La FIL de Guadalajara cierra con mejores números que los años prepandémicos

La semana por excelencia de las letras hispanoamericanas llega a su fin otro año más. El 37º capítulo de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara echa el candado este domingo por la puerta grande: con un número de visitantes que supera no solo los números de los dos años anteriores, sino también la asistencia de las ediciones previas a la pandemia de coronavirus. Al menos 857.315 personas han caminado, leído, comprado y aprendido durante los últimos nueve días por las avenidas inundadas de libros del pabellón de exposiciones de la capital de Jalisco, que recibía a una delegación de los 27 países de la Unión Europea (UE) como invitada de honor. La próxima cita, del 30 de noviembre al 8 de diciembre de 2024, acogerá a España como país invitado.

La edición de 2019, antes de la emergencia sanitaria por la covid-19, era el objetivo a batir por los organizadores: 828.266 asistentes —en 2022 fueron 806.000—. Aunque nadie esperaba que este fuera el año en que se superaran esos números. La directora de la FIL, Marisol Schultz, estimaba en una entrevista con este diario a principios de noviembre un máximo de entre 810.000 y 820.000 visitantes. La cita, además, ha estado marcada por el recuerdo agridulce de su creador y presidente, Raúl Padilla, fallecido este año. Los homenajes y mensajes de cariño al padre fundador, una figura marcada por la polémica para quien no se ha buscado todavía sucesor, han estado muy presentes durante la semana.

En palabras de Ricardo Villanueva, rector general de la Universidad de Guadalajara, uno de los principales organismos implicados en la organización, la FIL de este año “significó un reto enorme, porque fue la primera que no contamos con la presencia de Raúl Padilla López para dirigir estos esfuerzos. El mejor homenaje que podíamos rendir era organizar la mejor FIL de la historia. Al cierre de esta edición, podemos decirlo: se cumplió el objetivo”, ha afirmado en un video difundido en las redes sociales de la feria. “La FIL ya no sólo es patrimonio de la Universidad de Guadalajara: es patrimonio de los jaliscienses. La FIL es patrimonio de México”, ha añadido solemne.

Los datos son sólidos y elocuentes: más de 700 autores, 2.469 sellos editoriales, 17.400 profesionales de las letras, 630 presentaciones de libros, más de 300 foros literarios y académicos, medio millar de medios de comunicación y decenas de actos culturales de todo tipo, desde conciertos a recitales de poesía pasando por actividades para niños y jóvenes. En total, los representantes de 61 países de todo el mundo han estado presentes, entre ellos, la UE, que ha traído de la mano a 75 escritores —dos de ellos ucranianos, en un guiño de Bruselas al acercamiento con Kiev a raíz de la invasión rusa—.

En el menú literario, la organización ha priorizado a los autores de los países de la UE que tradicionalmente tienen una menor exposición de cara al exterior: escritores de los Balcanes, de países de las desintegradas Yugoslavia y la Unión Soviética, nórdicos, sureños. Voces periféricas que dan la medida de la enorme diversidad de las letras europeas. La FIL ha entregado, además, 18 premios y homenajes. Los dos más importantes, el Premio FIL de Literatura 2023 y el Sor Juana Inés de la Cruz han conmemorado a dos mujeres, la poeta mexicana Coral Bracho y la escritora colombiana María Ospina, respectivamente.

TikTok, Inteligencia Artificial y los jóvenes que aterrizaron en la FIL

En esta edición de la FIL, los pasillos del recinto y la vibrante manera en la que miles de jóvenes se agolparon para formar parte de mesas y presentaciones han servido como termómetro cultural para saber qué es lo que se gesta en las entrañas de la industria editorial. El encuentro, uno de los más importantes para la cultura en la región, ha iniciado con un homenaje a la poesía creada por una escritora emblemática nacional: Coral Bracho, pero también ha dado cabida a los nuevos talentos y las formas renovadas que toman los caminos de la literatura.

Los jóvenes se apoderan de las nuevas narrativas, tanto en plataformas como TikTok como en las nuevas generaciones de escritores y escritoras que están publicando con grandes y pequeñas editoriales. Tal es el caso de los encuentros entre representantes y seguidores del fenómeno #BookTok, una etiqueta popularizada entre una comunidad global de amantes de la literatura que ha congregado a miles de jóvenes con creadores de contenido. También están las ocho promesas de la literatura nacional, a los que la FIL Guadalajara invitó a sus espacios para que su obra fuera conocida y extendida. Las autoras y autores seleccionados, originarios de varios Estados de la República, van en sus textos de la poesía a la novela, y tratan temas como el dolor de migrar, la periferia o la frontera.

Ecos de la FIL, el capítulo anual en el que escritoras y escritores invitados de todos los rincones del mundo visitan las escuelas de la ciudad, continuó su paso en esta edición con autores como la valenciana Elísabet Benavent, a quien EL PAÍS acompañó por su visita a una preparatoria de la capital. La Inteligencia Artificial, además, ocupó un espacio especial en la que expertos y autores compartieron preocupaciones e inquietudes sobre el futuro de estas nuevas tecnologías.

La diversidad de idiomas, acentos, rostros y escritura de Europa se ha hecho presente como en un microcosmos en los pasillos de la FIL. Fue una semana para sumergirse en la literatura de rumbos lejanos y latitudes poco frecuentadas, de desaparecer por un rato tras las páginas de autores con el poeta turcochipriota Zeki Ali, la portuguesa Lídia Jorge, el irlandés Tadhg Mac Dhonnagáin, la letona Nora Ikstena, el búlgaro Ilija Trojanow o la eslovaca María Ferencuhová, entre decenas más. Una reivindicación de la riqueza de la lengua, la diferencia, el encuentro y la literatura como puente para todo aquello que las fronteras separan.

Poesía, música, un festival de la ilustración y la novela gráfica, los amplios pasillos llenos de vida y de risas de la FIL niños y niñas; un apartado gastronómico, la visita de representantes políticos, diplomáticos y demás representantes en misión oficial, dieron esta edición una nueva muestra de la relevancia internacional que tiene la Feria de Guadalajara en el mapa cultural del mundo.

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