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La muerte de un soldado apuñalado por un migrante en la frontera con Bielorrusia tensa el fin de campaña en Polonia

La oposición ultraconservadora exige la dimisión del Gobierno. Donald Tusk ordena una reforma exprés de la legislación para permitir el uso de armas a los uniformados

Donald Tusk
El primer ministro polaco, Donald Tusk, flanqueado por los titulares de Defensa, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz e Interior, Tomasz Siemoniak, durante una visita a la frontera con Bielorrusia en Dubicze Cerkiewne el pasado 29 de mayo.ARTUR RESZKO (EFE)
Gloria Rodríguez-Pina

La muerte de un soldado de 21 años apuñalado por un migrante armado que trataba de entrar en Polonia desde Bielorrusia ha irrumpido en el cierre de una tensa campaña electoral para el Parlamento Europeo. La seguridad y las amenazas directas para el país provenientes del este —representadas precisamente en esa linde y en el uso de los migrantes por parte de Moscú y Minsk, que promueven el cruce de extranjeros hacia territorio polaco como estrategia de guerra híbrida—, han sido los temas en los que se ha centrado el partido que lidera la coalición de Gobierno, la Plataforma Cívica del primer ministro de centroderecha, Donald Tusk. El suceso supone un golpe a la imagen de garante de la seguridad que intentaba construir el Ejecutivo. A dos días de los comicios, el partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) ha exigido la dimisión del Gobierno.

El fallecimiento del soldado este jueves por la tarde se ha unido a información revelada esta semana por Onet. Según el medio digital, dos militares fueron detenidos hace dos meses por usar armas de fuego contra un grupo de migrantes. En una carrera por ver quién es más duro y está mejor equipado para proteger al país y a sus fuerzas de seguridad, PiS acusa al Gobierno de poner en peligro la integridad de las fuerzas desplegadas en la frontera. Tusk, por su parte, ha ordenado acciones inmediatas a los ministros de Justicia y de Defensa, incluyendo la destitución del fiscal militar, encargado expresamente de los casos que afectan al ejército, y una reforma exprés de las normas que permitan a las fuerzas y cuerpos de seguridad emplear sus armas de fuego.

En los últimos meses, Tusk y su Gobierno han endurecido la retórica sobre la migración, cuestionando la Convención de Ginebra sobre el derecho al asilo, y vinculándola con un problema de seguridad. Desde 2021, el régimen de Aleksandr Lukashenko, aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, alienta y organiza la travesía de migrantes procedentes de África y Oriente Próximo, principalmente, hasta el confín de la UE para que entren de forma irregular, sobre todo a través de la frontera con Polonia. La gestión de la migración en esa frontera ha sido controvertida desde el principio por el incumplimiento sistemático del derecho internacional y el empleo habitual de prácticas ilegales como las devoluciones en caliente.

Plataforma Cívica y sus socios del Gobierno liberal, junto con personalidades y activistas, pidieron —sobre todo en los momentos álgidos de la crisis cuando PiS estaba en el poder—, respetar los derechos humanos en el bosque fronterizo donde varias decenas de personas han perdido la vida. Este jueves, tras el anuncio del fallecimiento del soldado, políticos ultraconservadores han señalado como culpables a todos aquellos que defendieron el derecho a pedir asilo en la frontera. En Polonia ha calado el mensaje que vincula la migración con la seguridad, en el contexto de la guerra en Ucrania y la amenaza rusa, y ya son marginales las voces que aún exigen respetar las leyes internacionales.

Durante la campaña, Tusk ha ido anunciado medidas como un plan de 2.350 millones de euros para blindar los 700 kilómetros de la frontera este, que comparte con Bielorrusia, el enclave ruso de Kaliningrado y Ucrania, con sistemas de defensa antidrones, fortificaciones, búnqueres y vigilancia por satélite. Tras el ataque al soldado Mateusz Sitka y ante el aumento de los intentos de cruzar la vaya que construyó el Gobierno anterior, el Ejecutivo anunció también que recuperaría la polémica zona de exclusión que introdujo PiS a lo largo de la frontera con Bielorrusia para prohibir el acceso a una franja de 200 metros. Las protestas de los vecinos y los negocios de la zona, que viven del turismo rural y activo, ha frenado por ahora la entrada en vigor del plan.

Uso de armas

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La noticia de que dos soldados fueron detenidos y acusados de uso indebido del arma hace dos meses por disparar a un grupo de personas que intentaban cruzar la frontera ha supuesto otro golpe a la narrativa en torno a la que ha construido Tusk su campaña. Para PiS, la imagen de los defensores de la integridad territorial polaca esposados y llevados a un calabozo es un ataque a la dignidad de las fuerzas de seguridad. El primer ministro, que ha viajado varias veces a la frontera para mostrar su apoyo a los soldados y guardias fronterizos destacados, convocó de urgencia a los responsables de Justicia y Defensa para exigir medidas inmediatas y contener la crisis. Este viernes, ha anunciado que ha ordenado reformas para dotar de seguridad jurídica a los soldados en el uso de armas de fuego en defensa propia. En la misma comparecencia, Tusk ha anunciado la destitución de Tomasz Janeczek, responsable de la Fiscalía militar, colocado por el Gobierno anterior.

El presidente, Andrzej Duda, que suele actuar a favor de PiS, el partido al que pertenecía antes de asumir el cargo, ha acusado al Gobierno de usar a Janeczek en un “chivo expiatorio”. En la misma comparecencia en la que ha pedido no instrumentalizar los sucesos en la frontera con fines electorales, el jefe del Estado ha acusado al primer ministro de no respetar a los uniformados: “Todos recordamos que el entorno político del primer ministro Donald Tusk atacó continuamente a los soldados y oficiales polacos durante dos años. Hubo insultos y viles acusaciones”.

“Muerte, inmigrantes, guerra, pandemia: en todas partes buscan ‘oro político’, beneficio personal y partidista. PiS, presidente, Morawiecki, Ziobro”, ha escrito Tusk en la red social X. El primer ministro ha llamado “desvergonzados” a los dirigentes ultraconservadores y ha aprovechado para pedir el voto: “Demuestra el domingo una vez más que estás harto de ellos”.


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