10 libros infantiles y juveniles que no se pueden escapar en la Feria del Libro de Madrid
Te presentamos novelas y relatos para noveles y jóvenes lectores entre tres y 12 años
Había ganas de Feria del Libro en Madrid tras dos primaveras de ausencia por la pandemia. Basta con ver las colas que durante el primer fin de semana miles de ciudadanos hicieron para acceder a su tradicional ubicación en el Parque de El Retiro, ahora desgraciadamente limitada en su aforo. Entre todos ellos, cientos y cientos de niños y niñas deseosos de descubrir títulos, de conocer en persona a sus autores favoritos y, por qué no, de llevarse algún ejemplar firmado. En De mamás & de papás seleccionamos 10 títulos de literatura infantil y juvenil que, una vez superado el trámite de la cola, merece la pena buscar en los estands de la Feria del Libro.
A partir de 3 años
Chófer de sandías (Kalandraka): Hay pocos autores en la literatura infantil española con la capacidad de Antonio Rubio para jugar con el lenguaje, para retorcerlo a su antojo y darle formas bellas e inimaginables. A su modo, Rubio es un artesano de la lengua, un maestro alfarero al servicio de los pequeños lectores. En Chófer de sandías, su último título, el autor nos lleva a la calle principal de una gran ciudad en la que todo el mundo camina “preso de su propia prisa”, con la mirada perdida en pantallas, absortos, sin capacidad para ver las maravillas que ocurren a su alrededor. Allí, en plena Gran Vía, surge un tallo que, ante la indiferencia general, empieza a crecer, a florecer y a dar enormes sandías que nadie parece ver. Hasta que llega una niña. Y ve las sandías. Y a través de su mirada aún no contaminada, todavía lista para imaginar y dejarse sorprender, empieza a llenar de colores (estupendo el trabajo de Emilio Urberuaga) la vida gris de la ciudad.
¡Ey! Esta es mi casa (Errata Naturae): Uno de los álbumes ilustrados que podría entrar en cualquier lista de imprescindibles de los últimos años que se tercie es Ni guau ni miau (NubeOCHO), creado por el tándem formado por la escritora Blanca Lacasa y la ilustradora Gómez. Ambas han vuelto a unir sus talentos para dar forma a ¡Ey! Esta es mi casa, un colorido libro a medio camino entre el álbum ilustrado tradicional y el álbum informativo que es una delicia para el disfrute de los pequeños lectores. Con grandes dosis de sentido del humor (a veces hasta el punto de la carcajada), Lacasa y Gómez nos invitan a entrar en las casas de animales e insectos (hormigas, abejas, castores, conejos, osos, etc.) y a conocer múltiples curiosidades y particularidades sobre las mismas. Después de leer ¡Ey! Esta es mi casa puede que muchos niños fantaseen con ser hormigas. Orangutanes, incluso. Lo que dudo es que alguno de ellos, en su bendita hiperactividad, vea atractiva la idea de vivir como un mejillón.
Con el tiempo (Fulgencio Pimentel): La editorial portuguesa Planeta Tangerina es una fuente inagotable de maravillas. Bien lo saben en Fulgencio Pimentel, otra fuente inagotable de maravillas, que está dando salida en España a los espectaculares trabajos de uno de los tándems más prolíficos y premiados del mundo del álbum ilustrado europeo, el formado por las lisboetas Isabel Minhós y Madalena Matoso. Con el tiempo, mención especial en el Premio Nacional de Ilustración 2014 de Portugal y Premio Spa 2015 al mejor libro infantil-juvenil, es otra joya en todos los sentidos. Lo es por sus preciosas y expresivas ilustraciones (divertidas cuando tienen que serlo y críticas cuando la ocasión lo requiere); lo es por la explosión de color que golpea al lector en cada página; y lo es por la increíble cadencia del texto, por el ritmo pausado que sus autoras imprimen a este álbum que nos hace reflexionar largo y tendido sobre el tiempo, ese bien intangible que empezamos a apreciar, precisamente, “con el tiempo”.
La capitana Tragaldabas y el marinero ojo de águila (Combel): Este podría ser el típico álbum ilustrado de piratas con su barco, su capitana, su loro, su tripulación, su mapa del tesoro e, incluso, sus proezas y peripecias en alta mar. También podría ser el típico álbum ilustrado que ensalza con más o menos fortuna el poder de la imaginación infantil para construir mundos a partir de una caja de cartón, una camiseta de rayas y el palo de una fregona. Podría ser todo eso, sí, pero La capitana Tragaldabas y el marinero ojo de águila es mucho más. Y si es mucho más es gracias a la brillante narración de Oriol Garcia Molsosa -acompañada a la perfección por las inconfundibles ilustraciones de Guridi-, que juega de manera envidiable con sus personajes para construir un relato plagado de surrealismo y de sentido del humor que tiene mucho de aventura de piratas, pero nada de la típica aventura de piratas.
