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J. D. Vance subraya ante Netanyahu el compromiso de EE UU con la “durísima tarea” de desarmar a Hamás en Gaza

El movimiento islamista devuelve la mayoría de los 28 cadáveres de rehenes israelíes, en medio de un carrusel de visitas diplomáticas desde Washington para salvaguardar el alto el fuego tras la escalada del domingo

Antonio Pita

Tres días después de una escalada de violencia que hizo temer por el alto el fuego en Gaza gestado por Donald Trump, su vicepresidente, J. D. Vance, ha subrayado este miércoles en Jerusalén el compromiso de la Casa Blanca con la “durísima tarea” de “desarmar a Hamás, reconstruir Gaza para mejorar la vida de sus habitantes y garantizar que Hamás deje de ser una amenaza” para Israel. “No es fácil. Creo que el primer ministro [israelí] lo sabe mejor que nadie, pero es algo con lo que estamos comprometidos en la administración Trump”, ha asegurado junto a Benjamín Netanyahu.

Vance ha hablado horas después de que el movimiento islamista palestino devolviese dos nuevos cadáveres de rehenes israelíes en Gaza. Corresponden a Aryeh Zalmanovich (el rehén de más edad, 85 años) y Tamir Adar, según han desvelado los forenses tras identificarlos en la madrugada de este miércoles. Proceden de Nir Oz, el kibutz que más secuestros (76 de 251) sufrió en el ataque de Hamás de octubre de 2023.

El movimiento islamista ya ha entregado así la mayoría de los últimos 28, en medio de violentas amenazas tanto de Israel como de Estados Unidos. Ha sido como un goteo, de entre uno y dos cuerpos casi diarios. En el acuerdo de alto el fuego, se comprometió a hacerlo progresivamente, según los vaya localizando entre las ruinas del enclave palestino, pero Netanyahu y el presidente de EE UU, Donald Trump, han amenazado a Hamás con la aniquilación si no aumentan el ritmo, dando por hecho que actúa de mala fe.

Hamás alto el fuego Israel

En la víspera, Vance había pedido en Jerusalén “un poco de paciencia” con este asunto, porque algunos de los rehenes sin vida “están sepultados bajo miles de kilos de escombros” y “nadie sabe siquiera dónde están” otros. Con todo, ha insistido en trasladar un mensaje positivo en sus dos primeros días de visita. “Me siento muy optimista sobre dónde estamos [...] Es una oportunidad de hacer algo realmente histórico”, ha declarado este miércoles junto a Netanyahu.

Su regreso contribuye a evitar (o al menos aplazar) una nueva crisis en el alto el fuego, que atravesó el domingo una primera: unos milicianos —aparentemente en una emboscada por su cuenta— mataron a dos soldados israelíes desplegados en Gaza y el Ejecutivo de Netanyahu reaccionó ordenando el bloqueo de toda entrada de ayuda humanitaria y el lanzamiento de 153 toneladas de explosivos (como se jactó después en el Parlamento) que mataron a al menos 28 personas.

Israel no ha dejado de efectuar ataques puntuales desde entonces (los muertos palestinos durante el alto el fuego superan ya los 100), pero las aguas se han calmado desde el lunes y ha vuelto a entrar ayuda humanitaria. Esta está, no obstante, por debajo de lo que firmó Israel en el acuerdo y a años luz de las necesidades de una Gaza devastada, con una parte oficialmente bajo hambruna desde agosto. “Una gota en el océano”, lo ha definido este miércoles la UNRWA, la agencia de la ONU que atiende a refugiados palestinos, a la que Israel está impidiendo introducir ayuda humanitaria, pese a que tiene en Jordania y Egipto la que podrían transportar 6.000 camiones.

Para salvaguardar el acuerdo tras la escalada del domingo, Trump ha mandado a sus hombres de confianza. El lunes fueron sus dos asesores clave para Oriente Próximo, Steve Witkoff y Jared Kushner, que se reunieron con Netanyahu y con rehenes liberados.

Ahora es el turno de Vance. La oficina del primer ministro israelí difundió esta mañana un vídeo en el que aparecen haciendo un brunch, junto con sus respectivas esposas: Usha Vance y Sara Netanyahu. Fue un pequeño encuentro, después de ser recibidos por una pequeña banda militar de música, antes una reunión más amplia, con sus principales asesores.

El vicepresidente de EE UU se ha entrevistado también con el presidente de Israel, Isaac Herzog. Todo gira en torno a la continuidad del alto el fuego en Gaza que gestó Trump y debería comenzar a transicionar a una segunda fase más compleja, que incluye el desarme de Hamás que mencionó al lado de Netanyahu.

En paralelo a la imagen de ambos sonrientes, otra fotografía muestra en Gaza una hilera de tumbas separadas por una barrera de hormigón. Se trata de una fosa excavada en Deir el Balah para enterrar a 54 de los 165 cadáveres devueltos por las autoridades militares israelíes en el marco del intercambio por los cuerpos de los rehenes: 15 por cada uno, según figura en el plan de Trump.

Casi ninguna tendrá una lápida con su nombre: Israel los está entregando, casi sin excepción, sin identificar y, en decenas de casos, con signos de asesinato a quemarropa o tortura, como manos atadas a la espalda o disparos entre las cejas, según han denunciado las autoridades sanitarias y forenses.

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Sobre la firma

Antonio Pita
Corresponsal para Oriente Próximo, tras cubrir la información de los Balcanes en la sección de Internacional en Madrid. De vuelta a Jerusalén, donde ya trabajó durante siete años (2007-2013) para la Agencia Efe. Licenciado en Periodismo y Máster de Relaciones Internacionales y Comunicación por la Universidad Complutense de Madrid.
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