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Celebrar elecciones en Ucrania, una misión casi imposible mientras siga la guerra

Zelenski se abre por primera vez, bajo presión estadounidense, a plantear unos comicios que pocos quieren en su país y que requerirían como mínimo de un alto el fuego ruso

Elecciones en Ucrania
Cristian Segura

Donald Trump hizo suyo en febrero, tras su vuelta a la Casa Blanca, uno de los argumentos favoritos de Vladímir Putin: Volodímir Zelenski es un presidente ilegítimo, no tiene potestad para negociar y Ucrania debe celebrar elecciones cuanto antes. Las presidenciales y legislativas ucranias debían convocarse en 2024, pero la ley marcial lo impide mientras esté en vigor. En tiempo de guerra no es posible votar. Así lo dice la ley y así lo defienden la oposición, el presidente y una mayoría de la población (entre un 60% y un 70%, según las encuestas). Pero Zelenski, necesitado de mantener el apoyo estadounidense, anunció este martes que se abre a la posibilidad de convocar los comicios.

Zelenski inició una rueda de contactos este miércoles con los partidos en la Rada, el Parlamento ucranio, para ver qué fórmulas hay para hacerlo viable. La ley marcial tiene que ser modificada y, si se cumplen unos requisitos de seguridad que deben garantizar Estados Unidos y la Unión Europea, según dijo el presidente, los ucranios podrán votar en los próximos tres meses. Pero como escribe este miércoles en Espreso el exdiputado y analista político Vadim Denisenko, la principal medida de seguridad para votar no la tienen que aportar los aliados occidentales, debe ser del Kremlin: Putin debe ordenar un alto el fuego.

“Si nuestros socios, incluido nuestro socio clave en Washington, hablan tanto y tan en concreto sobre las elecciones en Ucrania, debemos dar respuestas desde la ley a todas las preguntas y dudas”, manifestó Zelenski en un mensaje vespertino de este miércoles: “No es una situación fácil y definitivamente no necesitamos presión al respecto”.

El alto el fuego es imprescindible para que el cerca de un millón de personas en las fuerzas de defensa ucranias puedan ejercer su derecho a voto. La mitad de estos militares operan directamente en zonas de combate, por lo que es imposible que abandonen sus posiciones para votar mientras el enemigo esté luchando.

El silencio de las armas también es necesario para evitar una carnicería si un misil o un dron impacta en un colegio electoral, como subrayó Zelenski, sobre todo en los municipios próximos al frente. ¿Y cuánto tiempo aceptaría Putin la tregua? ¿Solo los días en que se vote? Las presidenciales se deciden en dos vueltas, y además están las elecciones legislativas. ¿También permitirá el líder ruso que se celebren unas semanas de campaña electoral?

Rehacer el censo

La seguridad no es el único contratiempo. El censo hay que rehacerlo, en un país con más de 10 millones de desplazados al extranjero y dentro del país. Es decir, por lo menos un 25% de la población no reside en su domicilio original. A esto hay que sumar el dilema de cómo se puede garantizar a la población en los territorios ocupados la opción de votar. Difícilmente Rusia reconocerá este derecho.

“Es imposible actualmente celebrar elecciones seguras, transparentes, con competencia justa y democráticas. La voluntad de la ciudadanía aparecerá distorsionada y millones de personas quedarán privadas de su derecho a voto”, escribió el martes en un comunicado Dmitro Gurin, diputado de Servidor del Pueblo, el grupo parlamentario de Zelenski.

“No creo que vaya a haber elecciones durante la guerra, hay demasiados inconvenientes para ello”, explica Ivan Gomza, profesor de ciencia política de la Escuela de Economía de Kyiv (KSE). “Lo que ha planteado Zelenski es una concesión a Trump, porque nadie en Ucrania lo quiere, es una concesión verbal en la que implícitamente el presidente dice que si Rusia acepta una tregua, se pueden celebrar. Pero Rusia no lo aceptará”, añade Gomza.

Gobierno de unidad nacional

La oposición parlamentaria tampoco quiere elecciones. Los partidos no han contado con una legislatura al uso en la que hayan podido desarrollar sus programas o dar a conocer a sus líderes. Las principales formaciones opositoras, Solidaridad Europea, Golos y Patria, defienden desde noviembre como alternativa que se forme un Gobierno de unidad nacional. La iniciativa, que no cuenta de momento con suficientes apoyos en la Rada, la ha liderado el expresidente Petro Poroshenko como reacción a los escándalos de corrupción que salpican al Ejecutivo y al círculo de confianza de Zelenski.

La popularidad del mandatario está en horas bajas por su enfrentamiento con las agencias anticorrupción y por el fraude investigado en su entorno. Podría ser que un sufragio con una participación mínima, sin candidatos que con su presencia mediática le hicieran sombra, beneficiara al actual presidente. Las encuestas señalan que solo hay una persona que podría plantarle cara en las urnas, Valeri Zaluzhni, el exjefe de las Fuerzas Armadas y actual embajador ucranio en el Reino Unido. Zaluzhni, un héroe en Ucrania, fue apartado en 2024 de la comandancia del Ejército por Zelenski tras múltiples encontronazos e interferencias de su equipo en el mando militar.

Zaluzhni, a través de filtraciones por parte de personas de su equipo, ha amagado con presentarse a las elecciones presidenciales. El inconveniente es que, si se celebraran en el margen de tiempo que planteó Zelenski, de dos a tres meses, montar una candidatura de cero supondría una tarea ingente.

Zelenski y Zaluzhni

Pero Zelenski también sudaría la gota gorda con un periodo electoral tan justo y en un contexto tan complejo, sobre todo porque su partido y grupo parlamentario, Servidor del Pueblo, está roto. Las múltiples facciones que lo compusieron en 2019, sin una línea ideológica concreta más que el carisma de su líder, se han fragmentado e incluso hay grupos que reclaman el cese del Gobierno. Zelenski no cuenta ahora con una base política sólida para revalidar con garantías su mayoría.

Gomza opina que en tres meses las maquinarias de los partidos sí pueden ponerse en marcha, pero otra cosa es conseguir reconstruir el censo: “Hay millones de personas que no sabemos dónde están”.

Hay otra cuestión que preocupa ante unas hipotéticas elecciones, según escribió en sus redes sociales Serhii Sternenko, uno de los activistas militares y políticos más influyentes de Ucrania, y es la división que pueden causar mientras se libra una guerra por la existencia del país: “Elecciones durante la guerra son un peligro mortal para el Estado. Son inaceptables de cualquier forma mientras haya una agresión a gran escala. Destrozaría al país desde dentro”.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa y en 2025, el premio internacional de periodismo Julio Anguita Parrado.
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