La elección de Trump de los defensores de la línea dura en migración hace saltar las alarmas

Los primeros nombramientos del presidente electo, Donald Trump, han despejado las dudas sobre su política migratoria. La tan prometida deportación masiva de migrantes indocumentados está respaldada por la elección de dos defensores de la línea dura: Tom Homan como “zar de la frontera” y Stephen Miller como como jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca. Las reacciones no se han hecho esperar.

La certeza de que la amenaza de Trump de expulsar a 11 millones de personas va en serio ha saltado las alarmas entre los defensores de los migrantes. “Lo que el presidente electo Trump está forjando es un gabinete listo para llevar a cabo acciones migratorias que podrían tener graves repercusiones para miles de familias enteras y para la estabilidad social de esta nación”, afirma Jorge-Mario Cabrera, portavoz de CHIRLA, (Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes, por sus siglas en inglés).

Como responsable del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Homan fue el arquitecto del polémico plan de “Tolerancia Cero”, diseñado durante la primera presidencia de Trump y que supuso la separación de miles de familias. Más de 5.500 hijos de migrantes fueron separados de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México en 2018. Según el Departamento de Seguridad Nacional, en abril todavía había 1.401 niños sin reunificación confirmada.

“Esta vez vuelve con más experiencia para juntar ideas crueles, con más luz verde por parte de Donald Trump y menos gente alrededor que pare los peores impulsos que él y Trump tienen. Añadiendo a gente como Stephen Miller, va a ser un equipo con mucha experiencia”, declaró en la cadena MSNBC Julián Castro, analista político que llegó a postularse para ser el candidato presidencial del Partido Demócrata en 2020.

Tanto Homan como Miller participaron en el Proyecto 2025, el plan político de ultraderecha del que Trump se ha querido distanciar, pero cuyas directrices van en paralelo con las promesas que el republicano ha hecho durante la campaña y cuyo punto central es la expulsión de migrantes. Homan es miembro visitante de la Heritage Foundation, que organizó la coalición detrás del proyecto, y la organización de Miller, America First Legal, formó parte de ella.

A pesar de que Homan ha declarado que las deportaciones se harán de forma “humana”, ha dejado claro que evitar las separaciones familiares no serán un impedimento. “Pueden deportarse las familias enteras”, señaló en una reciente entrevista en el programa 60 minutos de la cadena CBS.

Miller, por su parte, fue asesor senior durante la primera administración de Trump y se destacó por ser unos de los mayores defensores de las separaciones familiares.

En la red social X, saltaron rápidamente los comentarios de los seguidores de Trump celebrando la política de mano dura que anticipan estos nombramientos. “Homan va a ser un gran zar de la frontera. Asegurará nuestra frontera y deportará a las personas que invadieron nuestro país”, escribió la representante republicana por Georgia, Marjorie Taylor Green.

“El nombramiento de Tom Homan por el presidente Trump como zar de la frontera muestra que es totalmente serio en las deportaciones. Y debe estarlo. Es súperpopular y solo lo tratan de controvertido los histéricos”, escribió Scott Jennings, ex asistente especial de George W. Bush.

En la red social aparecieron numerosos comentarios xenófobos contra los migrantes y elogios a la intolerancia demostrada y la fama de duros que precede a los dos elegidos. En el caso de Homan, muchos usuarios subieron la entrevista en la que prometió deportar a familias enteras. “No se anda con chiquitas”, “No le temblará la mano para expulsarlos” y “Homan hará el trabajo” fueron algunos de los comentarios. Incluso hubo quien añadió la foto de un bulldog amenazante.

El ultraderechista Charlie Kirk, fundador de la organización juvenil Turning Point, defensor de la ideología MAGA y de las teorías de la conspiración, celebró la lección de Miller. Y replicó la frase con marcados tintes xenófobos que éste dijo en un mitin en el Madison Square Garden el 27 de octubre: “Estados Unidos es para los estadounidenses y sólo para los estadounidenses”.

La victoria de Trump ya había alertado a las organizaciones de derechos civiles de los migrantes, que se están preparando para librar las batallas legales que se avecinan, ya que el republicano ha prometido acabar con todos los programas que les protegen, como los permisos (parole) humanitarios, la protección temporal del TPS y el programa DACA, por el que los migrantes que llegaron de forma ilegal de niños pueden residir en el país.