Los Yunes: bienvenidos a Morena
Como parte de la estrategia para engordar el padrón de militantes y asegurar el precioso voto faltante en el Senado, Miguel Ángel Yunes Linares ha entrado a Morena
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Solo quienes estén comprometidos con el cambio verdadero y se adhieran a los principios del partido, podrán marchar en las filas de Morena. Esa era la promesa.
Los fundamentos de la organización política —plasmados en su Declaración de Principios— ofrecían ser frontera más que palabras. Proponían erradicar el viejo régimen con ética, así como desterrar políticos corruptos que ven a Morena como atajo o trampolín. Servirse y no servir.
Un reojo a la dinastía Yunes basta para revelar que la afiliación de su primogénito al partido es mucho más que contradicción: es un coqueteo con el abismo.
El Alfa y la Omega
Yunes primero —Miguel Ángel Yunes Linares— es hijo de Veracruz y de un fabricante de escobas. Llegó al mundo un año antes que Obrador, cuando 600 kilómetros los distanciaban. Con el tiempo, esa separación no hizo sino profundizarse.
Formado en la universidad de su Estado, el abogado se afilió al PRI a los 17 años. Para los 25 años ya había sido asesor legal del municipio, agente del Ministerio Público y presidente del Tribunal Fiscal del Estado. A Yunes Linares nadie podrá negarle el instinto para el acomodo: lo ejerce desde niño.
Bajo las siglas del PRI, su trayectoria fue tan prolífica como vertiginosa. Diputado local, delegado de la Secretaría de Desarrollo Urbano, secretario de Gobierno. Yunes Linares no aceptaba pausas; llevaba prisa.
En los noventa, Yunes aprendió el arte de la represión. Lo padecieron estudiantes, campesinos, opositores y periodistas. Todos fueron blanco de su mano dura. Se le atribuye, incluso, la detención de Dante Delgado cuando iba a despedirse de su padre que moría.
Su administración no pasó de noche. La Comisión Nacional de Derechos Humanos acumuló más de 17 recomendaciones en contra de sus gestiones: tortura, detenciones arbitrarias, allanamiento de morada, incomunicación.
El que se llamaba Judas, se acercó para besarle
A Yunes Linares la transición democrática —así sigue llamándose—, lo sorprendió a los 48 años en la Secretaría de Gobernación. Para entonces, había desfilado por múltiples puestos: asesor del subsecretario de Seguridad Pública, director general de Prevención y Readaptación Social y coordinador de asesores. Como siempre, ejecutó dobles saltos mortales para aterrizar peinado.
Atención: por primera vez Yunes se disponía a negar sus raíces.
En 2003, Miguel Ángel Yunes, ya con experiencia como diputado federal, dio el banderazo a una nueva alianza con una compañera de bancada: Elba Esther Gordillo, entonces lideresa del SNTE y archienemiga de Roberto Madrazo.
La alianza con Elba Esther terminó por empujarlo fuera de su partido. A ella la expulsaron. Él renunció para vestir de azul y blanco.
Tras el fraude de 2006 que llevó a Calderón a la Silla Grande —con la maestra Gordillo como operadora clave—, Yunes fue premiado. Primero, como secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Después, como director del ISSSTE.
—A Elba Esther le entregaron la SEP, la Lotería Nacional y el ISSSTE y ella, a su vez, se lo pasó a Yunes —recordó López Obrador años después.
Atención: por segunda vez, Yunes se disponía a traicionar a los suyos.
—Usted sabe bien el cuento que hay del alacrán y la rana —metaforiza Elba Esther al referirse a Yunes —Cuando la rana ayudó a cruzar el río a un alacrán y este le picó por la espalda. Así es la vida, a veces uno también es rana —concluye.