A partir de 9 años
Romances de la rata sabia (Bookolia): Experta en romancero, la filóloga y escritora Paloma Díaz-Mas, desde el pasado mes de abril silla i en la Real Academia Española (RAE), se ha propuesto acercar los romances a las nuevas generaciones de lectores. Para ello se ha ayudado de una rata que no sólo sabe leer, sino también escribir con desenvoltura este género poético que hunde sus raíces en la historia y que ella, respetando en su esencia, renueva con temas actuales como el drama de la inmigración, la pobreza infantil, la especulación urbanística o la contaminación de ríos y mares. Romances de la rata sabia es uno de esos títulos para coleccionistas que puntualmente nos regala el sector editorial infantil, una joya editada con esmero, ilustrada con el preciosismo que caracteriza a los dibujos de la también filóloga Concha Pasamar, y escrita con una sabiduría y un conocimiento sobre los giros y recursos del romancero solo al alcance de una experta como Díaz-Mas, aunque ella prefiera quedar en un segundo plano y esconderse tras la figura de su querida rata sabia.
Rolando del cementerio (Edebé): Aunque es un libro pensado para ser leído por niños y niñas a partir de 10-12 años, Rolando del cementerio es también una novela para ser compartida entre padres e hijos, para ser leída en voz alta con niños y niñas de cualquier edad. Y es que no existe edad para acercarse a la belleza. Es más, cuanto antes acerquemos a nuestros hijos e hijas a la belleza, más fácil les será distinguirla luego, más sencillo reconocerla cuando se tropiecen con ella. Rolando del cementerio es belleza. Fabio Genovesi, su autor, ha creado belleza con esta historia repleta de aventuras, humor y emociones sobre un niño huérfano, Rolando, que vive en el cementerio que cuida su tío, un hombre deprimido que ahoga sus penas en alcohol. Rolando es el típico niño al que se quiere muy pronto. A la escritura de Genovesi también se le quiere enseguida. Rolando del cementerio es una novela preciosa nivel “llorar cuando se acaba”.
Pen Friends (Molino): En un mundo dominado por los medios digitales y las pantallas, un mundo en el que el email ha ganado la batalla a las cartas postales, la escritora Ana Campoy propone en su nueva saga, Pen friends (Molino), un regreso al papel, el boli, el sello y la espera paciente del cartero (o de la paloma mensajera) de toda la vida. Pen Friends: Cartamigos de leyenda une a través de correspondencia postal las vidas de una niña (Anna) fanática de los videojuegos que se encuentra castigada sin pantallas; y de un niño (Ricardo) que por lo que cuenta en sus cartas parece vivir en otro tiempo y en un lugar casi mitológico, habitado por dragones y sabios que son una encarnación de Gandalf. A través de las cartas que se envían uno al otro, en las que van desvelando muchos detalles sobre ellos, Anna y Ricardo van fraguando una gran amistad que acercará a los lectores al secreto que, de forma imposible, une a estos dos intrépidos personajes de leyenda.
Mofeto y Tejón (Flamboyant): Una de las grandes apuestas de la rentrée en el sector editorial infantil corre a cargo de Flamboyant y viene avalada por multitud de reconocimientos en EEUU y Reino Unido y, sobre todo, por los autores que se esconden detrás de la obra: la premiada escritora Amy Timberlake y el no menos galardonado autor e ilustrador Jon Klassen. De esa combinación sólo se puede esperar algo grande y, aunque a veces las expectativas no son correspondidas, nadie podrá decir eso de Mofeto y Tejón, la simpática y tierna historia que une las vidas de un Tejón (maniático, de costumbres, feliz en su soledad) y una inquieta mofeta que viene a revolucionar su tranquila vida y a poner en jaque su “importante labor petrológica”. Los textos de Amy Timberlake, que invitan a ser leídos y compartidos en voz alta, y las reconocibles ilustraciones de Klassen (uno, que es muy fan, querría más) dan forma a esta bonita fábula sobre la convivencia y la amistad cuyos divertidos personajes mantendrán a los lectores con una permanente sonrisa en la boca.
A partir de 12 años
21 días (Maeva Young): La proximidad de la fiesta de Ferragosto y los 20 principios del Kárate del maestro Gichin Funakoshi sirven de hilo conductor para 21 días, la emocionante y emotiva novela gráfica escrita por Silvia Vecchini e ilustrada por Antonio Sualzo (traducción de Laura Russo). La vida de Lisa, la protagonista, da un vuelco cuando reaparece Ale, un gran amigo de la infancia que, tras la muerte de su madre, desapareció junto a su padre sin dejar rastro. Ahora, ya adolescentes, la muerte de la madre de Ale, enmarañada en una red de secretos y silencios, marca de forma inexorable la relación entre los dos amigos, que tendrán que enfrentarse a sus miedos para buscar y aceptar una verdad cuyo desconocimiento amenaza con hundirles.
Ventanas (Anaya): La escritora Paloma González Rubio ha sido finalista del Premio Anaya de Literatura Juvenil 2021 con esta novela trepidante y claustrofóbica que nos sumerge en un país -que podría ser cualquier país- que sale de una guerra -que podría ser cualquier guerra-. En un escenario ruinoso, atemporal y distópico, en mitad de una dictadura que obliga a todos los ciudadanos a tener las ventanas abiertas y las puertas sin pestillo (nadie puede tener nada que ocultar), cinco niños, primos todos ellos, perderán la inocencia y la infancia tras ver cómo encarcelan a sus padres y madres y se quedan solos en mitad de un mundo que les ningunea y les rehúye, como si fuesen invisibles. González Rubio ha construido con Ventanas una novela adictiva sobre el miedo y la insolidaridad, y sobre cómo uno y otra acaban convirtiendo a los niños en carne de cañón, en blanco fácil para vencedores y vencidos, en las grandes víctimas de cualquier contienda bélica.
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