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Europa acelera el debate para tratar de blindar a Ucrania frente a Rusia sin la ayuda de Estados Unidos

La opción más realista sobre la mesa es formar una especie de coalición voluntaria de países, liderada por Francia y el Reino Unido, que proporcione a Kiev garantías de seguridad frente al apetito imperialista de Moscú

Militares de la 3ª Brigada de Tanques de las Fuerzas Terrestres de Ucrania operan un tanque cerca de la línea del frente en un lugar no revelado en la región de Járkov, el 10 de febrero.Foto: SERGEY KOZLOV (EFE) | Vídeo: EPV
María R. Sahuquillo

El jarro de agua fría de Donald Trump al dar al presidente ruso, Vladímir Putin, una posición ventajosa para lograr el fin de la guerra en Ucrania impacta con fuerza en Europa. Ese movimiento ha forzado a los aliados europeos a acelerar el debate sobre cómo construir, sin Washington, las garantías de seguridad necesarias para blindar a la Ucrania de la posguerra del voraz apetito de su vecino ruso. Estados Unidos ya ha dicho que no participará de ese escudo para garantizar la soberanía ucrania. También ha descartado que Kiev ingrese en la OTAN, que habría sido el aval más robusto. En las cúpulas políticas y en los pasillos diplomáticos se habla de una “coalición de voluntarios”, explican varias fuentes europeas al corriente de la discusión, conformada por Francia y el Reino Unido —que serían los mayores garantes y que pondrían soldados sobre el terreno en Ucrania como fuerzas de paz—, y a la que se pretende incorporar a Alemania y Polonia. Serían los pilares fundamentales de ese blindaje al que podrían sumarse más países.

Estados Unidos ha sido honestamente brutal con sus aliados europeos de la OTAN. Trump espera que Europa deje de depender de Washington para el sostenimiento de Kiev y se haga cargo de su propia seguridad, para lo que afirma que debería aumentar el gasto militar. Y eso incluye la defensa del continente europeo; también de Ucrania.

El líder de Kiev, Volodímir Zelenski, que ha remarcado que una garantía de seguridad solo europea es demasiado frágil, ha hablado de que se necesitarán unos 200.000 soldados en esa fuerza de paz, a la que abrió por primera vez la puerta el presidente francés, Emmanuel Macron. Expertos y analistas rebajan mucho esa cifra y creen que serían más bien 40.000.

Pero el esquema, reconoce Luis Simón, director de la oficina de Bruselas del Instituto Elcano, no es fácil de resolver para Europa, que no está preparada para una arquitectura de seguridad que no gire en torno a EE UU. La propia estructura de esa coalición de voluntarios, si no se articula a través del sistema de mando de la OTAN, por ejemplo, o del comando aliado para Europa, es complicada.

“Lo que deben hacer los aliados europeos es tratar de involucrar a Washington para que de alguna manera, aunque no proporcione apoyo militar en primera instancia, apadrine el acuerdo de garantías de seguridad para que no le sea sencillo desentenderse aunque no esté sobre el terreno”, dice Simón.

En Bruselas y en la mayoría de las capitales nadie quiere hablar públicamente sobre la arquitectura de seguridad que derivará del acuerdo de paz y que, a la vez, será un punto de anclaje contra la amenaza rusa hacia la Unión Europea. “Lo primero y más importante es poner a Ucrania en una posición de fuerza para negociar, que esté en la mejor posición posible”, ha dicho este jueves el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que ha hablado de la necesidad de incrementar el apoyo militar a Kiev. Pero las conversaciones, que se habían intensificado con la victoria de Trump, se están calentando, remarca una alta fuente comunitaria.

La arquitectura de seguridad y el papel militar de Europa en una Ucrania de posguerra es una de las pocas palancas de presión sobre Trump que tienen los aliados europeos, dice un veterano diplomático, que recuerda que la adhesión de Kiev a la UE también es una garantía de seguridad para el país invadido. “De cómo se movilicen ahora, como estructuren ese blindaje de garantías de seguridad y cómo hagan entender a Estados Unidos que están dispuestos a dar un paso adelante, dependerá en gran medida que tengan un sitio en la mesa de negociación, algo que es, además, clave para Ucrania”, dice.

La otra gran variable de ese blindaje para Kiev es que el apoyo militar le siga llegando, inciden varias fuentes europeas. La idea, descartado además su ingreso en la OTAN, es utilizar la llamada estrategia del puercoespín, acorazar a Ucrania de tal forma que no sea deseable y mucho menos factible para el Kremlin volver a intentar devorar parte de su territorio.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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