ERC se encomienda a un meteorólogo para amainar su temporal interno
Los republicanos, que repiten cabeza de lista con Diana Riba, confían en la popularidad de Tomàs Molina, que fue hombre del tiempo en TV3, para no enlazar una cuarta derrota electoral
Por si ya no había suficientes nervios en Esquerra Republicana, el jueves comienza la campaña para las elecciones europeas. En una cita con poco tirón ciudadano, los republicanos concurren en coalición con EH Bildu, BNG y los baleares Més Ara y se asoman al abismo de sufrir su cuarta derrota consecutiva. Un golpe así, con las filas divididas entre quienes apoyan la continuidad de Oriol Junqueras y los que abogan por un cambio de caras, sería mortal para una cúpula amortizada que, además, tiene que decidir si apoya al PSC o a Junts en la investidura. La popularidad de Tomàs Molina, antiguo hombre del tiempo de TV3 y número cuatro de la lista que encabeza Diana Riba, es la carta en la que ERC deposita las esperanzas para que su temporal interno amaine.
Ya se arremolinaban las nubes oscuras sobre ERC cuando Molina anunció el pasado 31 de marzo y vía la red social X que dejaría la pantalla para ser candidato. El fichaje llevaba muchos meses cocinándose, en una operación conocida solo por un círculo muy cerrado de cercanos a Junqueras y su número dos, Marta Rovira. Los planes de los republicanos pasaban entonces por agotar la legislatura en el Parlament (febrero del 2025), tiempo en el que confiaban en poder hacer cambiar las encuestas a favor de la reelección de Pere Aragonès. Pero el adelanto electoral, derivado del fiasco de los Presupuestos a mediados de marzo, obligó a improvisar. Las europeas pasaron de ser unos comicios a los que se salía con una expectativa conservadora a ser una cita crítica, sobre todo en cuanto a autoestima, para las filas Esquerra.
“Si no le haces caso a la información del tiempo, lo máximo que te puede pasar es que no cojas el paraguas y te mojes. Pero en política, si no se vota a quien puede hacer alguna cosa por ti, ahí sin paraguas o con él quedas empapado”, aseguró Molina en el acto central de la campaña de las catalanas. El fichaje, recuerdan voces de la dirección, encaja con que la principal preocupación de los catalanes, según el último estudio del Centro d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat, es el medioambiente y la sequía. Solo este mes, el área metropolitana de la capital catalana ha vuelto a ver lluvias torrenciales tras más de 40 meses sin registrarse precipitaciones considerables. Molina, defienden, entronca perfectamente con la bandera ecologista que, además del discurso sobre la autodeterminación y contra la extrema derecha, quieren defender en Bruselas.
¿Y qué es considerado dentro de ERC un resultado aceptable? El hecho de ir en coalición con formaciones de otros territorios le ha permitido maximizar oportunidades en unos comicios de circunscripción única. En 2019, Ara Repúbliques cosechó más 1,25 millones de votos y tres escaños, dos de ellos para los republicanos. La participación en esa votación fue excepcional en todo el Estado, por coincidir con las municipales, y en Cataluña, además, por ser el escenario del mano a mano independentista entre el expresident Carles Puigdemont, huido entonces en Bruselas, y Junqueras, en prisión. El actual candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat se impuso entonces: solo en Cataluña logró 981.357 votos, frente a los 727.039 de Esquerra. La participación fue del 59%. Aparte de las primeras elecciones europeas, ese dato jamás había superado el 54%.
El reparto dentro de la coalición relega a Molina al cuarto lugar, pero, pese a ello, tiene un papel vital. La cabeza de lista es la republicana Diana Riba, pareja del exconsejero Raül Romeva; le sigue el vasco Pernando Barrena y en tercer lugar se sitúa Ana Miranda Paz (BNG). Pero el meteorólogo cuenta con algo de lo que Riba carece y es un altísimo índice de conocimiento. Es jefe de la unidad de meteorología de la televisión catalana desde 1987. Su sello personal a la hora de dar la información sobre el tiempo le ha llevado hasta a tener su propio personaje en el popular programa satírico Polònia, que también atrae a un público castellanoparlante. El inicio de su caracterización allí se remonta a octubre de 2008. La campaña para las catalanas y las filas para hacerse fotos con el físico badalonés dejó claro que tiene tirón. Otra cosa es cómo se traslade eso en votos.
La carrera al 9-J pondrá a ERC ante el espejo en muchos sentidos. Por un lado, obligará a que las primeras espadas compartan espacio en los mítines con Riba y Molina. Después de que quedara claro que el tándem Junqueras-Rovira ya no avanza en el mismo camino en lo que respecta a la necesidad de cambiar de caras visibles, esas dos visiones tendrán que hacer su mejor esfuerzo para remar juntos. La encuesta publicada el pasado lunes por EL PAÍS y la SER da a Ara Repúbliques tres escaños y lo ubica por delante de Junts. EH Bildu, en plena efervescencia tras los buenos resultados en las elecciones vascas —con seis diputados más y segunda fuerza— ve como su socio no pasa por un mejor momento y podría jugar en su contra.
El papel de los independientes en las listas republicanas siempre ha generado polémicas. El propio Junqueras comenzó como uno de ellos, en 2009, justamente para ir a la Eurocámara. Irónicamente, el rival en Junts es precisamente Toni Comín, que había recalado en ERC tras romper el carnet del PSC cuando este abandonó la apuesta por la autodeterminación. Estando en Bruselas, donde huyó para evadir la justicia española, terminó acercándose a las tesis de Puigdemont y fue a sus listas en 2019. Superar en votos al antiguo socio, al menos, sería un golpe anímico para una cúpula que ha de decantarse sobre la investidura en el Parlament, una decisión que después validarán unas bases quemadas tras tres derrotas consecutivas.
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