Blinken presenta un plan para reconstruir Gaza tras un alto el fuego “más cerca que nunca”

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha presentado este martes un plan de última hora para la reconstrucción de Gaza en el que el Gobierno del presidente Joe Biden ha trabajado durante un año. De forma simultánea, ha asegurado que el alto el fuego en la Franja que se negocia entre Israel y Hamás depende ya solo del visto bueno de la milicia islamista palestina. Y que está “más cerca que nunca”.

“El domingo, Estados Unidos, Qatar y Egipto presentaron una propuesta final. La pelota está ahora del lado de Hamás. Si Hamás acepta, el acuerdo está listo para ponerse en marcha”, ha declarado Blinken en un discurso en la sede del think tank Atlantic Council en Washington. Salvo sorpresa, ha sido su último discurso como responsable de la diplomacia estadounidense antes de que la Administración de Donald Trump tome posesión el próximo lunes.

Blinken ha puesto su mirada en la era que se abrirá tras el ansiado acuerdo de paz —tantas veces prometido en los 16 meses de guerra, pero nunca logrado hasta ahora. “Durante muchos meses hemos trabajado intensamente con nuestros socios para desarrollar un plan detallado que permitiría a Israel retirarse por completo de Gaza, evitar que Hamás recupere el poder y para garantizar la gobernanza, la seguridad y la reconstrucción de la Franja”, apuntó.

Uno de los problemas del plan, que durante meses encaró la oposición de árabes e israelíes, es la necesidad de que la Administración del republicano Donald Trump lo asuma como propio a partir del lunes. Sin su visto bueno, quedaría ese mismo día convertido en papel mojado. Por ello, el Gobierno saliente ha colaborado en los últimos meses con los representantes del equipo de transición del futuro presidente para lograr su respaldo al proyecto. Blinken ha declarado que la propuesta queda ahora en manos del equipo entrante, que hasta el momento no ha confirmado si tratará de aplicarla durante su mandato.

El plan prevé una Gaza en la que Hamás ya no tenga el control del Gobierno. En un primer momento, la Franja estaría gestionada por una autoridad provisional: la Autoridad Palestina que gobierna Cisjordania invitaría a socios internacionales a formarla. Esa entidad se encargaría de las funciones y servicios básicos en el territorio: desde las relaciones con Israel a la distribución de agua y energía, o el sistema bancario.

La comunidad internacional aportaría fondos, supervisión y apoyo técnico. La Administración provisional incluiría a palestinos de Gaza y de la Autoridad Palestina. Esa entidad cedería con el tiempo —”lo antes posible”, según el jefe de la diplomacia de EE UU— la responsabilidad a una Autoridad Palestina reformada. Los miembros de la administración provisional desempeñarían sus tareas en colaboración con un alto cargo de Naciones Unidas que estaría al cargo de los esfuerzos internacionales de estabilización y recuperación.

La seguridad quedaría en manos de una fuerza también provisional, integrada por países árabes y residentes palestinos. Sus responsabilidades, estipuladas en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, incluirían el control de la frontera, “crucial para impedir el contrabando que permitiría a Hamás reconstruir su capacidad militar”.

Las bases para un futuro mejor

“Tenemos la responsabilidad de garantizar que las ganancias estratégicas de los últimos 15 meses sobreviven y sientan las bases para un futuro mejor”, ha declarado el secretario de Estado. “Demasiadas veces en Oriente Próximo hemos visto cómo el espacio que deja libre un dictador se llena con otro, o da paso al conflicto o al caos” agregaba en un discurso en el que reivindicaba la gestión estadounidense de un conflicto en el que la ofensiva israelí en Gaza ha dejado más de 45.000 muertos palestinos, según las cifras del Ministerio de Sanidad en la Franja.

Esta guerra ha marcado el último año y medio de la política exterior del Gobierno Biden, que se puso desde el primer momento de modo decidido del lado de Israel. Su apoyo generó fuertes tensiones dentro de la Administración y con el ala progresista del Partido Demócrata, que reclamaba un alto el fuego inmediato y la suspensión de la entrega de armamento a Israel para lograrlo.

En su discurso, en el que fue interrumpido en varias ocasiones por activistas propalestinos, Blinken ha expresado el apoyo de su Administración a un Estado palestino. “Los palestinos necesitan y merecen un horizonte próximo y claro para la autodeterminación política”, ha sostenido. Pero ese derecho, ha matizado, “tiene condiciones”.

“Nadie debe esperar que Israel acepte un Estado palestino liderado por Hamás u otros extremistas… que rechacen el derecho de Israel a existir”, ha subrayado. Al mismo tiempo, en Israel “no puede haber la ilusión de que los palestinos aceptarán ser un no-pueblo sin derechos nacionales. Siete millones de judíos israelíes y cerca de cinco millones de palestinos están asentados en la misma tierra, y ninguno de los dos se va a ir a ningún lado”.

“Israel debe abandonar el mito de que puede llevar a cabo una anexión de facto sin costes ni consecuencias”, ha añadido el responsable de la política exterior estadounidense en la Administración Biden. “Nuestro cálculo es que Hamás ha reclutado casi tantos militantes nuevos como ha perdido (en la guerra). Esa es una receta para una guerra perpetua y una insurgencia duradera”, ha revelado.