Chuchie Hill: “El proceso de ‘salir del armario’ es para toda la familia”
Esta directora y productora de cine está casada con la deportista olímpica Jolanta K. Ogar y explica que es terrible que aun a día de hoy en países de la Unión Europea se considere a la gente gay enferma o que está pasando una moda
Chuchie Hill (Esperanza Hill), 40 años, es una directora, productora de cine y publicidad, que tras vivir 17 años en Los Ángeles (USA) hizo las maletas para retornar a Palma de Mallorca, su ciudad natal, y así vivir a caballo entre ambas ciudades. Ha fundado la entidad no lucrativa de producción audiovisual medioambiental In the Sea Productions. Recientemente ha rodado tres videoclips con el artista británico Jack in Water y se encuentra en la producción de los mismos. El primero, Just Smile ya se ha presentado y el segundo, You Don´t Feel Like Home, se estrenará próximamente. En el terreno personal, Hill se casó en 2018 con la deportista olímpica Jolanta K. Ogar y se están planteando ser madres.
Pregunta. ¿Cómo recuerda su infancia y adolescencia con respecto a su identidad sexual?
Respuesta. Como una búsqueda constante. No sé cómo será actualmente para un adolescente, pero en los años ochenta y noventa para una persona LGBT (lesbianas-gais-bisexuales-transexuales) mudarse a una gran ciudad contribuía mucho a encontrarse a uno mismo. Sin embargo, el mayor apoyo que se puede recibir es el que proviene de tus seres queridos. El proceso de “salir del armario” es para toda la familia. No tener apoyo de tu entorno puede complicarte mucho las cosas, ya que te puedes encontrar muy solo. Mudarme a Barcelona y más adelante a Madrid fue clave, y el apoyo incondicional de mi madre resultó vital.
P. A su modo de ver, ¿encuentra que la situación para la comunidad gay o LGBT está mejorando?
R. Siento que es terrible que aun a día de hoy en países de la Unión Europea se considere a la gente gay enferma o que está pasando una moda. Aún oigo comentarios de gente cuestionando las manifestaciones de orgullo gay, o si se exagera el tema de los derechos de la comunidad homosexual. Si miramos el Mapamundi sobre la legislación acerca de los derechos LGBT y adopción homoparental, todavía vemos una mayoría de países donde la “práctica” homosexual es ilegal. Muchos de esos países condenan la homosexualidad con prisión, cadena perpetua o, incluso, la muerte. Por lo tanto, puede afirmarse que no tenemos los mismos derechos ni la misma posición social como les ocurre a las personas heterosexuales. Y entonces debemos seguir luchando por la igualdad.
P. El 3 de julio de 2005 se legaliza en España el matrimonio entre personas del mismo sexo. Usted se ha casado en España, pero su matrimonio no es legal en todos los países. De hecho, no lo es en el país de su mujer: Polonia. ¿Qué opinión mantiene sobre este tema?
R. Mi confusión sexual en mi adolescencia no me permitía considerar el matrimonio en un futuro. Tenía grandes dudas, me sentía atraída por chicos y chicas por igual, y me costaba mucho entender qué quería exactamente. No tener respuestas llegó a ser extenuante, así que decidí dejarme llevar por el amor y sin etiquetas. Cuando conocí a mi esposa, ella sí quería casarse, más aún porque en su país (Polonia) sigue siendo ilegal y la homofobia está muy presente. En Polonia nuestros derechos humanos apenas se consideran. No podemos ni ir cogidas de la mano por la calle. El actual partido político -de extrema derecha- parece no haber aprendido nada de la historia. No avanzan. Incluso han eliminado algunos de los derechos que ya existían de comunidad gay y algunos de la mujer. Mi esposa y yo, efectivamente, solo estamos casadas -y felizmente- en los países en los que el matrimonio homosexual es legal.
P. Su mujer es polaca y deportista profesional. Es una regatista olímpica de éxito, ex-campeona mundial y europea. Está además involucrada en la lucha contra la homofobia. ¿Cómo vive la familia de su mujer su condición sexual y su matrimonio con otra mujer?
