Cómo criar a un niño altamente sensible
El exceso de emociones, un alto grado de empatía y una percepción extrema a los estímulos externos hace que educar a estos pequeños se vuelva una tarea algo más cuidadosa, según los expertos
La sensibilidad es un rasgo común a todo ser humano. Todos nacemos sensibles a los estímulos externos, a las personas y a los diferentes ambientes. Sin embargo, y ya desde la infancia, existen algunos rasgos a la hora de determinar los grados en la sensibilidad de un niño, cuyos padres deben estar atentos para criarles también con una mayor empatía.
Ciertamente, cada menor es un mundo y su universo emocional y sensitivo también lo es. Se ha discutido mucho y la investigación en torno a estas personas denominadas Personas Altamente Sensibles (PAS) es muy extensa, pero la conclusión es que en estos sujetos sí existen grados de una activación más fuerte de las regiones del cerebro implicadas en el conocimiento y la empatía, tal y como recogió un estudio realizado por neurocientíficos, y publicado en el National Institutes of Health (NIH). De hecho y desde la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE), facilitan al alcance de todos los interesados un test de orientación realizado por la doctora Elaine N. Aron y basado en el libro: El don de la Alta Sensibilidad, y así facilitar a los padres una herramienta con la que pueden saber si su hijo es altamente sensible.
El informe más reciente publicado por la American Psycologial Assotiation (APA) explora los grados de sensibilidad en los niños PAS, aunque en toda la revisión científica al respecto, se llega a determinar unos rasgos comunes a todos, que son: la percepción sensorial extrema e intensa, su excesiva capacidad para captar detalles y matices, su alta sensibilidad al ruido y al bullicio externo, a los olores del entorno o a las luces brillantes, y el hecho de abrumarse con el exceso de información que reciben que les puede llegar a producir saturación física o emocional, porque la forma de procesar esa información en su mente es profunda y tienden a la reflexión.
Además, estas niñas y niños están muy vinculados a la naturaleza y a los animales, los cuales les llegan a calmar mucho. También la música puede ser su vía de escape con respecto al mundo, lloran a menudo, y se preocupan mucho por meterse en problemas o conflictos, por lo que requieren de mucha tranquilidad.
Tres estrategias para criar a un niño altamente sensible
Así, y tal y como asegura la psicóloga Amy Morin, autora del best seller: 13 Things Mentally Strong Parents Don’t Do (13 cosas que los padres extremadamente fuertes no hacen, por su traducción al español), entre otros, la disciplina por parte de los padres con un niño altamente sensible, quizás, se vuelva una tarea un poco más complicada a la hora de regañarles o imponerles un castigo severo, así que es importante encontrar maneras para guiar de la manera adecuada a estos pequeños ¿Cuáles podrían ser entonces unas buenas estrategias?
- Aceptar su sensibilidad y darles más tiempo de inactividad: “El hecho de hacer hincapié en sus fortalezas y dones es un buen inicio, ya que lo que puede ser muy fácil para otro niño resulta más complicado para uno altamente sensible. Enseñarles a lidiar con sus emociones, pues necesitan aprender a verbalizar sus sentimientos”, dice la experta. Por otra parte, se debe cuidar el hecho de sobreprogramarles con actividades extraescolares o planes sociales. “El tiempo de inactividad en el hogar es muy importante para que un niño sensible se sienta seguro y pueda relajarse en tareas tranquilas como colorear, escuchar música o la lectura”, añade.
- Establecer límites y ofrecerles recompensas: es un niño sensible, sí, pero también necesita disciplina y deben estar preparados para lidiar con la realidad. “Si bien es importante ser flexible, la disciplina ayuda a enseñar a los niños cómo convertirse en adultos responsables, porque al final deben aprender y crecer al experimentar las consecuencias de sus acciones, lo cual es esencial para un desarrollo saludable”, continúa Morin. La experta asegura que los niños sensibles a veces se sienten mal si se meten en líos, por lo que una buena táctica para que no se sientan demasiado mal es convertir una norma en una recompensa. “Por ejemplo a la hora de la comida, en vez de imponer ¡no te vas a comer la tarta hasta que te comas la comida!, lo podemos convertir en ¡si te comes la comida, te doy después la tarta!”, incide la experta.
- Enseñarles a resolver problemas: los niños altamente sensibles muchas veces se sienten sobrepasados en ciertas situaciones o problemas en los que se pueden quedar bloqueados sin saber cómo responder, así que en estas situaciones es importante que sepan cómo encontrar algunas soluciones que puedan aliviar su estrés y ansiedad. “Aquí los padres deben involucrarles y hacer que participen en la resolución de conflictos y que aprendan esas habilidades, ya que les será de gran ayuda para que ganen en confianza y en su capacidad de sobra para manejar todas las situaciones incómodas”, concluye Morin.
Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.