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Miriam Tirado, consultora en crianza consciente: “Hay que curar las heridas de la infancia para criar desde un lugar más maduro”

La divulgadora y autora de 14 libros publica ‘Criar juntos’, en el que aborda la sacudida monumental que sufre la pareja con el nacimiento de un hijo. Ella tiene una cosa clara: un bebé no llega para solucionar las cosas de una relación que no se hayan arreglado antes

Miriam Tirado
Según Miriam Tirado, la llegada de un bebé es un cambio enorme que obliga a los miembros de la pareja a encontrar su nuevo lugar.Laura Bartra

A Miriam Tirado (Manresa, 47 años) la profesión de psicólogo de su padrastro le influyó en su interés por la crianza. También el hecho de que su madre lleve más de 30 años ayudando a madres y padres a transitar por embarazos y partos conscientes. Todo ello la marcó para terminar ejerciendo como consultora en crianza consciente, con el objetivo de ayudar “a madres y padres a conectar con sus hijos e hijas”. Tirado también lleva más de 14 cuentos infantiles publicados, uno especialmente enfocado a la preadolescencia; y varios libros para adultos. El primero de ellos, Vincles. Gestació, part i criança conscients (Alta Fulla, 2005), lo escribió a cuatro manos junto a su madre. Poco después comenzó a dar conferencias y a dirigir talleres, hasta que dejó su trabajo ―fue periodista durante 14 años en los servicios informativos de Catalunya Ràdio— para dedicarse en cuerpo y alma (“mi pasión me guiaba”) a la divulgación sobre crianza. Utiliza para ello redes sociales como Instagram (176.000 seguidores) o TikTok (23.900 seguidores).

Ahora publica su nuevo libro, Criar juntos (Grijalbo, 2024), en el que ha querido abordar la sacudida monumental que sufren las parejas con la llegada de los hijos y los retos a los que deben enfrentarse frente a la crianza. Con este volumen, Tirado quiere ayudar a los padres a detectar donde están sus carencias para intentar, a través de ejercicios prácticos y propuestas, “sanarlas y conseguir criar y crecer juntos”.

PREGUNTA. ¿Por qué es tan normal que la llegada de un bebé trastoque la vida de la pareja?

RESPUESTA. La llegada de un bebé es un cambio enorme que obliga a que cada uno encuentre su nuevo lugar. Pasan de pareja a familia y esto es un cambio profundo a todos los niveles. Adaptarse a ello no es tarea fácil.

P. Esa adaptación, ¿significa que hay menos amor entre los miembros de la pareja?

R. En absoluto. Significa que hay una removida emocional muy intensa y profunda. Digamos que se remueven los cimientos de cada uno, del niño que fuimos, y, a la vez, tenemos que cuidar de un bebé vulnerable, dependiente y con muchas necesidades que tenemos que satisfacer. Todo es tan intenso y potente que es normal que haya una removida en la pareja. Pero con mucha comunicación, consciencia de lo que está pasando y conexión esto se puede atravesar haciendo que la pareja salga más fuerte, madura y unida.

P. ¿Saben las parejas que esto es habitual o viven en la ignorancia hasta que aparece el primer hijo?

R. Muchas no lo saben. A veces por desconocimiento y otras porque no le dan importancia o no se imaginan lo que supone tener hijos. Y es normal… cuesta mucho imaginar lo que uno no ha vivido nunca. Es importante que se informen antes, que tomen consciencia, que tengan conversaciones sobre ese futuro como familia para evitar sorpresas y desencuentros posteriores.

P. ¿Cuáles suelen ser las principales causas de los desencuentros?

R. A veces falta de madurez. Con el nacimiento del hijo aparecen sus heridas de infancia y se relacionan más como si fueran niños pequeños que como adultos. Esto no ayuda a la crianza en pareja. Otras veces porque hay mucho cansancio, falta de comunicación y estrés, que tensa muchísimo la cuerda de la relación. Y otras por temas de crianza: no hay una línea común a la hora de educar al hijo y hay muchas discusiones porque no se sienten equipo y actúan cada cual como considera, pero sin ir de la mano con unos valores en común.

P. ¿Quién es más vulnerable tras el nacimiento del primer hijo, el padre o la madre?

R. Normalmente la madre, por todo lo que implica tener un bebé a nivel físico, hormonal, emocional… su cuerpo ha vivido y está viviendo una transformación tal que es normal que se sienta muy removida y vulnerable durante el primer tiempo del bebé. Si los dos miembros de la pareja lo saben, están bien informados de lo que pasa en el cuerpo de la mujer durante ese tiempo, les será mucho más fácil de transitar. Cuando no se tiene esta información, a veces, suele haber mucha desconexión entre los dos, muchas discusiones porque sienten que no están en la misma página, y cada uno se siente solo.

P. ¿Es habitual que los padres se sientan en parte abandonados?

R. Más de lo que creemos. Algunos hombres han pasado de los cuidados de su madre a los cuidados de su pareja y esto no ayuda a que ocupen un lugar adulto y maduro. Cuando su mujer pasa a cuidar al bebé, que tanto la necesita, a veces se sienten dejados de lado. Pero la mujer tiene un hijo, ¡no dos! Lo normal es que haya una reorganización de los roles y que, de alguna forma, el hombre se vea obligado a ocupar el lugar adulto que le corresponde. Para solucionarlo, hay que tomar consciencia de lo que está pasando. Que el hombre entienda que no se le ha abandonado, sino que su mujer está haciendo lo que toca: ocuparse del vulnerable y dependiente que es el bebé. Él debe buscar la herida que se ha despertado, intentar comprenderla y sanarla para luego ocupar el lugar adulto y maduro que le corresponde por la edad y por la nueva función paterna que tiene que desarrollar.

P. ¿Habría que tener una reunión formal como pareja y asentar los acuerdos antes de ponerse a buscar el bebé?

R. Sí, habría que hablar mucho de muchos temas que a priori pueden parecer incómodos, como, por ejemplo, cómo han sido nuestras infancias, cómo nos criaron y educaron y cómo nos imaginamos a nosotros haciéndolo. Deberíamos conversar sobre los valores que nos gustaría transmitir a nuestros hijos y ver si estos concuerdan con los de nuestra pareja. O charlar también de cómo creemos que podemos organizarnos si tenemos un bebé a nivel de conciliación, de tareas del hogar, de carga mental… y ver si ahora, cuando todavía no tenemos hijos, sentimos que nuestra relación de pareja está equilibrada o si ya aparecen problemas de base que quizás tenemos que tratar de solucionar. Porque una cosa tenemos que tener clara: los bebés no llegan para solucionarnos las cosas que no hayamos solucionado nosotros antes.

P. Usted es experta en crianza consciente. Esta forma de entender la crianza, ¿debería empezar desde antes del embarazo?

R. Sí, y empieza tomando consciencia de la niña o del niño que fuimos, de cómo fuimos criados y educados y empieza intentando curar nuestras heridas para, luego, poder criar desde un lugar más adulto, maduro y más conectado.

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