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Lydia Cacho: “La colusión entre empresarios corruptos, banqueros y partidos políticos es la semilla de la impunidad en México”

La periodista mexicana habla sobre su lucha estos últimos 15 años, después de que un tribunal ordenara la libertad de Kamel Nacif, a quien Cacho acusa de su secuestro y tortura

Lydia Cacho en la Feria Internacional del libro de Guadalajara, en 2018.
Lydia Cacho en la Feria Internacional del libro de Guadalajara, en 2018.Pedro Andrés (FIL)
Almudena Barragán

Cada vez que la periodista Lydia Cacho tiene una pesadilla, enciende la luz. Lleva 15 años sin dormir tranquila. Amenazada de muerte y perseguida, Cacho, nacida en Ciudad de México hace 58 años, destapó en 2005 una red de explotación sexual de niñas y niños en México, orquestada por los empresarios Jean Succar Kuri y Kamel Nacif Borge. De aquella investigación nació su libro Los demonios del Edén, que ha acabado salpicando a algunos de los hombres más poderosos del país. Empresarios, políticos, senadores y diputados. Entre ellos, Mario Marín, el exgobernador de Puebla, ahora en prisión acusado de ordenar torturas y la detención ilegal de la periodista. Su relación con los jefes de la trama fue descubierta tras la publicación de una grabación en 2006 en la que el exgobernador garantizaba impunidad a Nacif: “Ya ayer le acabé de dar un pinche coscorrón a esta vieja cabrona”, aseguraba Marín respecto al secuestro de Lydia Cacho en una grabación filtrada a la prensa y que fue la tumba del político del PRI.

Mientras Succar Kuri cumple una condena de 112 años en el penal del Altiplano — la pena de cárcel más alta dictada en México—, Kamel Nacif huyó al Líbano, donde fue detenido en mayo de 2021. La detención duró poco. Este viernes, y después de que se le concediera un amparo, la magistrada mexicana Selina Avante Juárez ordenó que las autoridades libanesas pusieran en libertad al poderoso empresario. El tribunal de Quintana Roo que preside Avante considera que “no hay prueba fehaciente” sobre la existencia de una orden para torturar a Cacho por publicar el libro. Tampoco considera de relevancia que los automóviles de Nacif acompañaran de forma ilegal a los policías judiciales durante el secuestro de la escritora. “Una magistrada al servicio de la red internacional de trata de niñas y niños opera basada en una mentira para desactivar un juicio que ganábamos ya en la arena internacional”, ha escrito Cacho en su cuenta de Twitter. En 2018 la ONU reconoció las violaciones a los derechos humanos de la mexicana y señaló que fue detenida arbitrariamente como castigo por la publicación de Los demonios del Edén. Un año después, el Estado mexicano pidió perdón a la también activista por violar sus derechos humanos. Después de aquella pesadilla, la periodista se vio obligada a refugiarse en el extranjero hace más de una década. Desde España, responde sobre el desgaste en que se ha convertido su vida.

Pregunta. ¿Qué lectura hace del amparo concedido a Kamel Nacif Borge?

Respuesta. Revela el nivel de infiltración que la delincuencia organizada tiene en el Poder Judicial y la debilidad del Consejo de la Judicatura. Llevábamos meses documentando los movimientos al interior del poder judicial, sabíamos que esto era posible pero poco probable dada la visibilidad del caso y el hecho de que el actual Gobierno ya había reconocido que hay evidencia judicial que demuestra que fui torturada por mi trabajo periodístico. Unos días antes de la sentencia el asistente del Ministro Zaldívar (presidente de la Suprema Corte), me avisó que tendríamos buenas noticias. Fue un balde de agua helada. Como en tantos casos una o un magistrado puede fortalecer a la delincuencia organizada desde dentro del Sistema.

P. ¿Qué vinculación diría que existe entre el poder económico, el poder político y el poder judicial en México?

R. Desde que en 2006 demostramos que Kamel Nacif había invertido dinero negro en las campañas políticas del ex presidente Vicente Fox, de los gobernadores de Veracruz, Quintana Roo, Chiapas y Puebla, pudimos corroborar lo que se sospechaba: que una vez que un empresario corruptor tiene en el bolsillo a un político, este pondrá todos los instrumentos del Estado a los pies del delincuente.

P. ¿Podría hablarme de otros ejemplos?

R. La llamada entre el senador Emilio Gamboa y Kamel Nacif lo evidencia. Gamboa le dice que en el senado van a pasar la ley de juegos y apuestas para los negocios de casinos que Nacif tiene junto con el grupo Caliente y mafias de Las Vegas, Nacif le pide que aun no la apruebe y el senador responde “lo que tú ordenes papá”. En esa misma llamada le pide dinero para la campaña del gobernador del PRI por Veracruz. La colusión entre empresarios corruptos, banqueros irresponsables y los partidos políticos es la simiente de la impunidad. No todos cometen los mismos delitos, pero todos terminan protegiendo a todos sin importar si los crímenes son pornografía infantil, asesinatos o torturas.

P. ¿Qué le generó la noticia sobre la detención del exgobernador Mario Marín?

R. El corazón me dio un vuelco, respiré profundamente y pensé: “por fin, un gobernador a prisión por tortura y encubrimiento de la delincuencia organizada”. Me sentí orgullosa de haber soportado todos estos años de presiones; no solo yo, el país entero necesita saber que la justicia llega a los gobernantes criminales.

