El holandés Mark Rutte asume el mando de la OTAN en un momento de máxima tensión mundial
El ex primer ministro se muestra muy crítico con China y reclama a los aliados más gasto en defensa
Cambio de guardia en la Alianza Atlántica. El holandés Mark Rutte ha asumido este martes el mando de la OTAN en el momento más turbulento de la Alianza, puede que decisivo, y en un punto de máxima tensión geopolítica mundial. El hombre que fue primer ministro de Países Bajos durante 13 años reemplaza al noruego Jens Stoltenberg como secretario general de la organización militar con grandes retos que superar, con una guerra en el continente europeo, la de Rusia contra Ucrania, que va a cumplir tres años, y con el conflicto en Oriente Próximo, con la guerra de Israel contra Gaza y en Líbano, ante la que los aliados tienen enfoques diversos y que puede tener consecuencias desconocidas en toda la región. Rutte hereda una Alianza Atlántica muy cambiada y revitalizada desde la invasión a gran escala lanzada por el Kremlin y todavía en transformación.
Entre esos desafíos está aumentar el gasto en defensa de los aliados en un momento de presupuestos ajustados y mantener el sostén a Kiev —que vive un momento sensible en el campo de batalla—, a quien la OTAN ha prometido que su camino hacia la membresía es “irreversible”, una promesa que, sin embargo, es poco clara. “Tenemos que asegurarnos de que Ucrania prevalece como nación soberana, independiente y democrática”, ha dicho Rutte, que también ha hablado de una China cada vez más asertiva, que está brindando un apoyo esencial a Kremlin en la invasión.
El holandés ha lanzado a Pekín una de sus advertencias más duras este martes, en su primera conferencia de prensa como secretario general de la OTAN. “A través de su apoyo a la industria militar rusa, China se ha convertido en un facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania. China no puede seguir alimentando el mayor conflicto bélico en Europa desde la II Guerra Mundial sin que esto tenga un impacto en sus intereses y su reputación”, ha lanzado el holandés. “Visité China a mediados de marzo y ya les dije allí que no entiendo cómo nos llaman ‘queridos amigos’ y al mismo tiempo nos ponen en peligro. Por qué apoyan a Rusia proporcionándoles microelectrónica, materias primas esenciales y tecnologías de doble uso”, ha añadido.
Todos esos retos sobre la mesa ocurren mientras Europa observa de reojo el resultado electoral en Estados Unidos, el mayor de los aliados, que puede devolver a la Casa Blanca a uno de los grandes críticos contra la OTAN, Donald Trump. Rutte, un político liberal que ha dirigido cuatro gobiernos de coalición en su país, ha dicho que la Alianza Atlántica es esencial para EE UU y que tanto Donald Trump como la vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata en los comicios a la presidencia de noviembre, son conscientes de ello. “Podré trabajar con ambos”, ha zanjado el nuevo secretario general.
Rutte, sin embargo, ha pasado de puntillas sobre la situación en Oriente Próximo, donde tras la guerra contra Gaza en respuesta a los ataques de Hamás del 7 de octubre que ha reducido la Franja casi a escombros, Israel ha lanzado una invasión terrestre sobre el sur de Líbano. “Las hostilidades deben cesar lo antes posible”, ha dicho el holandés, que ha recordado que la Alianza “no tiene un papel específico” en la región.
Tres prioridades
En lo que sí se ha detenido Rutte ha sido en las tres prioridades que se ha marcado para su mandato. Sobre todo en la guerra de Rusia contra Ucrania, que ha alumbrado el mayor cambio en la Alianza desde su fundación. “No puede haber seguridad en Europa sin una Ucrania fuerte e independiente. Y lo sé por mi propia experiencia personal, con la caída del vuelo MH17, que el conflicto no se detiene en las fronteras ucranias”, ha remarcado el nuevo secretario general.
Pero tan importante como este punto para Rutte, un conocido halcón fiscal en el Consejo Europeo durante su etapa de Gobierno en La Haya, es incrementar la inversión en los ejércitos de los aliados. “Tenemos que gastar más. Tenemos que aumentar nuestra defensa colectiva”, ha subrayado. Por el momento, son 23 Estados los que alcanzan ese compromiso que se pactó hace ya 10 años en Gales. Con un 1,28% de su producto interior bruto dedicado a defensa, España es el país que, proporcionalmente, menos recursos destina a gasto militar de los 32 aliados de la OTAN, por detrás de Eslovenia, Luxemburgo o Bélgica.
Este énfasis es, por un lado, lógico. Es normal que el secretario general de la mayor organización militar del mundo pida a sus integrantes ese esfuerzo presupuestario. Pero también lo explica la coyuntura actual en la que puede regresar a la Casa Blanca Donald Trump, quien durante su presidencia presionó para que los países que no cumplían con el compromiso lo hicieran. Así lo ha reconocido Rutte en esta primera rueda de prensa. Además, el holandés ha destacado su experiencia previa con el republicano como una herramienta para evitar las tensiones que se presuponen que podría haber si Trump volviera a la presidencia, dada la cercanía que ha mantenido en el autócrata ruso Vladímir Putin.
También ha puesto Rutte su experiencia al servicio de la OTAN para estrechar los lazos de la Alianza con la Unión Europea. “Tengo buenos amigos entre los líderes de la UE y buscaré trabajar con ellos”, ha destacado. “Existe un claro reconocimiento tanto por parte de la OTAN como de la Unión Europea de que ambos valoramos una defensa europea más capaz, complementaria e interoperativa. Pero eso es también lo que escucho en la UE. Nadie quiere estructuras paralelas”, ha apuntado ante posibles fricciones y solapamientos por parte de las dos organizaciones, en las que la mayoría de sus miembros están integrados en ambas, ahora que la Unión apuesta por desarrollar la industria de defensa común.
“Convengamos en que hemos asistido a un notable aumento de la producción de defensa en todas las líneas. Estamos produciendo más proyectiles, más barcos y más misiles que en décadas. Eso es positivo. Pero tenemos que ir más lejos. Tenemos que ir más rápido. Esto es para nuestra propia disuasión y defensa, pero también en apoyo a Ucrania. Creo que la OTAN tiene las herramientas para ayudar a aumentar la producción”, ha desarrollado.
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