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Merz y el SPD aceleran las conversaciones de la coalición tras la adopción del plan de inversiones

La Cámara alta aprueba la reforma constitucional que permitirá a Alemania asumir más deuda para defensa, infraestructuras y medio ambiente

Friedrich Merz
Marc Bassets

El democristiano alemán Friedrich Merz y el Partido Socialdemócrata (SPD) acelerarán las negociaciones de coalición después de que este viernes se adoptase definitivamente la reforma constitucional para invertir en torno a un billón de euros en defensa, infraestructuras y medio ambiente. El Bundesrat, la Cámara regional, dio el sí al plan de endeudamiento masivo con 53 votos a favor, ninguno en contra y 15 abstenciones. Merz dispondrá así, cuando sea investido canciller, de un arsenal financiero insólito en tiempos recientes para reavivar la estancada economía y rearmar el país ante la amenaza de Rusia y la posible retirada de Estados Unidos.

No hubo sorpresa en la votación del Bundesrat, donde están representados los länder (Estados federados) y cada uno tiene asignado entre tres y seis votos en función de su población. El problema podría haber surgido en el Estado Libre de Baviera, donde la CSU, el partido hermano de la CDU del futuro canciller, gobierna en coalición con una pequeña formación que se oponía a la reforma. Pero finalmente este grupo político, los Electores Libres, aceptó que el voto bávaro fuese favorable. Sumado a los länder donde gobiernan democristianos, socialdemócratas y/o Los Verdes —las formaciones que habían consensuado previamente el proyecto— se alcanzaba la mayoría de dos tercios que exige toda reforma constitucional. Es decir, más de 46 votos de un total de 69.

El martes, el Bundestag, la Cámara baja, había adoptado el texto con 513 votos a favor y 207 en contra, superando así los dos tercios requeridos. La reforma consta de un fondo especial para 12 años de 500.000 millones de euros que se destinarán a infraestructuras y medio ambiente. La medida autoriza a los länder a endeudarse hasta el 0,35% del PIB, unos 16.000 millones de euros anuales. Por eso en el Bundesrat la medida se adoptó sin problemas. Y levanta el estricto freno constitucional a la deuda para las inversiones en defensa, lo que representará, según cálculos de algunos economistas, un montante de 400.000 millones de euros.

Unas horas después del voto, el Bundestag adoptó una ayuda complementaria para Ucrania en 2025 de 3.000 millones de euros. El canciller saliente, el socialdemócrata Olaf Scholz, había dejado la ayuda en suspenso a la espera de la flexibilización de las reglas presupuestarias.

Merz encabezó la candidatura más votada en las elecciones del 23 de febrero, sin alcanzar la mayoría absoluta. Siempre ha sido así en la historia de la República Federal, con la excepción de 1957, cuando los democristianos del entonces canciller Konrad Adenauer ganaron con un 50,2%. Ahora el vencedor tenía la opción de pactar con el partido de extrema derecha AfD, pero en Alemania un cortafuegos o cordón sanitario impide gobernar con esta formación. La alternativa era el SPD, con el que la CDU/CSU ya ha gobernado en tres periodos: entre 1966 y 1969, entre 2005 y 2009, y entre 2013 y 2021.

Las conversaciones empezaron al día siguiente de las elecciones. El 8 marzo concluyó la primera fase, las llamadas conversaciones exploratorias y ambas formaciones presentaron un documento de 11 páginas con un acuerdo provisional. El 13 de marzo formaron 17 grupos de trabajo sobre las distintas materias de gobierno. El lunes que viene los grupos prevén presentar los resultados, y el martes se constituirá el nuevo Bundestag.

Últimos flecos

En los días siguientes, los líderes de ambos partidos negociarán los flecos pendientes. El acuerdo final debe detallar el programa de Gobierno conjunto de dos partidos que hace un mes todavía se enfrentaban en campaña con propuestas contrarias. Una vez negociado punto por punto el llamado contrato de coalición, el SPD necesitará “un máximo de 10 días” para organizar un voto entre sus militantes, según el diario Bild. Si no hay contratiempos, todo estará listo entonces para que Merz sea canciller.

La última etapa, según un método muy pautado para formar coaliciones en Alemania, será el reparto de los cargos. Al ser canciller el democristiano Merz, el vicecanciller será un socialdemócrata. El nombre que más suena es el del actual copresidente y jefe del grupo parlamentario, Lars Klingbeil. El actual ministro de Defensa y peso pesado del SPD, el popular Boris Pistorius, parece llamado a seguir en el cargo o a encargarse de la cartera de Exteriores.

El impulso de la reforma constitucional

Entretanto, podrían surgir problemas, durante el último tramo de la negociación, al abordar las políticas migratorias o el reparto del dinero del plan de endeudamiento y las reformas que deben acompañarlo. En favor de acelerar el proceso pesa el argumento de que, cuanto más se alargue, más recelos pueden aparecer entre los futuros socios y envenenarse la relación. Ahora es el momento de aprovechar el impulso de la reforma constitucional, adoptada en un tiempo récord en el viejo Bundestag y en el Bundesrat. Si democristianos y socialdemócratas se precipitan en la negociación sin dejar bien atados todos los puntos del programa de la coalición, las disensiones pueden reaparecer cuando el Gobierno ya esté formado, y será más complicado resolverlas.

La idea, en todo caso, es que la investidura de Merz pueda celebrarse el 17 o el 23 de abril. Si los socios lo consiguen, habrán pasado dos meses o menos desde las elecciones, un plazo relativamente breve comparado con negociaciones anteriores. En 2005, cuando se formó la gran coalición de socialdemócratas y democristianos que lideró la canciller Angela Merkel, las negociaciones duraron 65 días. En 2012, se alargaron a 86 días.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en Berlín y antes lo fue en París y Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).
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