¿Quién es Laura Loomer? La activista de extrema derecha que ha generado una crisis en la campaña de Trump
El expresidente niega que Loomer sea su asesora, pero voces relevantes de la corriente MAGA ven perjudicial su cercanía al candidato
Hasta hace una semana pocos prestaban atención a Laura Loomer (Tucson, 31 años), pero las imágenes en las que se le ve bajando del avión privado de Donald Trump tras aterrizar en Filadelfia para asistir al debate presidencial comenzaron a levantar sospechas en el seno del Partido Republicano. Su presencia al día siguiente en el evento conmemorativo del 11 de septiembre junto al expresidente —siendo ella una negacionista que afirma que los ataques del 9/11 fueron un “autoatentado”— terminó por desatar la polémica sobre cuál es su rol en la campaña.
Lo curioso es que han sido los republicanos del ala más radical los más críticos con la proximidad de la influencer al candidato. “Laura Loomer es una loca teórica de la conspiración que regularmente pronuncia basura repugnante destinada a dividir a los republicanos. Está en condiciones de perjudicar las posibilidades del presidente Trump de ganar la reelección. Ya basta”, publicó el senador republicano Thom Tillis en su cuenta de X. La también congresista Marjorie Taylor Greene, quien ha tenido posturas abiertamente racistas y conspirativas en el pasado, cuestionó el vínculo de Loomer con Trump considerando que esta no tiene “la mentalidad adecuada para asesorar” al expresidente, reseñó CNN.
Las críticas también han llegado desde el círculo más cercano a Trump. Su propio personal ha tratado de mantener a la activista a raya por considerarla una mala influencia por contribuir con algunas de las teorías conspirativas que el candidato ha difundido estas últimas semanas contra su rival Kamala Harris, entre las que se encuentra el famoso bulo que acusa a inmigrantes haitianos de comerse a las mascotas de los residentes de Springfield (Ohio), y que ha sido desmentido por el propio gobernador del Estado, el republicano Mike DeWine. Este miércoles, Loomer, insistiendo con la narrativa antiinmigrante, compartió en su cuenta de X un mensaje con un supuesto reporte policial en el que un residente denuncia que su gato ha sido “robado y descuartizado” -el propio tuit aclara que la información no ha sido verificada-.
Mientras tanto, Trump ha hecho comentarios halagadores hacia Loomer, a quien considera un “espíritu libre” y una “partidaria”. En una rueda de prensa que ofreció el viernes, aclaró que esta no trabaja para su campaña, y horas más tarde publicó en su red Truth Social un mensaje en el que se desligaba sutilmente: “No estoy de acuerdo con las declaraciones que hizo, pero, igual que los muchos millones de personas que me apoyan, ella está cansada de ver a los marxistas de izquierda radical y fascistas atacarme violentamente y desprestigiarme”.
La comentarista de extrema derecha ha arremetido contra la vicepresidenta de Estados Unidos al afirma que, si gana en noviembre, la Casa Blanca “olerá a curri”. Kamala Harris es hija de una inmigrante india. El comentario se hizo viral porque también alude al compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance, casado con otra inmigrante de ese país. “Hago un buen pollo al curri (...) Y no me gustan esos comentarios”, declaró Vance en una entrevista distanciándose de su retórica racista.
Entre los demócratas, también hubo reacciones. El director de respuesta rápida del Comité Nacional Demócrata, Alex Floyd, opinó que estos allegados a Trump en la campaña son “tan profesionales como cabría esperar de un delincuente convicto”. Los republicanos y demócratas parecen estar de acuerdo cuando de Loomer se trata.
Los inicios de la activista
Originaria de Arizona, Loomer creció en un hogar judío y estudió periodismo en la Universidad Barry, cerca de Miami. Desde entonces está radicada en Florida. The New York Times publicó que durante sus años de estudiante se prestó a grabar de forma encubierta a funcionarios de la universidad que discutían sobre la creación de un club a favor del Estado Islámico. El video fue difundido por Project Veritas, la “guerrilla” conservadora fundada por James O’Keefe. Desde este episodio se incorporó a la organización, de la que formó parte durante varios años.
Como tantos otros, su fama es producto de las redes sociales. Facebook e Instagram llegaron a vetar su cuenta por promover “el odio y la violencia”. Loomer no solo es racista, homófoba y antiinmigrante, se declara abiertamente antimusulmana (“islamófoba orgullosa”, se presenta) y defensora de la supremacía blanca. Se ha convertido en una divulgadora de teorías de la conspiración, bulos de todo tipo y promotora de la desinformación. Tiene un web show llamado Loomer Unleashed, y tuvo la suerte de que cuando Elon Musk compró Twitter (rebautizado como X), recuperó su cuenta, en la que ya suma 1,3 millones de seguidores.
En el terreno de la política, es lo que se llamaría una acróbata. En 2020, se presentó como candidata republicana al Congreso por el distrito 21 de Florida, y fue secundada por Trump. Sin embargo, perdió las elecciones. En 2022, se postuló a las primarias contra Daniel Webster, pero no consiguió la candidatura. Desde entonces, se ha dedicado a apoyar ciegamente al expresidente. The New York Times afirma que la activista ha estado en Mar-a-Lago al menos nueve veces en los últimos tres años, voló en el avión de Trump a las asambleas del partido de Iowa y estuvo a punto de ser contratada por la campaña, pero el equipo rechazó su incorporación. La cercanía con Trump estas últimas semanas ha encendido las alarmas del MAGA, que tras el debate considera su compañía como la menos indicada para atraer el voto de los independientes.
La relación entre Trump y Loomer ha generado toda clase de comentarios en los últimos días. El famoso presentador Bill Maher especuló en su programa de televisión que ambos podrían estar vinculados más allá del terreno político, y Loomer acusó con demandarlo por difamación. “Algunas de nosotras, las mujeres, realmente trabajamos duro, y algunas de nosotras, las mujeres, no tenemos ningún deseo de tener aventuras sexuales con políticos u hombres con un estatus político de élite para escalar posiciones”, dijo en su pódcast, y agregó: “Sé que Kamala Harris no puede decir lo mismo, pero créanme cuando les digo que yo no soy así, o como a Kamala Harris le gusta decir, ‘ellas no son como nosotras’, ¿verdad? Ella no es como yo. Yo no soy como ella”.
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