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Von der Leyen propone suspender la parte comercial del acuerdo de asociación con Israel por el asedio a Gaza

La presidenta la Comisión Europea anuncia que planteará sanciones de la UE para los ministros extremistas y los colonos violentos

Von der Leyen acuerdo de asociación con Israel
Manuel V. Gómez

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este miércoles ante el Parlamento Europeo que va a plantear la suspensión parcial del acuerdo de asociación entre la UE e Israel “en sus aspectos comerciales” por el drama humanitario en Gaza. Es decir, interrumpir el acuerdo comercial que vincula a la UE con Israel. Lo ha hecho ante medio hemiciclo vestido de rojo —los componentes de la bancada progresista— a modo de denuncia por el asedio israelí sobre la Franja, que ha matado ya a 64.000 personas y provocado un desplazamiento masivo de la población palestina. El paso, demandado desde hace tiempo por Estados miembros como España o las fuerzas políticas progresistas de la Eurocámara, no solo es muy simbólico, también afecta a una relación comercial que en 2024 ascendió a 42.600 millones de euros, la más importante del Estado israelí.

Von der Leyen, en su discurso sobre el Estado de la Unión Europea, ha añadido que hará todo lo que esté en su mano para suspender todos los pagos a Israel sin perjudicar el trabajo con la sociedad civil del país. También propondrá sanciones contra “los ministros extremistas y los colonos violentos”. El anuncio representa un gran giro respecto a la postura mantenida hasta ahora por la Comisión Europea —particularmente por la propia Von der Leyen—, reacia a enviar esa señal tan rotunda hacia Israel. El paso que no ha dado la alemana es llamar genocidio a lo que está sucediendo en la Franja, algo que la semana pasada sí hizo su número dos, la vicepresidenta Teresa Ribera. La española también iba vestida este miércoles con una chaqueta roja.

El día había amanecido con la noticia de que varios drones rusos habían sobrevolado el espacio aéreo polaco y Varsovia los había derribado. Esto hacía presagiar un discurso sobre el estado de la Unión Europea en la Eurocámara absorbido por la guerra en el este de Europa, distinto al que podía imaginarse este martes, cuando el debate más caliente de la Eurocámara giró en torno a una resolución sobre Gaza que se votará este jueves. De hecho, casi un tercio de las palabras de Von der Leyen al comienzo de un discurso de hora y media han estado dedicadas a Ucrania y a la seguridad europea, en definitiva, a la necesidad de rearmarse para enfrentar a la amenaza rusa. También hubo un hueco para mostrar su “total apoyo” a Polonia por la “violación imprudente y sin precedentes” de su espacio aéreo por parte de “más de 10 drones Shahed rusos”.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pronuncia el discurso sobre el estado de la Unión Europea ante el Parlamento Europeo, en Estrasburgo (Francia), este 10 de septiembre de 2025.

“Europa está en lucha”, advirtió Von der Leyen. “Europa debe luchar”, añadió. Y preguntó: “¿Tiene Europa estómago para esta lucha?“. Frases que pretenden cohesionar a un continente que no tiene la misma sensación de urgencia por la guerra en Ucrania. No se ve igual en Polonia o Estonia que en España y Portugal. La prisa se va diluyendo conforme aumentan los kilómetros de distancia hacia el país invadido. Todas estas apelaciones, varias medidas para impulsar el rearme —más la emotiva historia de un niño ucranio secuestrado por el ejército ruso y rescatado por su abuela tras un largo viaje por Polonia, Lituania, Letonia, Rusia y finalmente la Ucrania ocupada— han ocupado el comienzo del discurso.

El paso hacia delante para denunciar la situación sobre Oriente Próximo llegó a continuación de ese inicio centrado en la invasión de Ucrania. Aunque no ha ocupado tanto tiempo ni espacio en las palabras de la alemana, tiene mucho de simbólico con la propuesta, por primera vez, de dejar en suspenso el comercio con Israel. El día anterior se vio que la dramática situación en la Franja gana mucho espacio en la actividad del Europarlamento. También parecía evidente que la postura de la presidenta, siempre contenida con Israel, empezaba a ser insostenible, especialmente para los grupos progresistas.

