‘Súper Clea’: las aventuras de una niña fuerte y alejada de los estereotipos de género
Escrito por Ana García-Siñeriz y dibujado por Jordi Labanda, el libro está recomendado para menores de nueve años. “Si en los cuentos vemos los roles por igual, los más pequeños lo verán como normal”, explican los expertos
Leer por el placer de leer, porque la lectura si te pica te acompaña de por vida. Las madres y los padres pensamos en los libros como una arma de construcción masiva de emociones y curiosidades, pero también los libros son buenos aliados para pasar buenos ratos, entretenerse y ser felices. Súper Clea (editado por Montena) es una aventura con una niña fuerte y brava, que aunque envuelta de rosa, con un anillo mágico de talismán, demuestra que las niñas también pueden ser grandes personajes de ficción. El libro está recomendado para niños y niñas con ganas de aventuras de 9 o 10 años.
La autora Ana García-Siñeriz nos cuenta: “Llevo un tiempo con otra colección muy “clásica”, de niños que investigan casos, aunque siempre con un punto de vista personal, en torno a la moda, la cultura pop, el mundo del show business en general, y buscaba un argumento que me permitiera alguna locura más, algo más mágico. Una superheroína del siglo XXI, con un lado un poco gamberrillo y poco avezada en manejar sus superpoderes me parecía que podía darme bastante juego”. Efectivamente Clea no sabe hasta dónde llegan sus poderes porque es el mágico anillo que los padres le han obsequiado por su cumpleaños el que la viste de genia y le otorga poderes sobrehumanos. “Clea es una pequeña salvaje, en el sentido de que ha crecido, como quien dice, en la jungla junto a unos padres científicos activistas. Cuando sus padres deciden que ya es hora de que Clea se integre en la civilización, descubre que todavía le queda algo de ese pasado: un anillo con poderes mágicos, pero que los padres no podrán contarle mucho por qué, al desafiar a la multinacional para la que trabajan, han desaparecido”, afirma la autora.
La editora de la Editorial Mediterrània y experta en literatura infantil Alba Puig nos cuenta: “A través de los cuentos conocemos personajes, animales, paisajes y planetas que en nuestro día a día no seríamos capaces. De este modo abrimos la mente (tanto niños y niñas como adultos) a otras posibles realidades que no son la nuestra. Ese ejercicio es básico y fundamental para desarrollar la imaginación y también para potenciar conceptos como la empatía (ponerte en el sitio del personaje) o el respeto (igual tú harías las cosas de manera diferente)”. Para los lectores que se sumerjan en el universo de Clea, la puerta de vivir junto a un cachorro de león y rodeada de naturaleza se abre. Los padres de la prota la llevarán a vivir a París, a casa de una adinerada cantante de ópera, para ponerla a salvo de grandes peligros que les acechan.
Pero lejos de estar sola, en la nueva casa Clea conoce a dos hermanos que le ayudaran a meterse en líos. Nos cuenta Ana: “Clea va a conocer a unos gemelos un poco malcriados, hijos de una diva de la ópera que también viaja todo el tiempo... y que a su vez los deja a cargo de una prima lejana, muy estricta y muy pesada. Como es bien sabido, en la literatura infantil, los padres no son más que un estorbo: del Guillermo de Richmal Crompton, a los niños huérfanos de Lemony Snicket. Los autores nos deshacemos de ellos en cuanto podemos”. Madres y padres fuera, a los tres amigos solo les queda viajar en busca de los desaparecidos padres de Clea.
Nuestra realidad es diversa y, por tanto, en los libros se suele plasmar la realidad que vivimos. “Igual que sería imposible hablar de un bosque sin sus habitantes -como animales y árboles-, tampoco sería posible hablar de nuestra realidad sin que las mujeres estuvieran presentes. Debe haber protagonistas femeninos porque en la vida real existen mujeres en roles de liderazgo, o atletas, o cocineras y deben ser visibles para que los más pequeños lo vean como algo natural y las niñas puedan aspirar a ello. Si no ves mujeres protagonistas, seguramente no creerás que tú puedas ser la protagonista. Aprendemos por imitación y ese reflejo para las niñas es muy importante para la autoestima y la confianza de conseguir sus objetivos”, nos cuenta la experta en literatura infantil Alba Puig. La autora de Súper Clea asegura que su protagonista es niña porque se siente “más cómoda con personajes femeninos, y el universo del ilustrador Jordi Labanda también se presta mejor para recrearlos. Y porque ya hay muchos del género masculino, ¿no? Esta no solo es mujer, además, es una niña”.
Ana García-Siñeriz asegura que trabajar con Jordi es un placer: “Primero porque es un ilustrador excelente, con muchos registros distintos. Y además de hacer sugerencias siempre interesantes, sus ilustraciones son un complemento perfecto, ya que sabe captar muy bien los momentos a destacar de una historia, enriqueciéndola. A mí me encanta como traduce a los más locos personajes que salen de mi cabeza a seres de tinta y papel (que no de carne y hueso)”. En junio saldrá la segunda parte de esta historia y por ahora han creado tres, pero viendo el éxito de la anterior colección de trabajo entre ambos, que les dio para una veintena de libros, como dice la propia autora: ¡El cielo es el límite!
Alba Puig concluye con la necesidad de personajes femeninos fuertes y alejados de los estereotipos de género: “En la vida tomamos de referencia a las personas que conocemos y que tomamos como ejemplo. A través de los cuentos conocemos a muchos personajes y sus historias. Si en nuestro entorno y en los libros los únicos que aparecen viviendo aventuras, creando, liderando y protagonizando historias son personajes masculinos, entonces se da por sentado en la mente del niño o niña que solo los chicos pueden tener ese liderazgo. Si en los cuentos vemos los roles por igual, los más pequeños verán como normal que sea así en su día a día”.
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