Los ataques rusos matan a nueve personas en Ucrania en las horas previas a las negociaciones de paz en Arabia Saudí
Kiev vive una noche de bombardeos mientras las delegaciones de Rusia, Estados Unidos y Ucrania inician las conversaciones sobre un posible alto el fuego, aunque los dos países enfrentados no se sentarán juntos

La invasión rusa en Ucrania se desarrolla en dos mundos paralelos. En las altas esferas, las conversaciones giran en torno a la paz, el alto el fuego y los acuerdos, pero en el terreno, los ataques entre ambos países siguen siendo una constante. Desde la madrugada de este domingo, varios bombardeos rusos por todo el país dejaron un saldo de nueve muertos, apenas unas horas antes del inicio de una serie de reuniones que han concluido su primera jornada y que se prolongarán también el lunes entre representantes de Ucrania, Rusia y Estados Unidos en Arabia Saudí para perfilar ese camino hacia la paz e intentar sellar una tregua de 30 días.
El primero de los encuentros tuvo lugar entre las delegaciones de Estados Unidos y Ucrania, encabezada esta última por el ministro de Defensa, Rustem Umerov. A su término, después de más de cuatro horas, Umerov la calificó como “productiva y centrada” en puntos clave para su país, incluido el asunto de la energía. “El objetivo del presidente Volodímir Zelenski es asegurar una paz justa y duradera para nuestro país y nuestra gente y, por extensión, para toda Europa. Estamos trabajando para hacer realidad ese objetivo”, fue su escueto comunicado en redes sociales.
Cuando los delegados aún se encontraban reunidos a puerta cerrada, Zelenski aseguró en un discurso televisado que Ucrania estaba trabajando de forma totalmente constructiva. “La conversación es bastante útil, el trabajo de las delegaciones continúa (…) Pero no importa lo que digamos hoy a nuestros socios, tenemos que conseguir que [Vladímir] Putin dé una orden real de detener los ataques. Quienquiera que haya provocado esta guerra debe retirarse”, enfatizó.
En las horas previas a las reuniones celebradas en Riad, la capital saudí, cuyo Gobierno ejerce como mediador, el Kremlin sostuvo que la llamada telefónica del pasado martes entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, fue “un paso hacia una reunión cara a cara”, y que las de este lunes también irán en esa dirección, según la agencia rusa de noticias Interfax. La agencia Bloomberg informó, citando fuentes informadas, de que EE UU espera alcanzar un amplio alto el fuego el 20 de abril.

El Kremlin, sin embargo, mostró menos entusiasmo. El portavoz, Dmitri Peskov, anticipó “negociaciones difíciles” en una entrevista en la televisión estatal este domingo. “Solo estamos al principio de este camino”, aseguró.
Ni siquiera está claro cómo se desarrollarán estas reuniones debido a la animadversión entre los países enfrentados. Washington busca mantener un encuentro a tres bandas, pero sin que se sienten en la misma mesa Rusia y Ucrania, que no mantienen contactos directos de alto nivel desde 2022. “Un grupo estará en una sala, otro grupo en otra sala, y se sentarán y hablarán, irán y vendrán, como una especie de diplomacia itinerante”, explicó Keith Kellogg, enviado especial del presidente Donald Trump a Ucrania, en los informativos de la cadena de televisión ABC.
Ucrania, sin embargo, es reticente a esta fórmula, aunque el sábado, Fedir Venislavskyi, miembro del Comité de Seguridad Nacional del Parlamento ucranio, indicó que la idea es volver a reunirse el lunes. El Kremlin, por su parte, también tiene en su agenda reuniones para ese día. Las versiones que ofrecen la Casa Blanca y los portavoces de Ucrania y Rusia sobre estas entrevistas a tres bandas suelen diferir en asuntos clave y no está claro por dónde van a avanzar en los próximos días, pero Trump mantiene su entusiasmo. El sábado declaró, a bordo del Air Force One (el avión presidencial), que los esfuerzos para contener la escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania están “en cierta medida” bajo control.