Y es que, en 2010, Yunes le entregó a Calderón —a cambio del respaldo presidencial— pruebas de que Elba Esther exigía 20 millones de pesos mensuales al ISSSTE. Gracias a ello, Yunes fue candidato a gobernar Veracruz. Quería suceder a Fidel Herrera, su examigo. Le ganó Javier Duarte.
Pobre Estado.
Fue hasta 2016 en que Yunes Linares cumplió su sueño de gobernar su estado. Lástima para él que fue solo por dos años. Una minigobernatura. La grande, pensó, sería para su primer hijo.
Un demonio en el Edén
—Acabo de dar a conocer una carpeta azul con todas las propiedades de Yunes en México y en el extranjero —anunció AMLO en un mitin en Tuxpan en 2017. Tiempo después, él mismo la entregó a Peña.
La dinastía Yunes ha edificado un imperio de propiedades, dinero, enemistades y órdenes de aprehensión. Siempre hay espacio para una más en el legado familiar.
Primero llegaron las del padre.
La primera denuncia la presentó Manuel Espino, acusándolo de adquirir propiedades en Veracruz y la Ciudad de México por un valor muy superior a sus ingresos. Luego vino la de Javier Duarte: lavado de dinero, delincuencia organizada, inmuebles por más de 400 millones de pesos. La tercera la interpuso el SNTE por similares delitos. Entre bomberos sí se pisan la manguera.
Las siguientes denuncias llegaron tras las investigaciones de la ASF. Apuntan a su gestión en el ISSSTE, donde desvió casi 350 millones de pesos para supuestamente comprar cámaras de seguridad y otros 3 mil millones por malos manejos.
Y eso no es todo.
Yunes Linares también enfrenta denuncias por pederastia, pornografía infantil, trata de personas y amenazas. Su nombre aparece junto con al de Jean Succar Kuri, Mario Marín y Kamel Nacif en Los demonios del Edén, donde Lydia Cacho los señala como parte de una red de explotación infantil. Después, la Procuraduría de Quintana Roo abriría una investigación en su contra.
—Yo vi a Miguel Ángel Yunes Linares con Sofi, una de las niñas de ocho años —declaró Edith Encalada, una de las victimas de la red de pederastia quien conoció a Yunes Linares hace más de 20 años.
La investigación sobre la red de trata y explotación destapada por Lydia Cacho ha derivado en, al menos, siete sentencias condenatorias, incluida una por 118 años en contra de Succar Kuri. Algo de agua carga el río.
Lo que se hereda, no se hurta
Los hijos de Yunes Linares no se han librado de la maldición sucesoria.
Yunes Segundo —Miguel Ángel Yunes Márquez—, recién bautizado morenista, también tiene en su armario esqueletos de sobra.
Quien fuera presidente municipal de Boca del Río se encuentra investigado por falsificación de documentos, falsedad de declaraciones y fraude procesal porque, en 2021, al solicitar su registro como candidato a alcalde de Veracruz, presentó documentos falsos facilitados por su hermano para acreditar que vivía en el puerto. La acusación le valió una alerta migratoria y una ficha roja de la Interpol.
Yunes Márquez no está solo; su esposa lo acompaña.
—Recuerdo cuando Miguel Ángel Yunes Márquez quiso ser alcalde y lo impugnaron. Nosotros lo defendimos en ultima instancia para que pudiera ser el candidato del puerto de Veracruz. Cuando ya no pudo, nos pidió que pusiéramos a Paty Lobeira, su mujer —reclamó Marko Cortés en tribuna durante la Noche de la Gran Reforma.
Si el hecho de que la esposa de Yunes Márquez sea alcaldesa de Veracruz no alcanza para el escándalo, sumemos esto: la mujer del actual senador carga con un inventario de delitos imputados: peculado, desvío de recursos, encubrimiento, incumplimiento de funciones públicas, falsificación de firmas y documentos en licitaciones, además de fraude a la hacienda pública.
Que lo que Dios ha unido, no lo separe la Fiscalía.