R. La madre de mi esposa acepta y apoya totalmente su homosexualidad. Con 21 años, Jola dijo a su madre que estaba enamorada de una mujer y su madre temió que sufriese. Actualmente se llama Jolanta K. Ogar-Hill (38 años). Cuando nos casamos decidió añadir a su apellido el mío (algo posible en su país). Es una de las caras del #SportPrzeciwHomofobii, campaña en contra de la homofobia dirigida por una ONG (Organización No Gubernamental) que trabaja para erradicar la discriminación de género. Entrevistaron a Jola (Jolanta K. Ogar-Hill) hace un tiempo en una cadena privada de su país. Decía que la gente debe saber que los homosexuales estamos por todas partes y en todos los ámbitos de la vida. Declaraba que mucha gente teme la homosexualidad y necesitan descubrir que no infectamos a nadie.
P. Ambas decidieron convertirse en madres y usted quiere vivir en su piel el embarazo y parto. ¿Cómo fue ese camino?
R. Siempre he estado concentrada en mi trabajo y en el presente. Ser madre era un asunto que veía lejano. No pensé en el tema hasta que me casé con Jola. Y ha sido entonces cuando tomé consciencia de la importancia que tenía que me lo plantease ya o después sería muy tarde. Cuando un día tuve la conversación con mi mujer, hablamos sobre quién gestaría al bebé, cómo lo haríamos, quién nos ayudaría o en qué país lo haríamos. Nos surgían dudas por momentos: estudiar las leyes de cada país, arreglar si el donante sería conocido o desconocido, si hablarle de él al niño o no, o cómo nos enfrentaríamos a posibles problemas. Pienso que, con toda la información de la cual nos surtimos y el tiempo que invertimos en decidir, algunas parejas del mismo sexo, pueden llegar a estar más preparadas para ser padres que parejas heterosexuales.
P. Han decidido utilizar un método casero para la inseminación, ¿por qué? ¿Ha consultado sobre las repercusiones legales a las que podrían enfrentarse? ¿Es algo que les hace estar intranquilas?
R. Finalmente decidimos que era importante para nosotras que el donante fuese alguien conocido. Nuestra sorpresa fue descubrir que en España no era posible con los métodos de inseminación artificial o in vitro en clínica, así que tuvimos que decantarnos por un método casero, o lo también llamado inseminación artesanal. Desgraciadamente hemos de asumir ciertos riesgos legales tanto para el bebé, como para el donante o para nosotras. Si el donante es conocido, siempre tiene derecho a reclamar la custodia del bebé, pese a lo que se haya firmado. Al parecer, estando nosotras casadas y si la madre no biológica adopta al bebé, sería complicado que se le concediera la custodia, aunque no imposible. España fue el primer país que estableció la igualdad total en lo relativo a la adopción y matrimonio para las parejas del mismo sexo. Espero que no nos hayamos quedado estancados y que ese adelanto suponga una ventaja en la práctica a largo plazo.
P. Hace poco ha tenido que pasar por un aborto natural. ¿Podría hablarme de los tabúes que encuentra no solo para hablar del aborto, sino de otros temas sobre la maternidad en general en parejas del mismo sexo?
R. La pandemia ha entorpecido un poco el proceso. Pero afortunadamente logré quedarme embarazada una vez, aunque no llegó a término y tuve un aborto natural precoz. Sin embargo, pese a la mala experiencia me ha dado esperanzas. Me llamó mucho la atención descubrir que el aborto natural es algo muy común, al igual que el que las mujeres prefieran en muchas ocasiones no hablar de ello. Yo creo que es bueno compartirlo, no solo para superarlo, sino para con la normalización, ayudar a futuras madres a estar más informadas. Creo que todavía hay mucho trabajo por hacer para que las parejas del mismo sexo sientan la misma libertad y puedan realizarse del mismo modo, con los mismos derechos que las personas heterosexuales. También afecta al apoyo que puedas recibir por parte de amigos o familiares. Para estar bien informado tienes que hacer mucha búsqueda dado que la información no está al alcance de cualquiera. Y si para uno a quien le interesa le cuesta hallar respuestas, para el que no, mucho más. No culpo a nuestro entorno por sentirse desorientado a la hora de mostrarnos su apoyo. Debido a lo novedoso o a esa falta de acceso a información, nos encontramos todos un poco perdidos.
P. ¿Ha sentido algún tipo de envidias profesionales o ha advertido obstáculos en su andadura profesional?
R. A nivel profesional no recuerdo haber sentido discriminación por mi condición sexual. Y afortunadamente en mi profesión la gente suele ser muy abierta de mente y nada recíproca a temas desconocidos. Las situaciones que he vivido tanto en el trabajo como en círculos sociales las considero más de ignorancia inoportuna o inmadurez. Por mi condición de género, indudablemente, el machismo sigue muy presente en nuestra sociedad, también en las mujeres.
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