Trump respalda a Elon Musk y las visas para trabajadores cualificados frente a los halcones antiinmigración republicanos
El apoyo del magnate a un programa especial de visados abre una grieta en el partido frente a quienes defienden la línea dura en política migratoria
Aun sin haber echado a andar, la futura Administración republicana empieza a mostrar sus primeras grietas. Hace diez días, en el debate para alcanzar un acuerdo que evitara el cierre del Gobierno; este fin de semana, en torno al sensible asunto de la inmigración. El presidente electo, Donald Trump, se ha alineado este sábado con Elon Musk en su defensa de las visas premium para trabajadores extranjeros de alta cualificación, vitales en sectores como el tecnológico, mientras los miembros más ultras del Partido Republicano y el movimiento MAGA criticaban duramente el programa de visados que cada año permite a decenas de miles de cerebros extranjeros inmigrar a EE UU. Musk ha tildado a los críticos de “tontos despreciables” y ha sugerido que deberían ser expulsados del partido.
En sus primeros comentarios sobre la polémica que ha enfrentado a sus partidarios esta semana, Trump ha dicho este sábado al diario The New York Post que es “un creyente en el H-1B”, el tipo de visa que se concede a 65.000 trabajadores cualificados cada año para cubrir puestos de trabajo específicos, además de otros 20.000 permisos a extranjeros que se licencien en EE UU. Los economistas han argumentado que este programa permite a las empresas estadounidenses mantener la competitividad y hacer crecer su negocio, creando más puestos de trabajo de calidad en Estados Unidos.
En su primer mandato, Trump restringió el acceso a los visados para trabajadores extranjeros, y anteriormente había criticado el programa. Pero, al igual que su cambio de postura sobre la prohibición de TikTok, durante la campaña de 2024 se ha mostrado abierto a conceder estatus legal a trabajadores nacidos en el extranjero, y con perfiles profesionales muy específicos, si se graduaban en una universidad estadounidense. Para ejecutar su programa migratorio, que en teoría incluye planes de deportaciones masivas, el republicano ha confiado en representantes de la línea más dura.
“Siempre me han gustado los visados, siempre he estado a favor de los visados. Por eso los tenemos”, ha dicho el mandatario en una entrevista concedida al diario. “Tengo muchos [trabajadores extranjeros con] visados H-1B en mis propiedades. He creído mucho en el H-1B. Lo he utilizado muchas veces. Es un gran programa”.
Los comentarios de Trump, secundando todo lo dicho por Musk, confirman la simbiosis del presidente electo y el magnate reconvertido en político. Musk y su colega Ramaswamy, codirectores del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental, encargado en teoría de optimizar recursos y recortar gasto público, han defendido esta semana con entusiasmo el programa de visados premium, lo que provocó duras críticas de los republicanos más contrarios a la inmigración, como el exasesor de Trump Steve Bannon o el excongresista Matt Gaetz.
A lo largo de varios días, Musk ha defendido apasionadamente los visados H-1B en publicaciones en las redes sociales, argumentando su importancia para que las empresas tecnológicas —empezando por las suyas— puedan seguir siendo competitivas y generadoras de valor. En un post publicado el viernes en su red social, X (antes Twitter), Musk llegó a asegurar que está dispuesto a “ir a la guerra” para proteger el acceso de extranjeros cualificados al programa de visados.
“La razón por la que estoy en Estados Unidos, junto con tantas personas fundamentales que levantaron SpaceX, Tesla y cientos de otras empresas que han hecho fuerte a Estados Unidos, es gracias a los H1B”, escribió el hombre más rico del mundo. “Voy a ir a la guerra en este tema, [que es] de una dimensión que ustedes no pueden entender”. Musk, nacido en Sudáfrica y nacionalizado canadiense por su madre, llegó a EE UU como estudiante extranjero y más tarde trabajó con un visado H-1B.
Musk redobla su apoyo a la ultraderechista AfD
La defensa por Musk y Ramaswamy del programa de visas se ha topado con una fuerte reacción de los partidarios de la línea más dura en política migratoria de la coalición de Trump. Bannon, inspirador del nacionalpopulismo a escala global, de Argentina a Italia, calificó este sábado los visados H-1B de “estafa” en un episodio de su podcast, sumándose a un amplio grupo de leales trumpistas que incluye al atribulado excongresista Gaetz y la activista y provocadora de extrema derecha Laura Loomer.
Las declaraciones de apoyo de Trump a Musk representan otro ejemplo del acercamiento del presidente electo al magnate tecnológico. El viernes, el presidente electo publicó en las redes sociales un mensaje privado dirigido aparentemente al dueño de Tesla y SpaceX en el que le preguntaba cuándo tenía previsto visitar de nuevo su finca de Mar-a-Lago (Florida), de donde el empresario prácticamente no ha salido desde la proclamación de la victoria, en la noche del pasado 5 de noviembre. Consciente de contar con el mejor apoyo posible, el del futuro presidente de EE UU, Musk se ha permitido arremeter en X contra halcones como Bannon y Loomer, llamándolos “tontos despreciables que deben ser arrancados de cuajo del Partido Republicano” y escalando la tensión cuando los conservadores se disponen a dirigir la Administración durante los próximos cuatro años. Los aludidos han acusado al propietario de censura al pretender acallar sus críticas. Musk también ha aprovechado las últimas horas para redoblar sus elogios al partido ultraderechista alemán AfD, que causaron estupor y nerviosismo en Berlín.
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