Yunes Tercero —Fernando Yunes Márquez y predecesor de Patricia Lobeira en el gobierno de Veracruz— también está bajo investigación por irregularidades en su gobierno municipal, incluyendo el desvió de 92 millones de pesos y la construcción de una torre ilegal en pleno centro histórico de Veracruz.
Por último, Yunes Cuarto —Omar Yunes Márquez— tampoco escapó del legado sanguíneo. El joven empresario figuró en los Panamá Papers, vinculado a compras millonarias en Manhattan, Polanco y a la adquisición de decenas de restaurantes mediante empresas offshore. Habrá que ver qué cara pone cuando le informen que su hermano predica que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre.
Una bonita familia: Dios los hizo, ni siquiera tuvieron que juntarse.
Yunes es igual a Duarte
La disputa entre la dinastía Yunes y la izquierda mexicana es tan añeja como feroz.
Así, por ejemplo, se sabe que, en 1994, Yunes Linares contrató teporochos y travestis para sabotear un mitin de Cuauhtémoc Cárdenas en el café de La Parroquia.
O que en 2006 operaba junto a Elba Esther Gordillo, una de las principales artífices del fraude electoral de aquel año.
O que, en 2017, despotricaba contra Andrés Manuel llamándolo loco, vividor del sistema, corrupto y de recibir dinero de Javier Duarte.
En su momento, lo anterior, sumado al historial de la dinastía Yunes que habita a plena luz, llevó al macuspano a señalar lo obvio.
—Así como el PRI y el PAN son lo mismo; también lo son Fidel Herrera, Javier Duarte y Yunes Linares.
Dad y se os dará: el voto 86
Durante la campaña del 24, los Yunes seguían en guerra con Morena. Su enemiga principal: Rocío Nahle, la candidata al gobierno de Veracruz. El hijo aspiraba al Senado; el padre, a colarse como suplente. La dinastía se negaba a morir.
Hacia el final de la campaña, Yunes Linares y Yunes Márquez sudaban frío ante las graves acusaciones de corrupción que les cercaban. Solo podrían esquivarlas con una coreografía de amparos y justificantes médicos de último minuto.
La primera minoría —y haberle ganado a Morena un recurso con el que intentaban impedir su toma de protesta— les bastó para cantar victoria. Así, el 29 de agosto, Yunes Marqués se embolsó el escudo, el fuero.
Atención: en el siguiente acto y por tercera ocasión, Yunes se dispone a negar sus raíces.
Para el 10 de septiembre, se apersonó en el Senado y dio luz verde a la Gran Reforma: habemus reforma judicial, habemus compañero, habemus impunidad. Un día antes se había cancelado la orden de aprehensión en su contra.
La paradoja: si Yunes Linares llamaba a AMLO un loco sin ideas, ¿quién diría que su clan terminaría respaldándole la más descabellada?
La paradoja: si en 2017 Yunes Linares criticaba el uso por parte de Andrés Manuel de la amnistía como bandera política, ¿quién imaginaría que su dinastía acabaría beneficiándose de una estrategia similar?
El Bautizo
La línea se ha borrado.
Como parte de la estrategia para engordar el padrón de militantes y asegurar el precioso voto faltante en el Senado, el lobo ha entrado a Morena. Con credencial en mano, Yunes Márquez posa entre un risueño Adán Augusto y otro desmemoriado senador. Los lobos con los lobos.
El combo es conocido: Yunes Márquez aterriza en el partido el mismo día en que el SNTE le obsequia a Morena un corporativo monumento a la incongruencia: cinco millones de votos. ¿Una histórica casualidad?
Simpatizantes y militancia observan.
—No somos iguales —le recordó Andrés Manuel López Obrador a Miguel Ángel Yunes Linares antes de sentarse el primero en la silla presidencial.
Pero antes de que llegara Andrés Manuel y lo cambiara todo, ya nos lo habían dicho: dime con quien andas y te diré quién eres.
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