“Lo que está sucediendo en Gaza ha conmocionado a la conciencia del mundo. Personas asesinadas mientras pedían comida. Madres sosteniendo a sus bebés sin vida […]. Esto debe parar”, ha exigido. Aunque no es la primera vez que lo dice y nunca pasa nada, ni se reacciona desde Bruselas. Por esto último, ha crecido la presión sobre la Comisión, especialmente sobre su presidenta, por la falta de iniciativas y propuestas de sanciones. Solo en junio propuso la suspensión de la colaboración con Israel en un programa científico, algo que no ha sido posible aplicar todavía porque los Estados miembros no lo han aprobado.

“Soy consciente de que será difícil conseguir mayorías. Y sé que cualquier medida será excesiva para algunos. E insuficiente para otros”, ha proclamado en un reconocimiento de lo divisivo que es este tema entre los Estados miembros. Pero esta propuesta trata de mostrar liderazgo ante la catástrofe y no dar la imagen de un Ejecutivo europeo paralizado ante las vulneraciones del derecho internacional por parte de Israel y sus gravísimas consecuencias.

En el largo discurso de Von der Leyen, construido más bien para contentar a los socios que le apoyaron en su confirmación como presidenta de la Comisión por segunda vez (socialdemócratas, verdes y liberales) que a su propio partido (Partido Popular Europeo), hubo bastante espacio para anunciar medidas con las que buscará profundizar en el mercado único, impulsar la inversión en la transición tecnológica y energética, acabar con la dependencia del gas ruso o abordar los crecientes problemas de acceso a la vivienda extendidos en muchos Estados miembros. No es la primera vez que lo hace. Ya el año pasado, en el discurso con el que pidió el respaldo a la Eurocámara, lanzó un discurso lleno de guiños a los socios para, después, desplegar una política más próxima su familia política y a la de la primera ministra italiana, la ultraconservadora Giorgia Meloni. Así se explica que la presidenta de los socialdemócratas, la española Iratxe García, haya acabado su participación en el debate adviertiéndole de que las palabras y el ambiente de este jueves tienen que traducirse en una “agenda real” de trabajo y medidas.

El examen parlamentario anual había llegado este año en un momento de creciente cuestionamiento de Von der Leyen. En las últimas semanas, la catástrofe de Gaza y su postura desde que el conflicto en Oriente Próximo volvió a abrirse en canal en octubre de 2023 le estaban pasando una gran factura. Las críticas por comportarse más como una política conservadora alemana que como la presidenta del Ejecutivo europeo se extendían, como la acusación de mantener un doble rasero en la arena internacional: dureza con Rusia por la invasión de Ucrania y paños calientes con Israel por su vulneración sistemática del derecho internacional en la Franja.

Pero antes de que la situación en Oriente Próximo se deteriorara más, las críticas a Von der Leyen llegaban por el resultado de la negociación con Estados Unidos para poner fin, al menos de momento, a la guerra comercial. El saldo de esas conversaciones, sellado en Escocia en un club de golf privado, propiedad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido visto como una cesión de la UE sin que la otra parte dé nada a cambio. Sobre esto, se ha limitado a señalar que entiende “las reacciones iniciales”, críticas en su inmensa mayoría, pero que su prioridad fue mantener abierto el acceso al mercado estadounidense para los productos europeos porque de eso dependen centenares de miles de puestos de trabajo.

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha dado la bienvenida a la suspensión parcial del acuerdo de asociación entre España e Israel propuesta por Von der Leyen, informa Miguel González. Albares la ha atribuido al “liderazgo y la influencia” del Gobierno español, que venía reclamando desde hace meses la adopción de este tipo de medidas. Albares ha reconocido que España preferiría que la suspensión del acuerdo fuera total, pero ha subrayado que Von der Leyen tiene “el apoyo total del Gobierno” y se ha felicitado de la introducción en la lista de sancionados de todas aquellos extremistas y violentos que “quieren malograr la solución de los dos Estados” como única salida al conflicto palestino-israelí.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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