Tusk gana a los ultraconservadores en Polonia con una victoria muy ajustada
Coalición Cívica logra el ‘sorpasso’ a Ley y Justicia por primera vez en más de una década. La extrema derecha se sitúa en tercer lugar
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, se convirtió en un ejemplo para Europa el pasado octubre al lograr sacar del Gobierno a los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS, en sus siglas en polaco), pese a que estos fueron la lista más votada. Coalición Cívica (KO), la formación de centro derecha que lidera el Gobierno de coalición liberal, logró este domingo en las elecciones europeas reforzar el muro de contención frente a los ultras aunque por un margen muy estrecho: el partido de Tusk, con un 37,1% de las papeletas y 21 escaños, adelantó a PiS, con un 36,1% los apoyos y 20 parlamentarios. La diferencia es de apenas un punto porcentual y 106.274 votos, pero es la primera vez en un década que KO se sitúa por delante.
Tras conocer los sondeos a pie de urna este domingo —que daban una victoria más rotunda que los resultados oficiales, con dos escaños de diferencia—, un Tusk eufórico subrayó que Polonia se está convirtiendo en el “nuevo líder de la UE”, según declaraciones recogidas por los medios locales. “Los partidos de Gobierno de Alemania y Francia no tienen motivos para estar satisfechos”, añadió, en referencia al crecimiento de los partidos ultra en esos dos países claves para la UE. “Hemos demostrado que somos una luz de esperanza para Europa”. El dirigente celebró: “Estos preciosos meses tras el 15 de octubre no han sido en vano”.
El primer ministro trató de movilizar a su electorado hasta el último momento en unas elecciones presentadas como históricas, y consiguió su objetivo. La mala noticia para los liberales es que la extrema derecha de Confederación se sitúa como tercera fuerza, con un 12% de los votos y seis eurodiputados de los 53 que reparte el país. Los ultras (Confederación más PiS) son la opción de más del 48% del electorado polaco.
El partido de Tusk gana 21 eurodiputados, 10 más que en 2019, y PiS, pierde siete de los 27 que tenía. El bloque liberal de KO y los socios de Gobierno siguen sumando mayoría, pero por la mínima, con un 50,3% de los votos: la coalición de conservadores y democristianos Tercera Vía suma 6,9% y tres escaños, y los progresistas de Nueva Izquierda, 6,3% y tres también.
La campaña en Polonia estuvo marcada por la polarización, con discursos que apelaban a las emociones, principalmente, el miedo a la amenaza rusa. El equipo de Tusk advertía de la posibilidad de que el Kremlin vaya más allá en su embestida contra Ucrania y la guerra llegue a Polonia, o a que intensifique sus actos de sabotaje y desestabilización. También avisaba de que a través de formaciones ultras con ideología autoritaria y tradicionalista como Ley y Justicia, Moscú podía socavar las democracias occidentales, empezando por las instituciones europeas. Un escándalo de corrupción con un fondos públicos relacionados con miembros del antiguo Ejecutivo de PiS alentó también el voto liberal.
Los polacos acusan fatiga electoral. El pasado octubre batieron todos los récords, con una participación de casi el 75%, en unos comicios que se presentaron como una disyuntiva entre democracia y Europa o más Polonia y valores cristianos. En marzo y abril, cuando se celebraron las elecciones regionales y locales, la abstención se disparó. Este domingo, ha votado el 40,6% del censo. En las europeas de 2019 participó el 45,68%, porque PiS presentó los comicios de aquel año como fundamentales para defender la posición polaca en Bruselas y le funcionó. Habitualmente las europeas suelen tener una participación modesta, más parecida al 23,8% de 2014.
Con los resultados de este domingo, PiS pierde fuerza en Bruselas, donde es un viejo conocido: populista, euroescéptico, y partidario de los Estados nación. En la legislatura que se cierra con estos comicios ha sido la principal delegación del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, en sus siglas en inglés), donde están también Vox y Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni. La postura del partido contraria a Rusia le alejó tras la invasión de Ucrania de otros líderes de la extrema derecha europea, como Viktor Orbán, un aliado tradicional. Tras perder el Gobierno de Polonia se ha mostrado mucho más flexible y dispuesto a integrar a Orbán en el grupo o a buscar alianzas más amplias con otros partidos ultras.
Después de gobernar durante ocho años y llevar al país al borde de la ruptura legal con Bruselas en su giro hacia un sistema iliberal, el partido ultraconservador no logró sumar la mayoría necesaria para gobernar el pasado octubre, pero se mantuvo como la lista más votada. En los comicios regionales de marzo, volvió a quedar primero y demostró que su base electoral seguía siendo robusta. El resultado se leyó como una advertencia a la coalición de Gobierno liberal, que avanza más despacio de lo prometido en las reformas prometidas para restaurar la salud democrática.
Donald Tusk, líder de KO, fue presidente del Consejo Europeo entre 2014 y 2019, y del Partido Popular Europeo (EPP) entre 2019 y 2022. Tiene una reconocida trayectoria europeísta, pero aunque defiende la cooperación europea y se le recibió de vuelta a Bruselas con los brazos abiertos, es reticente a la reforma de los tratados o el pacto migratorio. La victoria de este domingo, pese al estrecho margen, le da alas para reforzar la posición de Polonia en la Unión como ejemplo, de nuevo, de dique frente a la ultraderecha. “Confirmamos que la democracia, la honradez y el desinterés son importantes”, dijo ante sus seguidores.
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