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Empieza el juicio contra el hombre que intentó matar a Salman Rushdie en 2022 en Nueva York

El escritor perdió un ojo, entre otras secuelas, tras ser apuñalado 10 veces por el acusado, de origen libanés, a quien también se juzga por su presunto apoyo a Hezbolá

Salman Rushdie, el 31 de enero en el Hay Festival en Cartagena (Colombia). Foto: EFE | Vídeo: EPV
María Antonia Sánchez-Vallejo

El juicio del hombre acusado de apuñalar a Salman Rushdie, dejándole ciego de un ojo, entre otras muchas secuelas, ha arrancado este lunes en el Palacio de Justicia de Chautauqua, al norte del Estado de Nueva York. Hadi Matar, de 27 años y origen libanés, deberá responder del ataque al autor de Versos satánicos en agosto de 2022 durante la presentación de un libro en Mayville, una localidad de apenas mil habitantes. Matar ha gritado “Palestina libre” al entrar en la sala del tribunal, situado a pocos minutos en coche del lugar donde el escritor británico-estadounidense de origen indio fue agredido.

Un jurado de 12 personas decidirá la suerte de Matar, que afronta décadas de cárcel si es declarado culpable. La sesión de este lunes ha comenzado con la presentación de los alegatos de las partes, aunque la defensa, compuesta por cinco letrados, intentó retrasar el proceso por enfermedad del principal abogado. El juez del caso ha rechazado la petición de aplazamiento y ha recordado que el reo se declaró inocente al serle leídos los cargos. Está previsto que el juicio, en el que este lunes también han declarado los dos primeros testigos, se prolongue entre una semana y diez días.

Matar está acusado de subir al escenario y apuñalar a Rushdie hasta 10 veces en un ataque que también le dañó el hígado y le paralizó la mano con la que trató de frenar la trayectoria del cuchillo. Pero también se enfrenta a otros cargos federales por su presunto apoyo a Hezbolá, el partido-milicia chií libanés, que figura en la lista negra de organizaciones terroristas de EE UU y la UE y contra el que Israel lanzó una operación de castigo que se sustanció en la invasión terrestre del país árabe a primeros de octubre, con un posterior alto el fuego a finales de noviembre.

El escritor, caballero de la orden del Imperio británico, pasó varios años oculto tras la publicación de su cuarto libro, Versos satánicos, una historia de ficción inspirada en la vida del profeta Mahoma, después de que el 14 de febrero de 1989 el entonces líder de Irán, el ayatolá Ruholá Jomeini, emitiese una fatua pidiendo su asesinato por blasfemo. Ese decreto religioso quedó teóricamente sin efecto en 1998, cuando la teocracia iraní declaró que no aplicaría la fatua ni animaría a nadie a hacerlo, aunque resultó ser una verdad a medias, porque en 2022 responsabilizó al escritor del ataque por “haber insultado al islam”. El Gobierno de Teherán negó cualquier relación con el agresor.

Rushdie se vio obligado a esconderse durante casi una década y necesitó guardaespaldas debido a las amenazas. Del Reino Unido se trasladó a Nueva York, donde su nueva vida, como una celebridad entre los animados círculos literarios y culturales, pareció darle un respiro de las amenazas y la persecución sufridas hasta que Matar decidió tomarse la divina justicia por su mano.

La representación del profeta Mahoma y las referencias a la religión en el libro, incluidos los personajes de dos prostitutas a las que Rushdie bautizó con los nombres de dos esposas de Mahoma, provocaron en su día múltiples protestas contra el libro, incluso en el Reino Unido, y la prohibición de la obra en varios países de mayoría musulmana. También animaron sendos atentados contra dos de sus traductores: el japonés fue asesinado en 1991 y el italiano fue apuñalado, pero sobrevivió al ataque aquel mismo año. La ola de violencia levantada por la fatua fue un antecedente claro de la movilización contra las caricaturas de Mahoma que en 2006 recorrió el mundo, con varias víctimas mortales. Y del sangriento atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, en enero de 2015.

Tras el ataque a Rusdhie, sus amigos neoyorquinos y del Club Pen, entre ellos Paul Auster, ya por entonces enfermo aunque no había anunciado que padecía el cáncer que acabó con su vida, celebraron un acto público en la sede de la biblioteca de Nueva York en defensa de la libertad de expresión. Rushdie ha narrado el atentado y el difícil posoperatorio, después de varias semanas ingresado en el hospital, en su último libro, Cuchillo, en el que se refiere a su agresor como A. y cuenta cómo, durante semanas, su esposa le impidió que se mirara al espejo para no ver los daños irreparables en su rostro.

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