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Las señales de alarma que llevaron a Biden a retirarse de la campaña

Confusión de nombres, lapsus y olvidos son algunos de los avisos anteriores al debate que apuntaban al deterioro de las capacidades del mandatario

El presidente Biden sube las escaleras del Air Force One en el aeropuerto Harry Reid de Las Vegas.
El presidente Biden sube las escaleras del Air Force One en el aeropuerto Harry Reid de Las Vegas.Susan Walsh (AP)
Luis Pablo Beauregard

Algunos usuarios han subido recientemente a las redes sociales videos antiguos de Joe Biden. En ellos se ve al todavía presidente de Estados Unidos debatir con pasión contra Donald Trump en 2020; responder con firmeza a la prensa en las entrevistas e incluso mostrar reflejos cuando recibía fuego amigo de otros demócratas. Para un hombre con cinco décadas de trayectoria, hay muchos momentos para elegir de la hemeroteca. Son momentos que contrastan fuertemente con la idea que persiste actualmente en el electorado; un líder titubeante, con errores cada vez más comunes en sus apariciones públicas y quien pierde el tren de pensamiento con frecuencia. Esto llevó a los votantes de su partido a perder el entusiasmo en su candidato. Una encuesta publicada por AP esta semana indicó que casi dos terceras partes de los demócratas deseaba ver a Biden, de 81 años, abandonando la carrera. El presidente cedió a las presiones este domingo.

En lo que es ya el último evento de su campaña, Biden mostró fuerza y vigor en una reunión con votantes afroamericanos, un sector clave de su electorado. En Las Vegas, una ciudad que abandonó el miércoles contagiado de covid, el presidente recordó lo que la Administración de Trump significó para los negros. “Fue un infierno”, dijo Biden en un discurso de poco menos de 30 minutos donde intentó no salirse del guion ni apartarse del teleprompter. El resultado tras la comparecencia fue positivo, hasta que abandonó Nevada, uno de los siete estados bisagra, obligado por la enfermedad.

El 27 de junio quedará marcado en la historia como la fecha que inclinó la balanza contra Biden. El presidente participó esa noche en Atlanta en el primer debate presidencial del ciclo. El careo con el aspirante republicano ofreció a los espectadores 90 minutos de un triste espectáculo. El mandatario habló con una débil voz. Su participación estuvo llena de frases inconexas, lagunas y momentos donde parecía quedarse en blanco. “Ni siquiera sé qué dijo al final de esa oración y yo creo que ni siquiera él lo sabe”, respondió Trump en un momento donde discutían la crisis migratoria. Aquel encuentro dejó pocos momentos memorables para el candidato demócrata. Uno de ellos fue sobre golf.

La campaña intentó huir hacia adelante, elevando el perfil de Biden. Para borrar el trago amargo del debate, su equipo accedió a más entrevistas. El periodista de la cadena ABC George Stephanopoulos fue el primero en cuestionar a Biden. Este descartó abandonar la carrera, salvo que interviniera el “Señor Todopoderoso”. Cinco días después de la charla, Stephanopoulos aseguró que el presidente “no estaba en condiciones de servir cuatro años más” a un hombre que le preguntó cómo había visto a Biden.

La Casa Blanca insistió en la estrategia. Siguieron entrevistas con las cadenas NBC, Univision, la celebridad de Internet Speedy Morman y Black Entertainment Television (BET). En esta última, grabada esta semana, el presidente parece olvidar el nombre de su secretario de defensa, Lloyd Austin, a quien se refiere solamente como “el hombre negro”. La prensa estadounidense informó a mediados de este mes que el equipo de la campaña solicitó editar una entrevista que Biden dio a una radio de Wisconsin.

Biden ofreció el 11 de julio una conferencia de prensa para mostrar su agilidad mental. El evento, que parecía rutinario, despertó gran interés. Casi 25 millones de personas se conectaron a la rueda de prensa organizada en torno a la cumbre de la OTAN. La jornada no había comenzado bien para el mandatario, quien confundió al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski con el autócrata ruso Vladimir Putin. En la primera pregunta volvió a errar al referirse a Kamala Harris como la “vicepresidente Trump”. Los republicanos metieron el dedo en la llaga e inundaron las redes con el vídeo. “¡Bien hecho, Joe!”, escribió Trump en Truth Social.

Las banderas rojas o señales de alarma sobre el deterioro de las capacidades Biden venían de antes. En febrero, el líder del Ejecutivo tuvo otro lapsus en un mitin en el que tiraba de la memoria para recordar una anécdota en una cumbre del G7 celebrada en Inglaterra en 2021. Al contarla, no obstante, el líder del Ejecutivo confundió a su homólogo francés, Emmanuel Macron, con François Mitterrand, fallecido en 1996.

Un par de días después de aquello, Biden mezcló a los líderes de Egipto y de México durante una conferencia de prensa. La confusión habría pasado desapercibida, si no fuera porque se produjo en una comparecencia pública organizada para que el presidente refutara un informe de más de 300 páginas elaborado por el fiscal general, quien lo retrataba como un octogenario con serias lagunas en sus recuerdos.

“La memoria del señor Biden parece tener limitaciones significativas”, señala el documento redactado por Robert Hur, un fiscal de la era Trump. El texto indica que el presidente no recuerda la fecha en que terminó con su encargo como vicepresidente de Barack Obama, había olvidado el importante discurso sobre Afganistán y que incluso no puede determinar exactamente cuándo murió su hijo Beau. Algo que el propio Biden desmintió con fuerza. “¿Cómo diablos se atreve? No necesito que nadie me recuerde cuándo murió mi hijo”, apuntó.

En otros momentos, Biden ha sido sacado de contexto. La mala fe de las redes sociales y de la era de la desinformación han ayudado a magnificar la idea del deterioro del mandatario. En un video que se hizo viral de la más reciente cumbre del G-7 en Italia, las cámaras captan a Biden, quien divaga y luce desorientado, pues mira en dirección contraria a sus homólogos. La premier italiana, Giorgia Meloni, lo va a buscar para que se una al grupo. La Casa Blanca desmintió las versiones y aclaró que el presidente, en realidad, estaba saludando a un grupo de paracaidistas que estaban fuera del cuadro. El momento puede apreciarse en un video oficial que no fue editado.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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