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Tres meses de protestas contra el resultado oficial de las elecciones dejan 300 muertos en Mozambique

El líder opositor Venancio Mondlane, con un gran apoyo popular, reclama la victoria en los comicios de octubre pese a que Daniel Chapo ya ha sido investido presidente

Partidarios del líder opositor mozambiqueño Venancio Mondlane, durante las protestas contra la investidura de Daniel Chapo, el miércoles en Maputo.
Partidarios del líder opositor mozambiqueño Venancio Mondlane, durante las protestas contra la investidura de Daniel Chapo, el miércoles en Maputo.Stringer (REUTERS)
José Naranjo

Mozambique se enfrenta a una grave crisis política y social que dura ya tres meses. El líder opositor Venancio Mondlane se niega a reconocer los resultados de las elecciones celebradas el pasado 9 de octubre, en las que, según el escrutinio aprobado por el Tribunal Constitucional, fue derrotado por el candidato gubernamental, Daniel Chapo. Ello provocó el estallido de intensas protestas ciudadanas que han sido reprimidas con violencia por las fuerzas del orden: ya hay cerca de 300 muertos, la mayoría por heridas de bala, más de 2.000 heridos y unas 4.000 personas detenidas, según la ONG local Plataforma Decide.

Chapo fue investido presidente del país el miércoles de esta semana, en una ceremonia celebrada en la plaza de la Independencia de Maputo, capital del país, y en presencia de unos 2.500 invitados entre los que solo había dos jefes de Estado africanos. Todas las calles de alrededor estaban desiertas debido a un imponente despliegue policial encaminado a evitar que las protestas llegaran hasta allí. En su discurso, el quinto presidente del país en medio siglo hacía un llamamiento al diálogo: “Mozambique es más fuerte que cualquier desafío o crisis. Unidos, seremos capaces de superar los obstáculos y transformar nuestro dolor en prosperidad (…) Este país necesita paz y reconciliación nacional”, dijo.

Daniel Chapo, durante su ceremonia de investidura el miércoles en la plaza de la Independencia, en Maputo.
Daniel Chapo, durante su ceremonia de investidura el miércoles en la plaza de la Independencia, en Maputo.LUISA NHANTUMBO (EFE)

Pocas horas más tarde, Mondlane lanzó una retransmisión en directo a través de las redes sociales, su medio habitual de comunicación con sus seguidores, en la que calificaba la toma de posesión de “ceremonia fúnebre totalmente cerrada a la gente y militarizada”. “Un teatro, un circo”, resumió. El dirigente opositor llevó al extremo su desafío al poder anunciando que este viernes revelará sus medidas de gobierno “como presidente electo por el pueblo”.

Mondlane regresó el pasado 9 de enero a Mozambique tras pasar varias semanas en Sudáfrica, y llevó a cabo su propia ceremonia de toma de posesión en plena calle, cubierto con una bandera, con una Biblia en la mano y arropado por miles de seguidores.

Las primeras protestas en este país de 33 millones de habitantes estallaron a mediados de octubre, días antes de la proclamación de los primeros resultados por parte de la comisión electoral. Dos meses más tarde, el 23 de diciembre, el Tribunal Constitucional ratificó la victoria de Chapo con un 65% de los votos frente a Mondlane, que obtuvo un 24%. Sin embargo, el líder opositor, que cuenta con una enorme popularidad sobre todo entre los jóvenes, asegura haber logrado el 53% de las papeletas y acusa al Gobierno de “golpe de Estado” y de pretender robar su victoria.

Venancio Mondlane, tras aterrizar en el aeropuerto de Maputo el 9 de enero.
Venancio Mondlane, tras aterrizar en el aeropuerto de Maputo el 9 de enero. REGULO CUNA (REUTERS)

La misión de observación de la Union Europea ha denunciado falta de transparencia e irregularidades en el proceso electoral. “Detectamos llenado de urnas y deficiencias en el recuento. Pese a nuestra demanda, la comisión electoral no ha publicado las actas de cada colegio. Los órganos electorales carecen de imparcialidad y transparencia, el partido gubernamental usó recursos públicos durante la campaña y hay deficiencias en el censo”, asegura la jefa de esta misión, la eurodiputada española Laura Ballarín, quien también critica la represión policial. “No sé si son 200 ó 300 muertos, pero en todo caso son demasiados, nos desgarra. No se ha respetado el derecho a la manifestación pacífica, debería perseguirse a los autores de estos crímenes y que se haga justicia”, añade.

En las legislativas, celebradas también el 9 de octubre, el Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo), que lleva casi 50 años en el poder, logró la mayoría absoluta con 171 escaños de 250, frente a los 43 obtenidos por el Partido Optimista por el Desarrollo de Mozambique (Podemos) que apoyaba la candidatura de Mondlane. El histórico grupo Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo), hasta ahora principal partido de oposición y tradicional rival de Frelimo tanto en la guerra civil como en las contiendas electorales, quedó relegado al tercer puesto en la Cámara con 28 diputados.

“Desde la Unión Europea abogamos por un proceso de diálogo que conduzca a la pacificación del país y por una serie de reformas”, añade Ballarín. El presidente Chapo ya ha anunciado que acometerá modificaciones del sistema electoral, así como un proceso de descentralización e inversiones en infraestructuras y servicios públicos. Mondlane, por su parte, juega la baza de su gran apoyo popular y mantiene el pulso al Estado. Sin embargo, el partido que le apoyaba ha decidido aceptar los resultados, tomar posesión de sus escaños y abrirse a un posible diálogo. “Mientras Venancio todavía piensa que continuar las protestas tal y como se han producido en el pasado es el mejor camino hacia la verdad electoral, nosotros pensamos que existen otros mecanismos”, aseguró en rueda de prensa Albino Forquilha, líder de Podemos.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).
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