En cualquier caso, esta serie de conversaciones deben servir para sellar al menos un alto el fuego de 30 días en los ataques a las infraestructuras energéticas y garantizar la seguridad de la navegación en el mar Negro. El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, expresó su optimismo en una entrevista en Fox News: “Creo que [Putin] quiere la paz” (…) “Creo que van a ver en Arabia Saudí el lunes algún progreso real, particularmente en lo que afecta a un alto el fuego en los barcos del mar Negro”.
Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, apuntó que posteriormente se abordará la línea de control, “que es el frente real”. “Eso entra en los detalles de los mecanismos de verificación [de lo acordado], el mantenimiento de la paz, la congelación de las líneas donde están. Y luego, por supuesto, la paz más amplia y permanente”, apostilló.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero, Trump ha puesto en marcha un proceso para intentar alcanzar la paz entre ambos países. Ha logrado iniciar el proceso después de presionar al Gobierno ucranio para que se plegara a condiciones que hasta ahora nunca habían estado encima de la mesa, como la cesión de una parte del territorio o la explotación de minerales y tierras raras por parte de Estados Unidos a cambio de su protección, así como el control de las centrales nucleares —al menos la de Zaporiyia—. Para doblegar al Gobierno de Kiev, Trump detuvo temporalmente la ayuda militar y de inteligencia. Sin embargo, con Rusia se ha limitado a lanzar algunas amenazas verbales de sanciones.
En las últimas semanas, este rápido proceso se ha completado con una serie de reuniones entre Estados Unidos y Ucrania en la ciudad saudí de Yeda que se saldaron con un primer acuerdo de alto el fuego supeditado a la decisión de Moscú. Posteriormente, Trump habló por teléfono con Putin, al que solo le arrancó una tregua parcial que por ahora no se ha puesto en práctica.
Ataques diarios
La atmósfera que se respira no es la más óptima y dentro de las fronteras de Ucrania no se ve ni se oye nada parecido a la paz. Se escuchan explosiones, más bien. Como las de la madrugada de este domingo, en las que Moscú atacó con 147 drones varias provincias ucranias, según la Fuerza de Defensa Aérea del país. De esos aparatos, 97 fueron destruidos por los sistemas de defensa antiaérea y otros 25 no alcanzaron sus objetivos.
La ofensiva se saldó con nueve muertos, y la más grave ocurrió en Kiev, donde pasada la medianoche se pudieron escuchar fortísimas explosiones en algunos de los distritos más céntricos que dejaron tres muertos, entre ellos una niña de cinco años y su padre, de 28. La madre, de 26, está hospitalizada. Esta familia se había desplazado desde Orijiv, una ciudad reducida a escombros en el frente de Zaporiyia, a Kiev en busca de seguridad. En total, han perdido la vida 16 personas desde el viernes.
“El terror sistemático y deliberado de Rusia contra civiles contradice sus propias declaraciones de paz y socava los esfuerzos de Estados Unidos y otros socios para lograrla”, declaró el primer ministro ucranio, Andrii Sybiha. “El mundo entero comprende que Rusia es la única que está prolongando esta guerra”, afirmó Zelenski en su discurso vespertino del domingo, añadiendo que es necesario aumentar la presión sobre el régimen de Moscú.

En el barrio de Dnipró, un edificio resultó dañado y una mujer de 80 años murió en uno de los apartamentos del último piso. Otras tres personas fueron atendidas por ataques de pánico. Además, un hombre de 29 años resultó herido por la caída de restos de drones.
Otras dos personas perdieron la vida en Sumy y se registraron cuatro muertos más en la provincia de Donetsk, según informó el gobernador regional, Vadym Filashkin. Tres de ellas fueron alcanzadas por un bombardeo contra la localidad de Dobropilya, situada en la línea del frente. Además, la ciudad de Zaporiyia sufrió igualmente ataques este fin de semana que se cobraron la vida de otras tres personas y herido a 16 más, según las autoridades. Járkov, Chernihiv y Odesa también fueron bombardeadas.
En cuanto a la respuesta ucrania, según Moscú, los ataques provenientes de Ucrania mataron a una persona en la provincia de Rostov, mientras que sus defensas destruyeron 59 drones ucranios que iban dirigidos a regiones suroccidentales del país.
En el ámbito militar, la actividad también es intensa. El Ministerio de Defensa ruso informó en su parte diario de que ha “eliminado” a 1.180 soldados ucranios y el Estado Mayor ucranio, por su lado, dio cuenta de otros 1.475 enemigos “liquidados” y de la recuperación de la localidad Nadiya, en la provincia de Lugansk.
Según Zelenski, Rusia ha empleado más de 1.580 bombas guiadas contra Ucrania en la última semana. No son datos que se puedan contrastar, y, por tanto, no se pueden tomar al pie de la letra, pero sirven para demostrar que en el campo de batalla se vive una realidad muy diferente en la que los combates siguen igual de feroces que en los últimos tres años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
