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Israel es “responsable” de más del 70% de los 124 periodistas muertos en 2024, según el Comité para la Protección de los Periodistas

La cifra supone un récord mundial de muertes de informadores en el “momento más peligroso de la historia” para el ejercicio de la profesión, advierte la organización en su informe anual

Periodistas muertos 2024
Cortejo fúnebre del periodista palestino Saed Nabhan, muerto en un ataque israelí en Gaza el 11 de enero.Ramadan Abed (REUTERS)
Luis de Vega

El año pasado se batió el récord de periodistas asesinados en el mundo, con al menos 124 en 18 países, de los que Israel es “responsable” de más del 70%, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, según sus siglas en inglés), que publica este miércoles su informe de 2024. Se trata del año más “mortífero” desde que, hace más de tres décadas, esta institución monitoriza la actividad de los reporteros en el mundo. Estamos ante el “momento más peligroso de la historia para ser periodista”, denuncia Jodie Ginsberg, directora ejecutiva del CPJ.

La guerra en Gaza —territorio cerrado al movimiento independiente de los medios de comunicación tras más de 16 meses— es el epicentro de la mayoría de esas muertes de reporteros o trabajadores de medios de comunicación. El repunte del 22% con respecto a 2023 se debe esencialmente a las 85 muertes de periodistas que el año pasado tuvieron lugar en la Franja, “todas a manos del ejército israelí”, añade el CPJ. De ellos, 82 eran palestinos. Esta organización ha documentado el año pasado hasta 10 “asesinatos deliberados” de periodistas por parte de fuerzas israelíes en Gaza y Líbano.

El caso de Mohamed Balusha ilustra bien este informe. Él era uno de los que arriesgaba su vida a diario en la Franja para contar los ataques israelíes. Unas imágenes suyas, grabadas para el canal emiratí Al Mashhad, dieron la vuelta al mundo. Los cuerpos de varios bebés putrefactos y devorados por insectos yacían en un hospital del norte del enclave después de que esas instalaciones fueran atacadas y asediadas por tropas israelíes. Había logrado superar el muro de silencio que trata de imponer Israel y, desde ese momento, el propio Balusha sabía que su vida corría especial peligro. Pero él siguió saliendo a la calle a documentar la guerra.

Es en una de esas coberturas en las que un disparo le alcanza en la pierna izquierda y lo deja gravemente herido el 15 de diciembre de 2023, al día siguiente de que retransmitiera en directo a este diario ataques israelíes en el barrio gazatí de Sheik Redwan. Sus compañeros, que tardaron algunas horas en localizarlo, llegaron a darlo por muerto. Finalmente, pudo ser trasladado sobre un tablón a un hospital, donde le operaron de urgencia y le colocan unas fijaciones de metal en el fémur. Esas barras le asoman por fuera de la pierna cuando, unos meses después, vuelve a ponerse delante de la cámara. Mientras tanto, Israel impide su evacuación fuera de Gaza para que pueda ser debidamente intervenido. “Un ataque que no te mata, te fortalece, más”, escribió el reportero.

Con la sanidad prácticamente arrasada, especialmente en el norte de Gaza, Mohamed Balusha temía mucho que su herida pudiera infectarse. Lo contaba a este diario en el último intercambio de mensajes, a mediados de octubre de 2024. El reportero rogaba a dios que pudieran operarle y que los ataques acabaran. Pero, el pasado 14 de diciembre, Balusha, de 38 años, fue víctima de un nuevo ataque israelí. Esta vez el disparo llegó desde el aire, por medio de un dron, cuando regresaba a casa de curarse la pierna apoyado sobre las muletas, según el CPJ y testimonios de su entorno. Fue el ataque definitivo. El que le llevó a la tumba acabando con otro testigo de la guerra. Deja mujer, Fátima, y cuatro hijos.

“La guerra en Gaza no tiene precedentes en su impacto en los periodistas y demuestra un deterioro de las normas mundiales sobre la protección de los periodistas en zonas de conflicto, pero está lejos de ser el único lugar donde los periodistas se encuentran en peligro” pues “están siendo atacados en todo el mundo”, alerta Jodie Ginsberg, la directora del CPJ, según declaraciones recogidas en el informe anual.

A lo largo de los más de 16 meses de contienda, con más de 48.000 muertos en la Franja, ningún periodista ha logrado entrar en ese territorio sin tutela o autorización israelí. Los informadores pueden llegar a las puertas de Gaza, pero no acceder. Israel solo introduce en ese territorio a veces de la mano de sus militares a contados reporteros que se limitan a ver lo que los soldados les dejan. El CPJ recuerda que “ha abogado en repetidas ocasiones para que Israel y Egipto abran el acceso y reitera ese llamamiento dentro del cese al fuego en curso”, que entró en vigor el pasado 19 de enero.

Al menos 24 periodistas en todo el mundo fueron “asesinados deliberadamente” por su trabajo en 2024, según el Comité para la Protección de los Periodistas. A los 10 de Gaza y Líbano, se unen los 14 registrados en Haití, México, Pakistán, Myanmar, Mozambique, India, Irak y Sudán. Se trata, según el CPJ, de un desafío a las leyes internacionales que definen a los periodistas como civiles durante un conflicto.

Tras el conflicto de Oriente Próximo, Sudán y Pakistán ocupan, según el informe del CPJ, el segundo lugar en número de periodistas y trabajadores de medios asesinados en 2024, con seis cada uno. El informe da cuenta, además, de que la muerte de periodistas independientes representa más del 35% (hasta 43) del total y, de estos, 31 son palestinos que trabajaban en Gaza. Esos informadores freelance, como se les conoce en el argot, cuentan con “menos recursos y con un riesgo considerable para su propia seguridad”.

México registró cinco asesinatos en 2024, manteniéndose como uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas. El CPJ alerta de problemas “persistentes” en ese país para proteger a los reporteros. Mientras, la anarquía reina en Haití, donde han tenido lugar dos asesinatos de informadores. Allí, su trabajo está especialmente amenazado por la “violencia desenfrenada” de las pandillas, según el informe. Tras el derrocamiento en Siria de Bachar el Asad el pasado 8 de diciembre, este país ha registrado la muerte de cuatro periodistas.

“El aumento de los asesinatos de periodistas forma parte de una tendencia más amplia para amordazar a los medios de comunicación a nivel global”, advierte Ginsberg. “La censura nos impide abordar la corrupción y la criminalidad, y hacer que los poderosos rindan cuentas”, concluye.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.
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