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Las finanzas de los candidatos en EE UU: tres millonarios y uno más pobre que la media del país

El número dos de la campaña demócrata, Tim Walz, cuenta con activos en torno a los 300.000 dólares; su rival republicano, J. D. Vance, posee diez veces más solo en fondos de inversión

Elecciones Estados Unidos
El candidato demócrata a la vicepresidencia de EE UU, Tim Walz (izquierda) y su rival republicano, J. D. Vance (derecha)Carlos Osorio (AP)
Macarena Vidal Liy

Una regla no escrita en las campañas electorales de Estados Unidos es que los candidatos presidenciales, por lo general, cuentan con una cartera personal abultada. Bien porque han combinado una carrera política con lucrativas etapas en el sector privado, libros que han sido éxitos de ventas e inversiones bien gestionadas; o porque su fortuna personal les permite presentarse a unas elecciones. Hay excepciones, por supuesto. Este año, tres de los cuatro candidatos que encabezan las campañas demócrata y republicana: la vicepresidenta, Kamala Harris, el republicano Donald Trump y el número dos de este, J. D. Vance, cumplen el principio habitual y cuentan con millones de dólares en su haber. El cuarto, el aspirante demócrata a vicepresidente, Tim Walz, dispone de menos bienes a su nombre que la media estadounidense.

Harris anunció el martes su selección del hasta entonces casi desconocido gobernador de Minnesota como su número dos para sorpresa de muchos. La vicepresidenta se decidió por Walz, entre otras cosas, por la imagen de persona corriente, de maestro socarrón y recluta militar que ascendió poco a poco, de su nueva pareja electoral.

Los documentos públicos sobre sus finanzas refuerzan esa imagen de cabeza de familia de clase media: sin apuros económicos, ni mucho menos ―su sueldo como gobernador dobla la media estadounidense, de 59.428 dólares [54.430,6 euros]―, pero sin lujos. El excongresista y su esposa solo cuentan con sus salarios, con una pensión de él como profesor y un seguro de vida relativamente modesto. No disponen de vivienda en propiedad. Tampoco de inversiones en empresas ni de acciones en Bolsa. Un cálculo de The Wall Street Journal atribuye un valor a sus posesiones de 330.000 dólares. La media estadounidense, según un informe de la Reserva Federal en 2022, es de 1,06 millones de dólares. El periódico económico matiza que la fortuna de Walz podría aumentar en 800.000 dólares con su pensión de alto cargo público.

Como gobernador de Minnesota, el sueldo de Walz es de 115.485 dólares, algo menos de 110.000 euros. Sumado al salario de su esposa Gwen, también profesora de instituto, el matrimonio ingresó en torno a los 166.000 dólares, algo más de 150.000 euros, según su declaración de la Renta de 2022.

En una declaración de bienes que publicó en 2019 apuntaba que contaba también con un fondo de pensiones, procedente de sus años como profesor de instituto, de 100.000 dólares y un seguro de vida de 50.000. Ese formulario, y los documentos sobre su situación económica que presentó en Minnesota a comienzos de este año, muestran que los Walz no tienen colocado dinero en fondos de inversión, en Bolsa u otros activos. Tampoco son propietarios de ninguna empresa.

El matrimonio, que tiene dos hijos ―Hope, de 23 años, y Gus, de 17― vendió en 2019, después de que él ganara las elecciones a gobernador, la casa que tenía en propiedad en Mankato, la ciudad de Minnesota donde la pareja dio clases durante años. El precio de venta, inferior al que habían pedido, rondó los 300.000 euros. Desde entonces han residido en la vivienda oficial del gobernador y hoy, mientras ese inmueble es objeto de reformas, habitan en la residencia del rector de la universidad estatal.

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La situación económica de Walz contrasta con la de su rival republicano. En 2022, el año en que ganó su escaño en el Senado estadounidense, Vance ingresó más de un millón de dólares, seis veces más que su contrincante y su esposa juntos. Ese dinero incluyó cerca de 110.000 dólares en sueldo de su compañía de capital de riesgo, Narya Capital Management, según los formularios de información financiera que entregó al Senado. También incluyó en torno a 121.000 dólares en derechos de autor por su libro de memorias Hillbilly: Una Elegía Rural, el éxito de ventas que le precipitó a la fama en 2016 y en el que relata su infancia y adolescencia en el Ohio rural como hijo de una madre drogadicta.

El número dos de Donald Trump recibió asimismo cientos de miles de dólares procedentes de sus inversiones en Bolsa y en alquileres de sus propiedades inmobiliarias. Ese año su esposa, Usha Vance, y él declaraban una casa adosada en Washington que alquilaron por un monto entre los 15.000 y los 50.000 dólares. El año pasado compraron otra propiedad, en Alexandria, en el norte de Virginia, por 1,6 millones de dólares.

En 2022, Vance declaraba contar con bienes raíces valorados entre los 500.000 y un millón de dólares. También criptomonedas por cerca de 250.000 dólares. Una serie de fondos de inversión bajo su control estaban valorados en un total de 3,25 millones de dólares.

El senador y autor de éxito no es, con todo, el más rico en el elenco de candidatos. Ese puesto corresponde a Donald Trump, magnate inmobiliario antes de convertirse en presidente estadounidense entre 2017 y 2021, y que el jueves en una rueda de prensa en su residencia de Mar-a-Lago en Florida presumía de que el lugar desde donde hablaba valía “18 millones de dólares”.

La candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, también es millonaria. En sus informes financieros durante la campaña electoral de 2020 indicaba que en 2018 ella y su marido Doug Emhoff, abogado como ella, obtuvieron unos ingresos combinados de más de 1,8 millones de dólares. La revista Forbes calcula que la fortuna de ambos ronda los ocho millones de dólares.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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