Marruecos mantendrá la poligamia, aunque limitada a los casos de infertilidad de la esposa
Mohamed VI arbitra una reforma del Código de Familia sin recoger reivindicaciones feministas. La edad de matrimonio se eleva a 18 años, pero los jueces podrán aprobar bodas con menores
Nueve meses después de lo previsto por el propio rey Mohamed VI, tras haber emplazado formalmente al Gobierno medio año antes, Marruecos anuncia una reforma del Código de Familia alejada de las aspiraciones de las organizaciones feministas. En el reverso de la nueva Mudawana o estatuto personal, la poligamia fundada en la ley islámica se mantiene en vigor, aunque limitada a la autorización de la primera esposa y a su infertilidad. La cara de la reforma proclama que las bodas con niñas quedarán formalmente prohibidas, aunque los jueces podrán seguir autorizando casos de matrimonios con menores. Y para proteger el derecho de las mujeres a heredar, restringido en aplicación de la sharía o ley islámica, se garantiza que la vivienda familiar permanezca en manos del cónyuge sobreviviente, habitualmente la esposa.
Mohamed VI ha tenido que volver a efectuar un arbitraje, encomendado esta vez al dictamen de los ulemas o doctores de la religión, para evitar que la tensión entre los sectores conservadores e islamistas, contrarios a la reforma del Código de Familia, y la sociedad civil laica, que reclamaba avances para las mujeres, amenazase la estabilidad de Marruecos.
Tras los trabajos del órgano encargado de la reforma, integrado por magistrados, ministros y responsables de la sociedad civil, el Gobierno ha presentado en público este martes las grandes líneas de la actualización del vigente Código de Familia.
Hace dos décadas, una nueva Mudawana marcó los primeros años de reinado de Mohamed VI con el reconocimiento de derechos para las mujeres, como poder solicitar por sí mismas el divorcio. Su aplicación efectiva se vio, sin embargo, desvirtuada por la tradición conservadora religiosa del país magrebí. Además, la presencia de primeros ministros del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo al frente del Gobierno entre 2011 y 2021 frenó en seco las demandas de los colectivos feministas, muy activos en las grandes ciudades de la costa.
El monarca recibió en la tarde del lunes el dictamen de los ulemas, a quienes encomendó la ardua tarea de encajar la tradición de la sharía, fuente legal expresamente recogida en la Constitución, con los derechos ciudadanos amparados por la misma ley fundamental y por los tratados internacionales que vinculan al Estado de Marruecos. La cuadratura del círculo se ha plasmado en un mantenimiento de la poligamia (hasta cuatro esposas), aunque bajo condiciones de casi imposible cumplimiento.
El matrimonio múltiple ―entre el 2% y el 4% de las parejas en el medio rural, y encubriendo a veces el acogimiento familiar de viudas sin recursos― ya solo será posible si media la autorización de la primera esposa, que ahora puede consignar su veto explícito a la poligamia en las capitulaciones de la boda. La única vía restante es el reconocimiento médico de la infertilidad de la mujer. Los grupos feministas exigían su abolición. Los islamitas reclamaban que se siguiera observando la sharía sin limitaciones.
La “justificación objetiva excepcional” de la poligamia, reza el proyecto legislativo que llega a la mesa del Consejo de Ministros, “se limitará a la infertilidad de la primera esposa, o a una enfermedad que impida las relaciones conyugales, o a otros casos, que el juez valorará según normas jurídicas específicas, del mismo grado de objetividad y excepción”.
A partir de la promulgación de la nueva Mudawana, que aún tiene que ser aprobada por el Ejecutivo y por el Parlamento (en un trámite de refrendo del arbitraje del monarca), la edad legal para el matrimonio se elevará de los 16 a los 18 años. La excepción a la norma viene contemplada en el proyecto de ley, en el que se rebaja a los 17 años, “enmarcada por varias condiciones” apreciadas por los tribunales. La edad media en la sociedad marroquí ronda los 26 años para las mujeres y los 31 para los hombres.
En 2023 se presentaron 14.197 peticiones de autorización judicial de matrimonio con menores en Marruecos. En 2022 hubo 20.097. Más de dos terceras partes de las solicitudes fueron aceptadas, según datos de la Fiscalía General.
Entre otras reformas previstas, a falta de conocer del contenido concreto de la nueva Mudawana, la prensa digital marroquí destacaba este martes el mantenimiento de la custodia de los hijos por parte de madre divorciada, incluso en caso de nuevo matrimonio, lo que hasta ahora representaba un impedimento. La madre encargada de la custodia también ostentará la tutela legal de los hijos.
Sin definir un vuelco al sistema hereditario de la tradición coránica ―que reduce a la mitad la cuantía de los bienes legados a las hijas respecto a los hijos y que incluso puede privar a las mujeres de todo derecho en beneficio de los parientes masculinos del padre―, el anunciado Código de Familia ofrece algún avance para las marroquíes sobre el principal activo económico de los hogares. El domicilio familiar quedará excluido ahora de la herencia y no podrá ser heredado por persona distinta de uno de los dos cónyuges en caso de fallecimiento del otro.
El primer ministro, Aziz Ajanuch, se ha limitado este martes a asumir “las altas instrucciones” derivadas de la aprobación del rey anunciada la víspera, los informes del órgano que redactó las propuestas de revisión de la Mudawana, y el dictamen teológico del Consejo de Ulemas, que incluye un centenar de enmiendas. Mohamed VI encargó a su vez a Ajanuch y a sus ministros la misión de “comunicar al público las novedades de la revisión”, de acuerdo con lo previsto en la Constitución.
El soberano de la dinastía alauí, que ejerce como líder religioso en calidad de Comendador de los Creyentes, ha recalcado a través de un comunicado del palacio real que la reforma “debe verse con un espíritu de complementariedad, sin favorecer a una parte [del matrimonio] en detrimento de otra, garantizando al mismo tiempo normas jurídicas claras para evitar interpretaciones contradictorias”.
“Lo que Dios ha prohibido”
“No puedo autorizar lo que Dios ha prohibido, pero tampoco impedir lo que el Altísimo ha permitido”. Este mensaje real lanzado en 2022 puso en marcha la segunda reforma de la Mudawana, en la que el monarca impulsó la creación de una comisión integrada por juristas, teólogos y representantes de la Administración para recoger las iniciativas de partidos, ONG y de la sociedad civil en general. Las propuestas fueron presentadas en septiembre al primer ministro, quien las remitió de inmediato al palacio real. Desde entonces su contenido había permanecido en secreto, a la espera de la opinión de los ulemas.
Los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo, en horas bajas en el Parlamento, donde han caído de los 125 escaños en 2021 a solo 13, han enarbolado la bandera de la oposición a la reforma de la Mudawana en un intento de recuperar el voto conservador y religioso para las legislativas de 2026.
Amenazas en redes contra los "enemigos del islam"
Dos decenas de feministas, intelectuales y periodistas han recibido en los últimos meses graves amenazas a través de las redes sociales, donde han sido calificados como "enemigos del islam”, por haberse mostrado a favor de una amplia reforma de la Mudawana. Han sido acusadas de fomentar la homosexualidad, las relaciones extramatrimoniales y el ateísmo. Entre ellas figura la escritora franco-marroquí Leila Slimani, cofundadora del colectivo Moroccan Outlaws. Las asociaciones feministas exigen que dejen de seguir aplicándose sobre los derechos de las mujeres unos criterios religiosos de hace 14 siglos.
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