Última hora del conflicto en Oriente Próximo, en directo | Trump presentará este martes a los líderes árabes una propuesta de paz en Gaza
Se espera que el presidente de EE UU discuta los principios en torno a una retirada israelí de la Franja y la gobernanza de posguerra sin la participación de Hamás, según adelanta Axios | Emisarios de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto, Jordania, Turquía, Indonesia y Pakistán participarán en la reunión


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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará este martes a un grupo de líderes árabes una propuesta para la paz y la gobernanza de posguerra en Gaza, según ha adelantado el lunes Axios citando a dos funcionarios estadounidenses y dos funcionarios árabes. Emisarios de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto, Jordania, Turquía, Indonesia y Pakistán participarán en la reunión. Además de liberar a los rehenes y poner fin a la guerra, se espera que Trump discuta los principios en torno a una retirada israelí de Gaza y la gobernanza de posguerra en Gaza, sin la participación de Hamás, según Axios. Estados Unidos también quiere que los países árabes acepten enviar tropas a Gaza para facilitar la retirada de Israel y asegurar la financiación árabe y musulmana para la transición y la reconstrucción.

Como otros países, España parece abocada a una polarización permanente sobre cualquier asunto que entre en el debate público. Nada queda fuera de la contienda ideológica, desde la política fiscal hasta los programas de televisión. De ahí la sorpresa ante el surgimiento de un tema que concita el acuerdo de la inmensa mayoría de los españoles. Según el barómetro de mayo-junio de 2025 del Instituto Elcano, el 82% de los españoles cree que “Israel está cometiendo un genocidio en Gaza” (en marzo-abril de 2024 lo creía un 71%). El 78% apuesta por el reconocimiento del Estado de Palestina y el 72% es partidario de que la UE imponga sanciones a Israel. Por descontado, hay diferencias según ideología. Los ciudadanos de derechas son más tibios en su condena a Israel, aunque el 62% de ellos piensa que la masacre de Gaza es un genocidio (frente al 97% en la izquierda). Partimos, pues, de un “suelo” muy alto, del 62%, es decir, una mayoría amplia incluso en las derechas.

Niñas escapando entre las llamas. Gente agonizando bajo escombros. Bebés famélicos. Familias huyendo en masa de su hogar en ruinas. Mutilaciones pediátricas, crisis nerviosas, fosas comunes. Los horrores que presenciamos cada día en redes y medios parecen no ser suficiente.

Sobre el fragor de las bombas israelíes que han convertido la franja de Gaza en un inmenso cementerio se libra la batalla dialéctica por el calificativo que debe aplicarse a la mayor carnicería de civiles de este siglo. Quienes quieren subrayar la crueldad de condenar a casi dos millones de personas al exterminio, matando de hambruna a quienes sobreviven a los bombardeos, enarbolan la palabra genocidio, mientras que los que desean minimizar la gravedad del crimen se resisten a emplearla.

No sé si hay país occidental con más consenso social en torno a Gaza (la inmensa mayoría cree que es un genocidio y debemos actuar contra Netanyahu) y con más disenso político (con los dos grandes partidos acusándose de ser, unos, cómplices del terrorismo y, los otros, del genocidio).

El Real Decreto Ley para el embargo de armas a Israel afectará también a ciertos combustibles para aeronaves y prohibirá la importación de productos procedentes de los territorios ocupados ilegalmente por colonos judíos en Cisjordania, detallan fuentes gubernamentales a EL PAÍS.

Bajo un sol despiadado, Yusef Yahalín alimenta a sus cabras sobre unas lomas desérticas al este de Jerusalén. Su hogar no parece la Tierra prometida. Son, más bien, decenas de chabolas sin agua corriente, desperdigadas a ambos lados de la carretera que lleva de la ciudad al mar Muerto y a tiro de piedra de los colonos israelíes que las rodean. A su lado, hay una pintada en hebreo de, explica, hace dos semanas: nekamá, venganza. La zona se conoce en árabe como Jan El Ahmar y está en Cisjordania, el territorio que Israel ocupa militarmente desde hace más de medio siglo y que, sobre el papel, forma parte del Estado palestino que una decena de países ha comenzado ya a reconocer estos días. En los mapas estratégicos israelíes está, en cambio, dentro de los 12 kilómetros cuadrados que abarca el denominado E1, un polémico proyecto de asentamiento judío que data de los años noventa, pero que ningún Gobierno (laborista o conservador) se había atrevido a aprobar porque las cancillerías, en particular las europeas, veían con claridad su significado: dividiría Cisjordania y la aislaría de Jerusalén Este, capital natural de un eventual Estado palestino. Hasta ahora: la coalición de Netanyahu con ultranacionalistas y ultraortodoxos la aprobó este agosto. Haciendo en semanas lo que pasó décadas parado, un eufórico Benjamín Netanyahu dejó claro la semana pasada en una colonia cercana qué está realmente en juego: “Dijimos que no habrá un Estado palestino y no habrá un Estado palestino. Este lugar es nuestro”.

En estos meses hemos visto cómo desde algunos centros educativos públicos de la Comunidad de Madrid se ha intentado expresar solidaridad con el pueblo palestino, visibilizar el horror del genocidio en Gaza o promover actividades de reflexión en el aula. Y hemos visto también cómo desde la Administración educativa —en concreto desde el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso— se ha intentado silenciar, confundir o incluso amenazar esas expresiones. La razón alegada: la neutralidad ideológica de los centros públicos.
Buenos días. Arrancamos la narración en directo de la última hora del conflicto en Oriente Próximo.
Mientras sigue en Nueva York la Asamblea General de Naciones Unidas, en el terreno, la ofensiva terrestre del ejército israelí contra Ciudad de Gaza cumple una semana.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentará hoy a un grupo de líderes árabes una propuesta para la paz y la gobernanza de posguerra en Gaza, según ha adelantado Axios.
En España, el Consejo de Ministros aprueba el decreto-ley que consolidará jurídicamente el embargo de armas a Israel, una medida que España adopta de hecho desde el año 2023 pero a la que se quiere dar mayor cobertura legal mediante una norma que se ha retrasado por la complejidad técnica de su elaboración.
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