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La tercera ola en México alcanza a las anteriores en contagios en ocho semanas

El nuevo pico de la pandemia supera en casos detectados a los dos primeros, y mantiene el mismo ritmo que el segundo en hospitalizaciones; las muertes, por ahora, aumentan a un ritmo menor

Jorge Galindo

Tras dos meses de escalada ininterrumpida de contagios que no atisba final, los últimos datos oficiales cuestionan la expectativa que algunos tenían de un tercer episodio menos intenso de la pandemia. El 20% de personas completamente vacunadas no alcanzan para ponerle freno a la variante delta, que impulsa un repunte de casos si cabe más intenso que los anteriores, nutrido de jóvenes y no vacunados. El único espacio para la esperanza lo ofrece el relativamente lento aumento de las muertes, con tendencia difícil de predecir.

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Delta se contagia más rápidamente que sus antecesoras gracias a una ventaja evolutiva que le permite saltar más fácilmente de cuerpo a cuerpo, sobre todo si este no cuenta con las defensas que otorga la inmunización. Los bruscos subidones en la India o el Reino Unido ya atestiguaron en meses pasados de lo que es capaz la variante, y ahora México observa cómo su nueva curva se empina más rápidamente que las anteriores. La de hospitalizaciones le sigue a la zaga, tras un inicio algo más pausado, pero hoy con un ritmo comparable al de olas anteriores.

Durante un tiempo se mantuvo la esperanza de que la inmunidad acumulada por contagios pasados (México parece, al fin y al cabo, uno de los países más golpeados por el virus si se mide por exceso de mortalidad), sumada a la vacunación, ayudasen al menos a frenar las versiones más graves de la enfermedad. Pero aunque más de la mitad de mexicanos ya dispone de al menos una dosis, son muchos menos (el mencionado 20%) los que tienen ambas. Los datos del Reino Unido informan de una diferencia importante en la protección que proporcionan dos dosis de la vacuna en contraste con solo una: completar la pauta incrementa la protección del 80% al 96% de efectividad. La brecha para contagio es aún mayor: una dosis reduce las probabilidades de contraer una versión sintomática de covid causada por delta en apenas un 35%. Con dos, el aumento es espectacular: 79%.

El único resquicio de esperanza en los datos a día de hoy lo ofrece la tasa de muertes. En este tercer pico, la aceleración del indicador está siendo menor al primero, y aunque va en ritmo paralelo al segundo, aún está muy lejos de su nivel.

No es fácil discernir si se trata de un efecto temporal debido al retraso que siempre traen los datos de muertes respecto a los de contagios y hospitalizaciones debido al largo curso de la enfermedad. Dicho efecto podría ampliarse en esta ola si resulta que la rapidez de contagios en delta se empareja con una mayor agilidad en la detección de casos, algo que parece estar sucediendo gracias a las capacidades incrementadas de diagnóstico del sistema mexicano.

Si el brote de casos en hospital no se convierte en muertes durante las próximas semanas, tal vez indique que los criterios de admisión hospitalaria a pie del terreno se han relajado para permitir un mayor acceso a un servicio que siempre fue parco durante la pandemia. De igual manera, un mantenimiento de la tasa de muertes por debajo de los niveles de casos y hospitalización en las semanas que sigan desde hoy indicaría que la inmunidad adquirida sí está teniendo un cierto efecto para suavizar la covid.

La capital, más afectada de lo esperado

Un lugar privilegiado para observar esta posibilidad será la Ciudad de México. Una de las metrópolis con mayor circulación estimada del mundo, con una prevalencia acumulada de infecciones que se atisbaría fácilmente por encima del 50% extrapolando desde los datos de muertes confirmadas o sospechosas, está viendo un resurgir de casos y hospitalizaciones. La ocupación de unidades de cuidado intensivo superó el 70% antes del cierre de julio, y fue durante todo el mes la quinta entidad federativa del país con mayor número de hospitalizaciones por millón.

Este tercer pico parece encontrarse en pleno ascenso dentro de la capital federal, que a día de hoy presenta el grado de contagios confirmados o sospechosos más alto del país, buscando niveles del enorme segundo pico que cubrió y siguió a la época navideña.

En Baja California Sur, que hasta ahora había tenido la versión más acusada de esta tercera ola, el pico parece estar remitiendo. Los datos de muertes que llegan desde allá, donde la variante delta se confirmó pronto como predominante, no son particularmente esperanzadores: en su punto álgido, la curva alcanzó niveles de fallecimientos diarios incluso mayores a los vistos anteriormente.

Si la Ciudad de México, y todas las otras entidades con brotes nacientes, reproducen este mismo patrón (algo por confirmar, pues los niveles de inmunidad y las dinámicas de la epidemia varían enormemente de región a región), resultará que la epidemia reciente en Baja California Sur hará las veces de canario en la mina advirtiendo al resto del país.

Metodología y datos: los análisis aquí volcados se han producido con los datos oficiales desagregados, ofrecidos día a día por la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud de México. En dichos datos se clasifica cada caso sometido a algún tipo de diagnóstico como confirmado, descartado o sospechoso. Las cifras empleadas agregan confirmados y sospechosos para ofrecer una imagen más fiel a la probable dimensión de la epidemia.


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Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PAÍS, doctor en sociología por la Universidad de Ginebra con un doble master en Políticas Públicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ‘El muro invisible’ (2017) y ‘La urna rota’ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

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