P. ¿Cómo ha sido luchar estos últimos 15 años para conseguir que se haga justicia su caso?

R. Ha sido un esfuerzo monumental con un desgaste emocional, físico y económico que aun no he podido contabilizar. Lo difícil no es solo denunciar a la delincuencia organizada que explota a la niñez, sino pelear con el Estado Mexicano y su corrupción institucional. Es frustrante y agotador pero necesario.

P. ¿Qué sintió cuando el Estado mexicano le pidió perdón por la violación a sus derechos humanos y por haberla fallado como lo hizo?

R. Desde el día en que nos enviaron el dictamen de la ONU en Ginebra el equipo de Articulo 19 trabajó incansable para lograr la reparación integral del daño. Cuando leí ese dictamen lloré mucho, sentí que después de doce años de viacrucis un organismo oficial reconocía mi realidad, negada tantas veces por el Estado mexicano.

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P. ¿Se ha sentido abandonada por su país?

R. Nadie imagina cómo se vive la impunidad a nivel psicoemocional, es como si te cortaran un brazo y el gobierno te repitiera: “claro que tienes la mano, sólo que no la puedes ni ver ni sentir porque estás loca”. Cuando el estado niega sistemáticamente tu realidad y el dolor que conlleva te deprimes, te da ansiedad e insomnio, es enloquecedor y mantener la cordura es una tarea de tiempo completo.

P. ¿Cómo recuerda aquel día?

R. No pude disfrutar el momento en que me ofrecieron disculpas, porque los días anteriores fueron infernales. Olga Sánchez Cordero estaba saboteándolo todo, no quería a la prensa presente, quería que fuese en un espacio pequeño, y no quería ir ella misma, sino que Alejandro Encinas la representara para minimizar el evento. Así que yo me moví y solicitamos formalmente a la SRE que el canciller Marcelo Ebrard estuviera presente pues el aviso de la ONU llegó por Cancillería, también invitamos a Juan Ramón de la Fuente de la ONU en N.Y, yo quería que la ministra Sánchez se viera obligada a asumir su responsabilidad.

P. Usted ha cargado fuertemente contra Olga Sánchez Cordero (exsecretaria de Gobernación)...

R. Si ella no hubiera votado en mi contra en la Suprema Corte, ni las niñas victimadas ni yo hubiésemos sufrido diez años más de amenazas y persecución. Entonces respiré y pensé: hemos dicho la verdad y lo seguiremos haciendo aunque los criminales tengan cómplices como Sánchez en el poder.

P. ¿Cree que el problema de impunidad de México está en su legislación?

R. La impunidad no es solamente producto de la corrupción, en realidad lo que más daño hace es la ignorancia de las y los funcionarios a cargo de investigar estos delitos, hace falta conocimiento de criminología protección de la integridad de las víctimas. No es cierto que todos los responsables de los casos de este informe, tengan influencia y poder, lo que hay es un vacío en el poder judicial, el número de ciberpolicías es ridículo en México y la FGR se niega a integrar investigaciones desde Seido (Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada). Siguen creyendo que la delincuencia organizada es solo el narco.

P. ¿Imaginó que su vida iba a cambiar de esta manera cuando publicó Los demonios del Edén?

R. Antes de publicar el libro yo tenía amenazas de muerte de Kamel Nacif y Succar Kuri, yo sabía que me enfrentaba a ellos, a Gamboa Patrón y a Yunes, políticos con historias vinculadas a la delincuencia organizada. No imaginé que me encarcelarían ilegalmente y me torturarían, pero sabía que sería muy difícil y que sellaba un pacto con enemigos muy poderosos; pero al final así de riesgoso es el buen periodismo de investigación en países con ese grado de impunidad.

P. ¿Qué importancia tiene para usted como periodista denunciar el abuso y explotación de mujeres y menores en el mundo?

R. La violencia sexual atraviesa la vida de las mujeres y niñas de una forma vital, por eso es importante analizar, denunciar y explicar, porque entonces el trabajo periodístico, en especial el ensayo logra además ser un instrumento educativo. Por eso es importante. La pornografía infantil está viviendo una segunda oleada en todo el mundo, los consumidores tienen un promedio de edad de 13 a 50 años, la normalización de estos delitos va en aumento porque los adolescentes que la consumen la ven como porno para su edad.

P. ¿Cree usted que el avance del feminismo en México está contribuyendo a que se acabe con la impunidad en los casos de violencia contra las mujeres o seguimos igual?

R. Llevó dos mil años implantar la cultura machista y la visión patriarcal en los sistemas de justicia, tal vez lleve lo mismo transformarlo de fondo.

P. ¿Qué le diría a las feministas más jóvenes?

R. Les agradezco la rebeldía y la creatividad. Les deseo que logren, como yo lo logré con ayuda de otras mujeres, transformar la rabia en fuerza interior. Que celebren cada logro, que amen y rían un poco cada día y tejan redes solidarias tan grandes que crucen los océanos.

P. Después de tanto tiempo, ¿cómo ha sanado Lydia Cacho las heridas para seguir luchando?

R. Algunas han sanado, otras siguen abiertas y a ratos sangran irremediablemente. No he dejado la terapia. Sin salud mental no tengo nada; porque los que me persiguen buscan arrebatarme el sueño y la paz interior. Yo me concentro en ello para ganar la batalla más importante que es la de defender mi derecho a una vida libre de violencia. Cada vez que pierdo la esperanza la busco en un abrazo.

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Sobre la firma

Almudena Barragán
Periodista de EL PAÍS en México. Escribe sobre temas sociales con perspectiva de género: desigualdad, violencia y feminismo. Ha trabajado en la sección Verne México y en diversos medios españoles y mexicanos, entre los que destacan El Economista.es y El Financiero Bloomberg. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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