Día de la Mujer en la Ciencia: qué hacer para que las niñas se interesen más por las carreras STEM
Manuel Antonio Fernández, neuropediatra, explica que el sistema educativo debe dotar a todos, ellos y ellas, de los conocimientos y el interés necesario para desarrollar todo su potencial
Este viernes 11 de febrero es el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, una jornada en la que se reivindica el fin de los estereotipos de género a la hora de elegir que quieren ser ellas de mayor. Un clamor que quiere alejar a las más pequeñas de los roles tradicionales de la maternidad y los cuidados y que quiere potenciar su total capacidad para hacer lo que quieran. Cada vez más mujeres eligen la ciencia como carrera futura. Aunque todavía queda mucho por recorrer.
En la actualidad, menos del 33 % de los investigadores en todo el mundo son mujeres, según el último informe de la UNESCO sobre ciencia. La única forma de seguir aumentando este porcentaje es educar con la confianza absoluta de que todas las niñas (y niños) pueden desarrollar una mente STEM [Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por la traducción de las siglas al español].
¿Qué podemos hacer para que las niñas se interesen más por las carreras de ciencias? ¿Qué tipo de asignaturas faltan en nuestro sistema educativo? Para contestar a estas y otras preguntas hablamos con Manuel Antonio Fernández, neuropediatra y autor de diversas guías para padres sobre trastornos del aprendizaje y del desarrollo.
PREGUNTA. Las mujeres estamos más predispuestas a elegir profesiones que impliquen el cuidado de otros. Si esto es así, ¿es cultural o biológico?
RESPUESTA. Las maneras de “cuidar” de otros pueden ser muy diferentes. No se trata solo del cuidado físico y personal directo. Cuando en la naturaleza y el mundo animal, uno de los padres sale a cazar o conseguir alimento mientras el otro se queda al cuidado de la prole, también está cuidando a su familia. Es cierto que en lo que respecta a los humanos existen otros condicionantes y connotaciones, pero algo se mantiene de esto. Eso no significa que uno deba hacer una cosa o la contraria o que uno esté condicionado en un sentido y otro, en el contrario. Lo que me parece razonable, es que cada uno valore cuáles son sus puntos fuertes y sus puntos débiles y se encamine hacia el desarrollo de los primeros.
P. ¿Qué podemos hacer para que las niñas se interesen más por las carreras de ciencias? ¿Qué tipo de asignaturas faltan en nuestro sistema educativo?
R. Bueno, estos son dos temas diferentes. En nuestro sistema educativo faltan asignaturas que ayuden a formar en los aspectos más prácticos y funcionales de la vida diaria. Más que intentar que las niñas o los niños se interesen más por una cosa o por la otra, el sistema educativo debería ir orientado a dotar a todos de los conocimientos, las capacidades, las habilidades y el interés necesario para aprender a desarrollar todas sus capacidades y saber aplicarlas a la vida diaria. Si hubiera asignaturas que enseñaran las cosas que todos necesitamos saber para tener un desarrollo vital óptimo, en vez de conocimientos sin más, las cosas irían mejor y todos, niños y niñas, se interesarían por aprender ciencia porque la ciencia es parte de nuestras vidas. Me refiere a gestión del tiempo, planificación, organización, gestión económica, organización doméstica... Soy consciente de que todo esto suena muy a que huelen las nubes, que puede sonar muy etéreo y utópico, pero la ciencia vista de esta forma conseguiría que los y las peques la vieran con ojos más atractivos.
P. ¿Es el sistema educativo, entonces, el problema o simplemente no podemos luchar contra la biología? ¿Qué dice la neurociencia?
R. Aquí podríamos entrar en un largo debate al respecto en el que encontraríamos argumentos en ambos sentidos. No quiero entrar en ello. Creo que la base de todo el proceso educativo es el respeto al alumno en el sentido más amplio de la palabra. No se refiere al trato, que por supuesto, sino a que si respetas a tu alumno, te preocupas de que aprenda, no de enseñarle. Quieres que su cerebro adquiera la capacidad de aprender. De recibir información, procesarla, analizarla y generar conclusiones. Te debes preocupar por dar información y datos puros, realistas, objetivos y fiables que le permitan crear sus propias hipótesis de forma libre y sin condicionantes de ningún tipo. De esta manera, con estos mimbres y con libertad, cada individuo se encontrará en situación de tomar sus propias decisiones al respecto. Nuestros actos de hoy son el resultado de todo el proceso de desarrollo y aprendizaje que nuestra vida ha generado sobre nuestra base biológica y genética. Si desde el principio favorecemos un desarrollo neurológico y mental como el que te he comentado, los niños y las niñas serán adultos conscientes, responsables, coherentes y además, y sobre todo, libres pensadores para alcanzar su máximo potencial.
P. Por poner un último ejemplo, y según su experiencia personal como pediatra y que estudió Medicina, ¿las chicas se matriculan más en esta carrera, o son ellos los que llenan las aulas?
R. Por supuesto, te puedo dar datos muy concretos sobre Medicina, que, por cierto, es una rama de la ciencia. El porcentaje de mujeres en las aulas de las facultades de medicina es altísimo y en muchos casos, de más del 70%. Aún no hay unos porcentajes similares de médicos ejerciendo porque esa incorporación ha sido progresiva, pero en no muchos años, la mayoría de los médicos de nuestro país serán mujeres. Para muestra, mi experiencia personal. Yo hice la especialidad de Pediatría en el Hospital Universitario Infantil Virgen del Rocío de Sevilla y de los 12 pediatras de mi promoción, nueve eran mujeres.
Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.