¿Qué opinan los padres y madres recientes de los permisos iguales e intransferibles?
Una investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona revela que el 89,6 % de las familias considera necesario un sistema que se ajuste mejor a cada contexto. La mayoría opta por uno mixto, con algunas semanas reservadas para cada progenitor y el resto transferibles a conveniencia


Sus defensores consideran que son un hito en la igualdad de oportunidades y quienes se oponen, una imposición que no se adapta a la realidad de todas las familias. Los permisos iguales e intransferibles, que equiparan los permisos de maternidad y paternidad en 16 semanas, siguen generando un intenso debate. Sin embargo, desde que entraran en vigor en España el 1 de enero de 2021 —aprobados por el Real Decreto Ley 6/2019— hasta ahora, nadie había preguntado a las familias sobre sus preferencias en torno a esta medida. Lo ha hecho un grupo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona, que tras dos años de trabajo ha publicado el estudio ¿Iguales e intransferibles? Preferencias por el sistema de permisos por nacimiento, con datos sobre las preferencias del colectivo afectado por esta medida: las familias.
Los resultados apuntan que solo el 10,4 % de las personas encuestadas prefiere el actual sistema de permisos iguales e intransferibles, mientras que el 89,6 % considera que es necesario un sistema distinto, que se adapte mejor a la realidad de todas las familias. La intransferibilidad es, por tanto, la opción menos deseada. “Solemos fijarnos en otros modelos de permisos, pero lo importante es que el sistema de permisos se ajuste a la realidad de cada país”, explica Danislava Marinova, profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona e investigadora principal del proyecto Fairleave, para la que es importante tener en cuenta no solo el mercado laboral y el contexto social, sino también las preferencias de las madres y los padres recientes.
Las autoras del estudio han observado una gran brecha de género en las respuestas: las madres suelen preferir permisos más amplios para ellas, a diferencia de los padres, que prefieren permisos de igual duración, pero, como ellas, también optan por un sistema mixto —con algunas semanas reservadas para cada progenitor y el resto de semanas transferibles a conveniencia—. “Estos resultados cuestionan si una política supuestamente feminista realmente responde a las necesidades y preferencias de la mayoría de las madres”, señalan.
También la vulnerabilidad es un factor clave: se ha encontrado que las familias con situaciones económicas más precarias, menor nivel de estudios y más dificultades, prefieren la transferibilidad porque les otorga cierta flexibilidad. Julia Cañero Ruiz, doctora en Antropología y coautora del estudio, recuerda que la medida actual está pensada para familias con un determinado estatus y que deja fuera a aquellas que necesitan políticas públicas que se adapten a sus circunstancias. Para la investigación se ha entrevistado a 3.700 personas, pero lo más destacable es que alrededor de 500 provienen de ingresos bajos y no tienen estudios universitarios, algo que para Marinova es fundamental para tener una muestra representativa de todas las realidades, y no solo de las más privilegiadas.
La implementación de los permisos iguales e intransferibles fue promovida por la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento, Acogida y Adopción (PPiiNAA). Como contestación a esta petición, surgía en 2018 la asociación PETRA Maternidades Feministas, que denunciaba que el permiso de la madre estuviera congelado desde 1989 en 16 semanas, a pesar de las sucesivas demandas de ampliación. La aprobación de estos permisos en 2021 se realizó por la vía de urgencia, sin oposición política ni un debate social y mediático como el que ha tenido lugar en otros países europeos ante medidas similares. El estudio no analiza las razones de esa decisión, pero sí expone sus consecuencias. “Al no haber un debate previo, madres y padres no tenían una idea clara de lo que implicaban las distintas opciones de transferibilidad, intransferibilidad e igualdad de los permisos”, explica Marinova.

Los permisos preparto y posparto
Si bien los permisos iguales e intransferibles buscan lograr la igualdad de oportunidades en el mercado laboral para madres y padres, para Cañero y Marinova estas políticas que buscan la neutralidad también pueden provocar desigualdad. “Los permisos actuales no tienen en cuenta las diferencias entre la maternidad biológica y la paternidad, ni la situación sociolaboral de las mujeres respecto a los hombres”, señala Cañero. Por eso, otro de los aspectos que ha contemplado la investigación es la opinión de las familias con respecto a la necesidad de crear nuevos permisos que protejan la salud materno-infantil: los permisos preparto y posparto.
La asociación PETRA Maternidades Feministas reclama un permiso preparto desde la semana 36 de embarazo; y un permiso puerperal, de una duración mínima de ocho semanas, tras el parto, que sea independiente del actual permiso por nacimiento. “Tanto las madres como los padres tienen claro que deben existir estos permisos para la madre: el 97% de las personas encuestadas manifiestan que estarían a favor”, señala Marinova.
Una de las contradicciones que han encontrado en las encuestas es que hay padres y madres que prefieren permisos iguales —incluso las personas que preferían intransferibles—, pero al mismo tiempo quieren un permiso específico para las madres que gestan y que proteja el embarazo y el primer tiempo de posparto, lo que haría que los permisos, en realidad, no fuesen iguales. “A veces pensamos que la igualdad es un concepto que se tiende a aceptar, porque ¿quién va a estar en contra de la igualdad?”, pregunta Cañero, y añade que no se ha tenido en cuenta qué significa la igualdad cuando se habla de permisos ni si se están ignorando necesidades específicas de las madres y de la infancia.
De momento, el Gobierno ha propuesto una reforma para ampliar progresivamente los permisos de maternidad y paternidad a 20 semanas para cada progenitor. Se prevé que la ampliación comience este 2025, aumentando primero los permisos a 18 semanas y que alcance las 20 semanas en 2026. Sin embargo, su implementación definitiva dependerá de la aprobación de los Presupuestos y de las negociaciones en curso, por lo que las fechas exactas de entrada en vigor aún están en el aire.
Dice Marinova que el objetivo de esta investigación es que haya más información sobre las preferencias reales de las familias y que estas puedan tener un impacto en las futuras reformas del sistema de permisos en España. “Las madres y padres son el colectivo más afectado por estas medidas, y las políticas públicas no pueden seguir ignorando sus necesidades y la diversidad de contextos”, recuerda.
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