos en el horizonte que encarará el Gobierno de Claudia Sheinbaum en materia económica e industrial, sin embargo, también confía en que implementar una política productiva acorde a las necesidades locales de cada Estado o región redundará en una mejor distribución de la riqueza. El documento, signado por la Cepal no pretende quedar en los estantes de la academia o arrumbado en algún cajón, por el contrario, el organismo buscará en los próximos días a la presidenta electa para exponerle con mayor detalle estas propuestas.

Pregunta. ¿Cuáles fueron los principales desafíos para llevar al papel esta nueva propuesta de política de desarrollo productivo sostenible en México?

Respuesta. América Latina para desarrollarse debe industrializarse, abandonar las formas tradicionales de producción de baja productividad y trasladarse hacia unas nuevas. Lo que estamos haciendo ahora es actualizar las propuestas de la Cepal. En este caso, en México, iniciamos hace dos años y dado que las políticas productivas son tan complejas, decidimos hacer mesas de diálogo con diferentes actores tanto del sector público como privado y algo muy importante fue que en el documento nos enfocamos en los consensos.

P. ¿Cuál fue el consenso al que llegaron?

R. Hay el consenso de que es necesario hacer una política productiva en México porque no hacer nada mantiene al país en una trayectoria de inercia, y para salir de esa inercia se requieren intervenciones públicas y privadas. Es un momento super oportuno porque Estados Unidos lo está haciendo, el mundo lo está haciendo y México nunca ha dejado hacer política productiva, solamente queremos acelerarlo, por ejemplo, ya se han sentado las bases para el Istmo de Tehuantepec, para hablar de polos de desarrollo. Y el nuevo Gobierno de Claudia Sheinbaum plantea ya algunas prioridades, por ejemplo, la transición energética, ya hay una señal al sector productivo de qué debe hacer y por dónde debe ir.

P. ¿La propuesta de política productiva de la Cepal aboga por un Estado más fuerte?

R. Propone un Estado diferente. No necesariamente tiene que ser más fuerte, sino un Estado eficiente, con prospectiva, y eso significa una nueva forma de hacer las cosas internamente. También significa un reto para el sector privado en la planificación y para establecer un mecanismo de diálogo con el Estado, porque la transformación del sector productivo no lo puede hacer sobre el sector público, el sector público da la dirección y las regulaciones, pero se requiere de la participación del sector privado forzosamente.

P. ¿Cuál fue el error en el que incurrió el país para que a estas alturas aún no se tenga una política robusta de desarrollo productivo?

R. No se trata necesariamente de un error, fue un ensayo, fue una política basada en un consenso en el que se creyó que el mercado lo podría solucionar todo solo y que de manera automática el mercado iba a generar los sectores ganadores y si funciona así, pero mantuvo un montón de sectores poco desarrollados, por ejemplo, la agricultura donde se mantuvo poca productividad y trabajos precarios y, por lo tanto, se requiere corregir el rumbo.

P. ¿En este Gobierno han visto ya un cambio de paradigma en esta dirección?

R. Los cambios se han venido dando en México y en todos los países en cuanto al rol que tiene que jugar el Estado en la conducción de la economía y como esos cambios son muy lentos, porque los cambios de estructura no se dan de un año a otro es posible que esos cambios los tengamos que ver más allá de un sexenio, transexenalmente.

P. ¿Cuáles son los focos rojos que México debe atender de forma más urgente?

R. Es importante en México hacer una política territorializada y dialogada y para eso las propuestas de hacer diálogos territoriales son fundamentales, eso nos ayuda a identificar las prioridades y, por otro lado, a ganar socios, a traer gente a bordo del proyecto. Yo creo que eso ha faltado en México, es un país muy grande, muy complejo y es necesario fomentar esa clase de diálogos que conduzcan al diseño de una política con vocación territorial.

P. Se habla de trabajos mejores pagados, de innovación, de valor agregado, sin embargo, esta es una discusión que en México se ha tenido por años sin que los hechos estas propuestas logren despegar, ¿en qué se ha fallado?

R. En el qué estamos de acuerdo, queremos mejores empleos, queremos una industria más dinámica, mayor valor agregado, en el cómo es donde estamos fallando, entonces, tenemos que trasladar nuestra conversación de los qués a los cómos y yo creo que los cómos están en la gobernanza, en la gobernanza basada en diálogos y esos diálogos no pueden ser solo del Estado o del sector privado, esos diálogos deben de ser sociales. Y, por otro lado, esa gobernanza también se sustenta en las capacidades políticas, prospectivas y técnicas.

P. ¿Considera que iniciativas como el Plan C y la reforma al Poder Judicial puedan ahuyentar a las exportaciones y a la atracción de la inversión extrajera?

R. Es normal que con cualquier reforma, con cualquier cambio de status quo, se generan temores, sin embargo, México está en tal condición de privilegio con la cercanía de Estados Unidos, que las inversiones siguen llegando, algunas podrán aplazarse en el tiempo, posiblemente, pero no vemos un cambio disruptivo en las tendencias de las inversiones. Ahora, evidentemente, lo que estamos viendo es una propuesta política de reorganización desde el sector público y ahí tienen mucho que decir los diferentes sectores y ahí, de nuevo, la capacidad política es importantísima para que las cosas funcionen bien y yo estoy confiado, soy optimista de las capacidades políticas existen en México.

P. ¿Se puede implementar una política productiva tan ambiciosa como la que plantea sin una reforma fiscal?

R. Se puede hacer una política productiva sin reforma fiscal, sí, sí se puede, porque mucho de lo que requiere una política productiva es coordinación de inversiones y la coordinación de inversiones no necesariamente requiere una reforma fiscal, requiere un Estado capaz de planear a largo plazo, capaz de traer los consensos del sector privado y generar propuestas de desarrollo que atraigan a nacionales y extranjeros y en el que el Estado coordina no necesariamente tiene que ser el mayor inversor, que el Estado sea el rector no quiere decir que tiene que gastar mucho dinero. Lo que sí es cierto, es que tiene que ser un Estado en el que las capacidades públicas estén mucho mejor definidas y con capacidad operativa para conducir al país hacia los objetivos propuestos.

P. Si se implementa la agenda productiva de la Cepal ¿cuánto más podría crecer la economía mexicana?

R. Es difícil ponerle un número al crecimiento, va a depender mucho la capacidad de inversión, pero quizá más importante que el crecimiento del PIB es cómo vamos a distribuir las cargas y los beneficiarios. En México logramos disminuir la pobreza, pero no logramos disminuir significativamente la pobreza extrema, por lo tanto, ahí tenemos un reto todavía para atender a esos más pobres, sí logramos aumentar la riqueza, de hecho, las empresas más ricas de México se han visto beneficiadas, entonces, tenemos las condiciones idóneas para decidir cómo vamos a distribuirla internamente.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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